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A Hongjoong le parecía demasiado tierno cuando los ojitos gatunos de Seonghwa se achicaban y en su rostro aparecía una gran sonrisa, podría ver esa tierna imagen de Seonghwa todos los días y jamás se cansaría. Era el almuerzo y por primera vez Seonghwa había dejado el salón junto a Mingi para acompañarlo en el comedor, era una compañía bastante agradable y jamás se cansaría de estar con esos dos chicos que hacían las aburridas horas de clases más divertidas. Su anterior grupo de amigos se había alejado un poco de él, aún mantenían el contacto, sin embargo, ya no era el mismo de antes.

— ¿Por qué estás tan feliz Seonghwa?—preguntó con una sonrisa y Mingi volteó a ver a su hermano, sonreía y movía sus manos sin parar, para Mingi eso era raro.

Emocionado.

Le respondió.

— ¿Por qué tan emocionado?—lo miró atentamente y Seonghwa empezó a revolver en su pequeña bolsita hasta que encontró el comecocos indicado.

McDonald's.

— ¿Irás a uno hoy?—asintió— me parece genial.

— Es su restaurante preferido, mamá lo va a llevar porque es un consentido—bromeó pellizcando su mejilla.

Seonghwa asintió y volteó para ver al chico a su lado, nunca se había detenido a ver a Hongjoong y sus pequeños detalles como solía hacer con todas las personas que conocía; Hongjoong tenía los ojos de un color marrón y siempre tenían brillitos como si le hubieran lanzado purpurina en estos, su cabello era mitad negro mitad blanco, su nariz puntiaguda y como su hermano, también usaba lentes con la única diferencia de que los de Mingi eran negros y los de Hongjoong transparentes. Hongjoong era muy bonito.

Estaba tan embobado observando a Hongjoong que no se dió cuenta cuando la campana sonó, su expresión de confusión cuando Mingi lo había jalado del brazo había hecho reír a Hongjoong, que vergüenza sentía.

— ¿Hwa tiene algún hiperfoco?—le preguntó Hongjoong a Mingi mientras Seonghwa dibujaba en la parte de atrás de su libreta.

— Uhm, el origami, dibujar, jugar video juegos y no sé si cuente pero Star Wars—respondió— justo ahora créeme que está tan concentrado en el dibujo que ni siquiera sabe que tú y yo estamos hablando de esto, podría decir que Star Wars es una mierda y no se va a dar cuenta—observó a su hermano y sonrió al ver que los dibujaba a ellos tres tomados de las manos, quizás Seonghwa no dibujaba tan bien pero le apasionaba tanto que todos los días trataba de esforzarse para mejorar en ello.

— ¿Y cómo haces que te escuche?—Hongjoong parecía muy intrigado.

— Esto—le quitó la libreta a Seonghwa y el menor subió su cabeza confundido ¿Qué había pasado?

Hongjoong sonrió con ternura al ver los ojitos confundidos de Park y dirigió su mirada a su celular para ver la hora, el tiempo pasaba muy lento.

Con el pasar de los días Hongjoong y Mingi se habían vuelto bastante cercanos y era algo que Seonghwa no había dejado pasar desapercibido, las charlas entre los "tres" solo eran Mingi y Hongjoong, él solo escuchaba, ¿era porque no hablaba? No quería que fuera por eso porque por más que quisiera hablar no podía, su cerebro se bloqueaba y la ansiedad empezaba a atacarlo hasta ahogarlo, no podía hablar en público por más que lo quisiera, por eso iba con el señor Lee, el señor Lee era su doctor.

Seonghwa realmente amaba cuando gente visitaba su casa, amaba cuando su Hyung iba o iba algún familiar, aunque, esa tarde había sido diferente, Hongjoong había ido a su casa para hacer un proyecto con Mingi y ambos estaban en su propio mundo en la cocina mientras que él estaba excluido en su habitación abrazando uno de sus peluches, había aprendido con el paso del tiempo que si no lo querían no iban a llamarlo. Por mucho tiempo había pensado que el suicidio sería una buena idea aunque nunca lo hubiera logrado porque era atrapado en el intento la mayoría de las veces por su madre, por ello habían instalado una cámara en su habitación y habían empezado las citas con el psiquiatra, se sentía tan miserable e inútil que creía que ya no tenía valor alguno, se odiaba a si mismo, rogaba todas las noches por poder ser normal como los demás ¿Era tan difícil? Si él era como los demás quizás la gente lo aceptaría más.

Con solo escuchar las risas de Hongjoong y Mingi sentía su corazón quebrarse, se sentía celoso de no ser él el causante de la risa de Hongjoong y su hermano.

— Hwannie, amor ¿Puedo entrar?—pidió su madre al otro lado de la puerta tocándola débilmente con sus nudillos.

Al no obtener respuesta la mujer entró y se dirigió a la cama para comprobar que su hijo no estuviera durmiendo, no quería molestarlo.

— Amor ¿Pasa algo?—se sentó a su lado al corroborar que no estaba durmiendo.

— Mami, quiero ser normal—murmuró jugando con sus dedos— si fuera normal sería más divertido y la gente me trataría mejor...

— Hwa...amor, eres normal, no dejes que esos pensamientos feos te molesten ¿sí? Ven, abraza a mamá.

Luego de una larga charla había salido con su mamá de la casa con destino a su lugar favorito, el parque. En el parque podía jugar en los columpios y ver a los perritos ya sean de la calle o de las demás personas, él amaba a los perros y acariciarlos aunque algunos fueran un poquito agresivos, odiaba a esos perros enanos y ojones que gruñian a todo.

— Min ¿sabes dónde está Hwa?—le preguntó y Mingi negó.

— Debe estar en su habitación, voy a ver, ven conmigo—lo agarró de la muñeca y subió al segundo piso, la habitación de Seonghwa estaba vacía, no había ni siquiera un alma allí— debió salir con mi mamá al supermercado...la puerta—se dió la vuelta y llevó a Hongjoong con él a la puerta— ¡Woonie!—exclamó con una sonrisa.

Hongjoong se asomó con curiosidad y se encontró a un chico bajito de cabello rojo, abrazando a Mingi se veía muy chiquito ¿Era posible verse tan chiquito al lado del gigante que era Mingi? Quizás era su ropa holgada o quizás su estatura ¡O ambos! Pero ese chico se veía muy tierno junto al mayor.

— ¿Quién es él?—preguntó "Woonie".

La voz del chico era un poco lenta y baja, eso le daba entender a Hongjoong que quizás le pasaba algo.

— Él es Hongjoong, es un amigo de Seonghwa que vino a hacer una tarea conmigo, saludalo Woo, dile tu nombre—animó sobando el dorso de su mano con su pulgar.

— Me llamo Wooyoung, tengo diecinueve años—se presentó sin mirarlo, lo que llamaba la atención de Wooyoung era su cabello de colores.

— Hola Wooyoung, me llamo Hongjoong—se presentó y Mingi sonrió con ternura.

— ¿Cuantos años tienes?—ladeo su cabeza.

— Tengo dieciséis.

— Uh, Mimi, le traje galletas a Seonghwa—abrió su mochila ignorando a Hongjoong y sacó una bolsita.

Hongjoong los observó un rato y por sus interacciones pudo deducir que eran pareja, Wooyoung le exigía besitos a Mingi y Mingi como su fiel esclavo se los daba sacándole risitas a Wooyoung, por su aspecto y voz Hongjoong jamás pensó que la risa de Wooyoung fuera de esa manera tan escandalosa.

— Seonghwa está aquí, todo tuyo Hong—le dijo Mingi a Hongjoong cuando Seonghwa cruzó la puerta con un libro en la mano, era un libro de actividades para mejorar la atención, Seonghwa lo abrazaba como si su vida dependiera de ello.

Seonghwa lo observó por unos segundos y sonrió con alegría al verlo, después de todo para Seonghwa era imposible guardarle rencor al niño lindo.

MUTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora