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Era de madrugada y no podía dormir ni respirar, se sentía tan débil que ni siquiera podía levantarse, no había comido nada y en la escuela se había desvanecido un par de veces, se sentía tan horrible que por un momento pensó que iba a morir, estaba tan débil que ni siquiera podía hablar, no tenía forma de llamar a su madre o a Seonghwa, con ruidos sería fácil despertar a Seonghwa pero esa noche le habían dado una pastilla y estaba tan profundo que incluso lo podía escuchar roncar. Nervioso sin saber que hacer tiró como pudo las cosas de su mesa y a los segundos el padre de Seonghwa entró corriendo a la habitación, él pareció asustarse y empezó a preguntar un montón de cosas que para cualquiera podrían parecer estresantes pero para él eran tranquilizante. De inmediato luego de las preguntas corrió por su madre y ella no dudó en llevarlo al auto.

Durante la mañana Seonghwa despertó y su casa estaba en silencio, buscó en la habitación de sus padres y estaba vacía, buscó en la de Mingi y tampoco había nadie, corrió por el resto de la casa y no había nadie, ni siquiera estaba el auto de sus padres, ni el de su madre ni el de su padre, en la habitación de Mingi también faltaban cosas ¿Lo habían abandonado ahí? Pensar en eso lo había golpeado muy fuerte al punto de hacerlo llorar, si todos se habían ido significaba que estaban hartos de él y que ya no lo querían, el pánico que sintió era tan fuerte que ni siquiera se dió cuenta de que su madre lo estaba llamando, solo podía llorar asustado pensando en que sus padres y hermano decidieron hacer una nueva vida sin él. Casi nada lograba calmarlo en esos momentos como lo hacía su madre, pero el peluche de Mingi de dragón logró calmarlo un poco, se le hacía raro que no se hubiera llevado a su dragón, Mingi no podía dormir sin él; ese estúpido peluche de dragón de su hermano lo había calmado porque ese peluche olía a él.

—¿M-Mami?—preguntó agarrando su celular, ella lo estaba llamando.

—Hola Hwannie, amor, no vayas a la escuela, papá irá a buscarte, Mingi está muy enfermo y tuvimos que ir al hospital mi vida, no tengas miedo ¿Okay? Papá irá por tí—ella conocía perfectamente a su hijo, el pánico que le generaba estar solo a Seonghwa era inmenso, fue su error por no haberle dicho a su esposo que vaya a casa y se quede con su hijo.

—Okay—asintió mordiendo sus uñas, ahora tenía una angustia más encima, Mingi estaba muy enfermo.

En el tiempo en el que estuvo solo, Seonghwa para relajar su ansiedad estuvo haciendo estrellas de papel, su escritorio se llenó de ellas al punto en el que sus hojas se acabaron y aún así no logró calmarse, sus manos temblaban y el nudo en su garganta no lo dejaba respirar bien, no hasta que unos brazos lo rodearon por detrás, era su papá.

—¿Cómo estás, príncipe?

—M...b-bien—respondió dudoso.

—Me pone feliz que estés bien, ven, vamos a cambiarte la pijama, iremos a ver a Gigi ¿Sí? Ahorita se siente muy mal y debe estar en el hospital para que los doctores lo cuiden—explicó con calma llevando a su hijo al armario— ¿Cómo quieres vestirte hoy? Escoge tú la ropa.

—Así.

—¿En pijama? Cielo, no puedes salir en pijama.

—Sí puedo, no me voy a cambiar—protestó y el hombre asintió yendo por un suéter, afuera estaba haciendo frío y no creía que esa pijama lo proteja del frío.

—¿Quieres llevarle algo a Gigi? ¿Su dragón? Okay, llévalo—sonrió y agarró su mano para ir al auto, su auto a diferencia del de su mujer estaba lleno de cosas de sus hijos en mayoría pequeñas figuras de acción o cartas que Seonghwa olvidaba cuando iban en extensos viajes.

El hombre durante el camino colocó las canciones favoritas de su hijo como las eran canciones de Lauv o Troye Sivan, eran los artistas favoritos de su hijo, en ese momento sonaba The Story Never Ends de Lauv, ninguno hablaba pero al menos era un ambiente cómodo y agradable.

Su padre le explicó que Mingi dormía y que no podía molestarlo o hacer mucho ruido y que si tenía la necesidad de moverse y caminar que podía ir a dar una vuelta por el pasillo y podía ir al patio, no sin antes saludar a su mamá.

No pudo estar mucho tiempo encerrado así que decidió dar una vuelta al patio, allí le dió vueltas hasta que un chico lo detuvo tocando su hombro, parecía querer hablarle y eso hizo que su cerebro se bloquee y que sus manos empiecen a temblar, era alguien extraño que no conocía, no quería hablar con extraños.

—Hola ¿Estás perdido? Puedo llevarte de nuevo a donde quieras ir—ofreció con una sonrisa— me llamo Choi San ¿Cuál es tu nombre? ¿No hablas? No te preocupes—lo miró con amabilidad y luego vió su riñonera, allí había un pequeño gafete colgado que decía "Me llamo Seonghwa, no puedo hablar", eso aclaró las dudas de San— oh, Seonghwa es un lindo nombre, yo me llamo San ¿Tú quién eres?—lo miró con curiosidad y Seonghwa tragó nervioso ¿No acababa de leer quién era? San era raro— uh, te llamas Seonghwa, es lindo.

Nervioso Seonghwa miró a otro lado y sus nervioso aumentaron cuando un enfermero fue a ellos, no podía ser, no podía estar rodeado de tanta gente.

—¿Qué haces San?—preguntó el enfermero colocando sus manos en sus hombros.

—¿Quién es él?—miró al enfermero con curiosidad.

—No lo sé Sannie ¿Por qué no le preguntas?—le guiñó a Seonghwa y este quitó el gafete de su riñonera y lo puso en su camisa para que San lo lea.

—¿Quién eres? Tu nombre es Seonghwa, es lindo—sonrió.

—Sannie ¿Qué te parece si vuelves con tus padres? Te deben estar esperando en la entrada del patio—sugirió y San corrió a sus padres para abrazarlo— hay que tenerle un poco de paciencia, las cosas se le olvidan, si no mantiene una conversación fluida olvida las cosas—trató de explicar y Seonghwa asintió cansado— ¿Estás perdido? Puedo llevarte a donde lo necesites.

Seonghwa lo pensó un poco y asintió pidiendo ir con Mingi con su celular, el hombre no dudó en hacerlo y fue amable con él al despedirse. Se sentía un poco aturdido, hablar con ese chico había sido bastante extraño, esperaba no volver a encontrarlo más.

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