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-Sae Byeok, Park.- repitió la enfermera y el pequeño solo la miro asustado, pero su papá sin duda, estaba más asustado que él, tomándolo de la mano como si fuera él a quien iba a poner una vacuna, Yeol siempre odio las inyecciones, incluso cuando quiso hacerse un tatuaje y supo cómo se hacía todo eso, desecho la idea, les tenía fobia y pensó que podría evitarlas, pero nadie le dijo que al tener hijos, eso implicaba ir con ellos al pediatra a que le pusieran vacunas, como en esos momentos, cuando Sae, estaba sentado en la camilla de revisión de su médico y una linda y joven enfermera estaba revisando su carnet de vacunación y él que estaba temblando, era Yeol, de pie, al lado de su bebé. -¿Qué edad dice que tiene?-

-Dieciocho meses, año y medio, no sé cuál es el afán de mi novio en decirlo en meses, es raro, pero si, dieciocho meses.- la chica se rio un poco mientras escuchaba a Yeol tartamudear –Disculpe, ¿duele mucho?-

-No, no duele, y si no llora, le darán una paleta.- la chica señaló en el escritorio del pediatra, un gran frasco de vidrio, lleno de paletas de caramelo de colores, así que Sae, solo había suspirado y se había abrazado más a su muñeco de acción favorito. –No va a doler, ¿verdad, Sae?

-No, no duele.- dijo con su vocecita ronca su hijo, lo que de verdad estaba doliendo, era la mano de Yeol que lo estaba apretando con mucha fuerza y encima estaba sudando frío, cuando lo miró, se dio cuenta de que su papá estaba a punto de llorar. –No duele, papi.- le dijo a Yeol y este le sonrió nervioso.

-No, no duele, no va a doler y si duele y lloras, yo le pego al doctor.- Sae se quedó callado, no entendió porque le decía eso, solo estaba tratando de hacerle saber que iba a estar bien, pero el tema había sido cambiado, así que solo se quedó mirando al frente, moviendo sus piernas que colgaban fuera de la camilla, incluso cuando el médico entro y sonriéndose, Yeol le apretó más la mano.

-Sae, mira que grande estás, ha pasado un tiempo, trajiste tu muñeco, ¿de quién es?- Chanyeol sabía que los médicos hacían eso, para no poner de nervios a los niños, pero le parecía muy tonto, solo hacían la espera más larga y él estaba a punto de orinarse encima del miedo, y solo veía como su hijito le decía al médico que su muñeco era de su superhéroe favorito, un tipo llamado Tempoman, con increíbles músculos, un traje negro con rojo y azul, mucho más cool que el de spiderman, según su hijo, con un antifaz negro, cuyos poderes eran solamente tener unos increíbles puños, Super fuerza y control del tiempo y que se movía en una motocicleta, de hecho, su hijo quería esa motocicleta para navidad, pero Yeol no podía creer, lo jodidamente costosos que eran los juguetes.

Y si no era evidente, divagaba mucho cuando estaba nervioso.

-Tempo.- le dijo Sae, al médico y el medico fingió asustarse cuando se lo enseño, por hacerse el gracioso –Es juguete, tonto- Chanyeol le cubrió la boca a su hijo cuando lo escucho decir eso, entonces había terminado abriendo su boca, un tanto avergonzado, aunque el médico solo se había reído, quizás había sido mucha actuación de su parte.

-Lo siento, lo siento, mucho, es que está nervioso.- dijo haciendo una reverencia, entonces había terminado sintiendo como Sae pasaba su corta y pequeña lengua por toda su mano para que se la quitará de encima, pero Yeol era un experto en niños ahora, se había llenado de orina y demás desperdicios de bebé, la saliva no era nada para él, así que solo había terminado haciendo una nueva referencia y lo soltó, entonces Sae solo terminó secando su boca, el médico iba a vacunarlo por fin, pero Yeol era el que estaba sudando frio, era el que estaba temblando y estaba a punto de vomitar, mientras que el médico levantaba la playerita de Sae, dejando su brazo libre, entonces había empezado por mojarlo un poco con el algodón lleno de alcohol y Sae, a Yeol le parecía un demonio, porque estaba mirando directamente cundo el médico incluso saco una jeringa y la comprobó para ver que no estuviera tapada, entonces lo tomó del brazo y Sae estaba temblando un poco apenas, estaba haciendo un pucherito porque si le daba miedo, pero su papá tenía más miedo que él.

El largo viaje de ser padre de un monstruoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora