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Jisung estaba molesto, tenía un dolor terrible en su estómago, antes de irse a su celda había pasado rápidamente por los baños, no aguantó sus ganas de vomitar, se sentía realmente asqueado, jamás había hecho algo así, pero siempre era bueno ser precavido y más sí estás en una cárcel condenado a muerte.
Ahora se encontraba en su litera, exponiendo su malestar arrugando su rostro, formó un puchero haciendo berrinches con sus pies.
Detestaba tener dolores de cabeza, de estómago o cualquier tipo de dolor.
Sabía que el mismo se lo buscaba, pero vamos, tiene veintitrés años, ¿Y quién no hace berrinches cuándo tiene un malestar? Hasta el mismísimo hijo de puta lo hacía.
No se percató de la presencia del pelinegro quién había observado cada mueca, detalle, y facciones del pelinaranja en total silencio.
Se dio cuenta que Jisung era solo un chico enmascarado por un demonio irreconocible que se comportaba como un niño.
Un niño travieso.
Joder, no sabía explicar cómo es que lo tentaban tanto que algunos chicos sean así.
Iguales a Minki.
Minho no le había quitado la mirada a ese "Niño" que estaba teñido de rojo por la vergüenza, haciéndose el difícil colocándose boca abajo para que no lo mire y no recuerde lo que había visto.
La cortina se cerró estando completamente a oscuras, Han pudo respirar en paz cuándo oyó rechinar la litera izquierda, maldiciendose por haberle mostrado accidentalmente una parte "Íntima" de él al jodido de su compañero.
El se mostraba únicamente con Felix de esa manera, y pocas veces con Hyunjin, con gente de su confianza, aprendió que aquí dentro no debes ser un santo, él sabía que podía ser una presa fácil, el típico bocado sexual de muchos presos, pero se mostró firme todo momento.
Admitía que el entrar a Hellevator le había causado temor, al principio estaba solo y a pesar de los delitos que había cometido, no tenía idea con qué clases de condenados se podía enfrentar, pero tomó valentía y hacía lo que más disfrutaba hacer, degollar y asesinar personas, le resultó bastante fácil llevándose a varios presos y dejó de tener tanto miedo.
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