capitulo V

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Cadance te veo extraña estos días, ¿sucedió algo? – la pregunta interrumpio los pensamientos de la morena.

¡No! Nada cyno... –  la sonrisa forzada que tenía en sus labios hizo dudar al soberano

Cadance ... – cyno decidió callar, no quería insistirle a su hermana a saber que no le va a decir nada.

Cadance sentía dudas ¿Cómo mi hermano puede traicionar el reino? ¿Nilou lo sabe? ¿Que dirá nuestro padre? ¿Porque?, Se sentía perdida, pero dejo de pensar en ello al llegar al desierto.

Aquella tierra marchita que era gobernada por su hermano.
Cuando llegaron al palacio se fue a su pieza, se hecho en su cama mirando al techo, no podía dejar de pensar en ello.

Por otro lado cyno había llegado, y se fue al jardín a lo que llamo a tighnari.

¿Llegaste bien? – la preocupación de cyno se notaba a millas.

Claro cariño, el viaje si que fue aburrido, pero aquí estoy, sano y salvo en mi escritorio – se el escapó una pequeña risilla por la preocupación del contrario.

La junta con los gobernadores duro una semana, a lo que solo las noches estaban juntos, se contaban todo lo que hicieron en el día y miraban las estrellas.

¿Que significa para ti las estrellas?, nari – agarraba la mano de su amante mientras le preguntaba.

Son las almas de los que no están en vida... – volteo a verlo con una sonrisa.

¿Y las flores? – volvió con aquellas preguntas.

Son las almas de los que aún no han subido al cielo – extendió una mano tratando de agarrar las estrellas.

Nari enserio te amo bastante – cyno se sentó en el césped mientras el contrario seguía hechado.

Cyno, ¿enserio me amas bastante? – se levantó y quedaron cara a cara.

Así es, moriría en tu nombre, que clase de hechizó lanzaste en mi, tighnari, estoy loco por ti – a tighnari se le escapó una pequeña risilla pero al ver sus ojos supo que lo decís enserio.

Ninguno, yo también te amo cyno, gracias por aparecer – acaricio suavemente su mejilla acercándose a él para besarlo.

Se unieron en un dulce beso, entrelazaron sus dedos y cyno agarro la cintura de tighnari acercándolo más a el.
Les gustaba sentir el calor del contrario.

Júrame que cuando reencarnamos, nos encontraremos y nos casaremos – se separaron y cyno hablo.

Claro, lo juro – dijo con una sonrisa.

Las noches seguían igual hasta que la pareja se tuvo que separar para llegar a sus reinos.

Phella, ¿puedo hablar contigo? – pregunto mientras veía como su mujer acariciaba su vientre.

Claro, dime qué sucede – su cálida sonrisa hacia que sus orejas se agacharan por lo que le iba a decir.

Phella...yo ¡tengo un amante! – cerro los ojos por no querer ver su reacción.
Hubo un silencio de unos pocos minutos antes que la mujer hablara.

Lo se – tighnari al escuchar lo dicho levanto la cabeza y la miro.

Me imaginaba que tenías un amante, yo sé que nos casamos sin conocernos y de verdad lo siento si por mi culpa arruine una relación – dijo apenada con la cabeza baja.

No, no, no, quiero que seas mi amiga, ven – abrazo suavemente a la chica tratando de no hacer daño a su hijo.

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¡Enemigos Amantes! • • CynonariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora