Victoria Holmes

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Lo primero que capto Victoria cuando aún no había siquiera abierto los ojos, fue el aroma a café junto al sonido de una cuchara golpear una taza.

Abriendo los ojos despacio, se encontró con la mirada preocupada de Alice, quien revolvía una taza acomodada frente a ella.

—¿Cómo se siente?, ¿Se ha golpeado fuerte la cabeza?

Vicky pestaño un par de veces comprendiendo que se había desmayado en el peor lugar posible.

—Confieso que me duele la nuca, pero también que he recibido peores golpes.

Alice asintió alcanzandole un vaso con agua.

—Debería beber un poco, eso le ayudará a recuperar energía- señaló ayudándola a incorporarse del sillon- ¿Es la primera ves que se desmaya?

La joven recordó por un instante la ocasión en la que le dispararon y se desmayo del dolor en la pierna, pero finalmente supuso que decirle eso era demasiado.

—Es la primera vez, aunque últimamente me he sentido mal así que no me sorprende- callando un momento, reconoció avergonzada que estaba ignorando olímpicamente la gran barriga de su anfitriona- ¡Cuanto lo lamento!, ¡Mis más grandes felicitaciones por su embarazo!

Alice sonrío en grande acariciando su estómago. Por un instante, Victoria se sintió extrañamente celosa y se imaginó cuando podría ella también hacer eso.

"Sherlock Holmes podrá ser el mejor detective, pero de jardinería poco sabe"

—Fue una sorpresa tanto para mi como para mi esposo- confesó con timidez- Pero nos ha ayudado a ser más unidos.

Vicky sonrío. En el fondo le incomodaba la situación al recordar que Masón amaba a Alice; pero como esposa, reconocía también la sensación de paz cuando estaba bien con Sherlock, así como la angustia cuando se distanciaban.

—Me alegro por usted entonces.

Terminando el agua, aguardo pacientemente a que Alice hiciera la gran pregunta, la cual no dudó en llegar luego de unos segundos en los que la joven pareció meditar como abordarla.

—Sino es mucha molestia, porque créame que no es mi intención incomodarla, ¿Podría decirme a que se debía su visita? Mi sirvienta solo la encontró en el patio.

Sintiendo sus mejillas enrojecer, Victoria decidió ser parcialmente sincera con ella.

—Yo... estoy preocupada por Masón y quería saber si usted había vuelto a hablarle y podía ayudarme.

Mostrandose sorprendida, Alice dejo su taza comenzando a juguetear con un pañuelo.

—Tal como le dije hace unos meses, la última vez que lo vi fue en mi boda. ¿Por qué esperaba que yo supiera algo?

La pelirroja pensó sus siguientes palabras cuidadosamente, pues confesarle que Masón la amaba sería la cereza del pastel para que su hermano no volviese a dirigirle la palabra.

—Solo no sabia a quien más recurrir, y ya que fueron amigos quizás usted podría sino ayudarme a ponerme en contacto con alguien que también lo conociera.

Alice guardó silencio pensándolo.

—La verdad es que cuando eramos amigos Masón no estaba muy de acuerdo con presentarme a otros hombres -con una sonrisa que Vicky identifico como nostálgica, agregó- decía que yo era su mejor amiga y que no compartiría mi amistad con cualquiera.

Victoria lo reconoció enseguida como los típicos celos Williams, pues en más de una ocasión presenció a su madre utilizar las mismas escusas con su padre. De hecho, reconocia que si Sherlock no demostrara casi que odiar a cualquier mujer que no fuese ella, Irma o Enola, seguramente también utilizaría la misma táctica.