Victoria Holmes

🔍XIV🔎

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La noche había caído, fría y silenciosa. Para muchos podría verse inclusive pacifica, pero para Victoria no era más un motivo de preocupación, pues Sherlock aún no regresaba de donde fuera que hubiera ido.

Acariciando su estómago, finalmente bebió el té que Irma le había preparado para calmarla. No era fuerte como a ella le agradaba, pero al menos beberlo era una forma de distracción aceptable.

Con Watson como única compañía, la pelirroja se juro que en cuanto amaneciera y Sherlock estuviera a su lado, lo llevarían a su lugar secreto, pues hacia mucho habían dejado por distintos problemas.

Durmiendo boca arriba en su almohadón, Watson se despertó a causa de un ruido que la joven no logró captar sumida en sus pensamientos. Incorporándose con rapidez, el can no había tardado en ir contra el gran ventanal y comenzar a rascarlo nervioso.

Siguiendo sus pasos, la pelirroja no dudó en dejar de morder sus uñas para acercarse, la esperanza de que fuera Sherlock aumento en su pecho. Entre nerviosa y emocionada, diviso como una figura varonil bajaba apresurada de un carruaje dirigiéndose a los apartamentos.
Gracias a la luz de los faros, reconoció mechones cortos y pelirrojos que solo podían ser de su hermano.

Antes de que pasara un minuto, la puerta se abrió de golpe dando paso a Masón, quien no se molesto en saludarla antes de correr a la oficina de Sherlock.

—¡Oye! -lo llamó siguiendo sus rápidas pisadas- ¡No puedes ingresar así a mi casa!

Ignorandola, el chico la hizo a un lado con suavidad antes de continuar con su recorrido por las otras piezas. Al menos parecía recordar que estaba embarazada.

—¿Dónde está tu esposo?- pregunto irrumpiendo en el baño -Irma, sirvame una copa.

La nombrada, que había salido de su cuarto en cuanto oyó la voz del joven, se detuvo en su lugar cuando Victoria le indicó con una seña que no le sirviera.

—¿Para que lo quieres? Esta ocupado-respondió cruzando sus brazos.

Masón detuvo su andar parándose frente a ella. La seriedad bañando su rostro.

—Victoria hay gente en peligro ahora mismo, dime donde esta.

Sintiendo que "peligro" era la palabra clave del día, la pelirroja suspiró fuerte.

—¿A qué rayos te refieres con peligro Masón? No tienes idea de cuanto odio esa palabra hoy.

Masón cerró los ojos un momento preparándose para el estallido que tendría su hermana luego.

—¿Recuerdas la chica con la que baile en la fiesta?- Victoria asintió- Pues la seguí viendo luego y resulta que en realidad se llama Sarah, trabajaba en una fábrica de fósforos y ahora es fugitiva porque descubrió que las sustancias que utilizan son las culpables de tantas muertes en el lugar... ¿Hermanita?

Victoria pestaño unas cuantas veces antes de sostenerse de los brazos de Masón. Este rápidamente recibió la ayuda de Irma para sentarla.

—Dime que bromeas.

—Iré por agua- murmuró Irma apresurandose a la cocina.

Cuando estuvieron solos, Masón continuó.

—Estoy siendo completamente sincero. De hecho, los he ayudado a recabar un par más de pruebas a ella y a William, el hijo del dueño de la fábrica. El problema es que esta noche planeabamos entregarles las pruebas a tu amigo Tewkesbury, pero William no aparecia- Masón se tomó un segundo para procesar lo que diría luego, pues ni siquiera él lo terminaba de asimilar- Fui a buscarlo y lo encontré muerto. Lo han asesinado Victoria, igual que a la otra joven que los ayudaba.