Little Romance |C. Hashasky X King Mogeko|

Rescatar/Consolar

“Se que no he hecho las cosas bien, pero como todo Mogeko, o humano, merezco por lo menos una última oportunidad. ¿No crees?”

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A

quel detestable Rey se encontraba en su habitación, pensando en cosas personales de el, cuáles le atormentaban bastante, y eso que eran frecuentes... A veces el desearía tener todavía a aquel chico de pelaje blanco a su lado, pues siempre lo consolaba y protegía de aquellos horribles e espantosos recuerdos, a veces sus súbitos, los Mogekos especiales, o su hijo hacían lo mismo... Pero no era lo mismo, pues ninguno de ellos era El... Ninguno..
Estaba ahí, tapándose la cara con una almohada y sintiendo extrañamente ganas de llorar. Aunque como siempre oprimía aquellos sentimientos de debilidad, pues odiaba sentirse débil, ya que tenía una imagen que mostraba lo contrario... Algo molesto en cierto modo, pues evitaba que mostrase ciertas emociones...
Estaría todavía en aquel momento de debilidad oprimida, si no fuera que su hijo, Mogeko algo extraño/Red hubiera entrado  a su cuarto repentinamente, no lo asustó, solo lo dejo sorprendido pues el se notaba algo nervioso —Woa, woa. ¿Q-que pasa Red?— Diría, acercándose a su hijo, mostrando algo de confusión —Eh... B-bueno...— El chico tragó algo de saliva antes de decirlo —Y-yo ví que Moge-Ko estaba llevándose a un Mogeko para seguramente torturar lo... Hasta escuché un gritó de aquel Mogeko— La verdad, a primera vista parecía algo "normal" puesto que Mogeko siempre buscaba a Mogekos al azar para volverlos sus juguetes de tortura, aunque estaba extrañado... ¿Que tenía de alarmante está vez? —Bueno, Moge-Ko siempre hace eso. ¿Que tiene ese Mogeko que sea alarmante? ¿Es algún Mogeko especial o..?—
—Era un Mogeko Blanco, seguramente ni es de aquí... Eso es lo alarmante, creo..— Interrumpió, dejando a su padre en un shock algo corto... ¿Acaso Moge-Ko secuestró a...? No, no podría, Moge-kov lo cuidaba muy bien, era imposible... De todas maneras, no podía dejar que a ese Mogeko le pasase algo, por una extraña razón...

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—Moge-ko, habe la puerta..— Diría el rey, de forma sería estando en la entrada al cuarto de la chica asesina, cual a unos pocos segundos abrió dicha puerta , con cierta sonrisa algo aterradora para otros Mogekos en su rostro, para el rey no tanto pues no era como los demás —¡Hola Rey!~ ¿A qué se debe la inesperada visita?— Diría, con aquella voz que haría pensar a cualquiera que ella es un ángel, cosa que es totalmente lo contrario —Moge-ko, ¿Es verdad que tú tienes a un Mogeko Blanco secuestrado? No mientas— Preguntaría, no le importaba si era uno de los habitantes de el, no quería que ese Mogeko le pasase algo realmente grave o que muriese... Siendo o no siendo el. Moge-Ko a tal pregunta solo sonrió aún más —¡Sip!~ Moge-Ko tiene un nuevo juguete llamado... ¡C. Hashasky!— Al escuchar eso, sintió como si le cayera un balde con agua en la cabeza... Esperaba que fuera una broma de mal gustó, pero conociendo a Moge-Ko era más probable que fuera verdad y que el ya estuviera a sus últimos segundos de vida... No, tenía que ser fuerte —... Moge-Ko...— Al principio estaba arrepintiendo se de lo que iba a hacer, Moge-Ko es capaz de usarlo a el como un juguete hasta matarlo, ella tenía fuerza increíble, no duraría nada... ¿En serio iba a dejar a aquel Mogeko que fue su amigo? ¿Aquel Mogeko que estuvo para el en el pasado? ¿A aquel Mogeko que lo hizo sentir mejor en los momentos difíciles? NO, no podía dejarlo... Lo más seguro que el Coronel lo odiaba o le temía después de la forma en el que lo trató, pero no podía dejarlo a su suerte, si no, moriría...
Se armó de valor para decir lo siguiente;
—Moge-ko, dame al Coronel. Ahora— Diría, más serio todavía y mostrándole aquello con la mirada. La chica se enojo y confundió por ello, pues no entendía el porqué el rey quería a su "nuevo juguete", ¿Acaso lo quería para Follarselo? Es absurdo, podría cogerse a cualquier otra persona o Mogeko —¿Para? Moge-Ko lo encontró primero y encima es nuevo, ¡No seas malo!~—
—¿Me ves cara de que me importe? Si digo que me lo des, ES QUE ME LO DES— Después de aquello, hubo un silencio matador entre ambos. Moge-Ko ya estaba enojada con el rey y hasta podría decapitarlo, pero si lo hiciera ya no habría un rey, y quién sabe que pasaría, así que tristemente para ella tuvo que dejar que el rey se quede con su "juguete" (obvio de mala gana) —BIEN, Moge-Ko te lo da... ¡Pero solo está vez!— Dejaría que el rey entre a la habitación —Ve al cuarto de juegos de Moge-Ko y allí lo verás, llévatelo y haz lo que quieras hacer con el— Diría, con cierto enojo y capricho. Odiaba compartir sus juguetes Y MAS regalarlos a los demás, solo se lo daba a el porque era el rey, y en cierto modo también su "padre" pues el la creo (o la mando a crear) —Gracias— Agradecería, para ir a por el Coronel...

Antes de entrar al cuarto de torturas, alcanzó a escuchar como alguien sollozaba fuertemente, bueno, mas bien lloraba de forma descontrolada y se notaba que sufría mucho, ¿Que le habrá hecho? ¿Le habrá pegado dejándolo gravemente herido? ¿O solo estaba aterrado? El rey esperaba que solo fuera lo segundo y que no le hubiera hecho nada, pero tristemente al abrir la puerta se dió cuenta que era lo primero, bueno, pero distinto...
Hashasky se encontraba atado contra un palo de manos y con una cinta en su boca, aún con aquella cinta se oían sus gritos ahogados de dolor, y era razonable, LITERALMENTE su pierna derecha estaba gravemente rota, se le podía ver sangrando y mucho... Pobre, sus ojos ya dolían de tanto llorar y sus mejillas estaban como cataratas. El rey se acercó con sigilo al lastimado, no quería asustarlo más de lo que seguramente estaba, igualmente fue notado por el de pelaje como la nieve. Al ver al rey, no sabía si tener aún más miedo o sentirse a salvó, sabía cómo era, ¿Pero porque no lo lastimaba también como Moge-Ko lo había hecho? Acaso... ¿Vino a salvarlo? Al parecer era así, pues con cuidado, aquel supuesto egoísta depravado se encontraba desatando aquel nudo hecho con una cuerda, cual ataba sus manos, y luego le quitó la cinta de la boca con el mismo cuidado... ¿Porque mierda estaba siendo tan cuidadoso con el? Quería preguntar pero sentía miedo al hacerlo , solamente quería dejar de estar allí y volver a su hogar, y que Moge-kov lo recibiera con un abrazo o algo parecido...
El de amarillo, después de liberar a su de blanco, lo cargo con cuidado como un bebé y asegurándose de que su lastimadura no fuera tocada pues no quería lastimarlo. Junto al Coronel, se fue de allí, para posteriormente llevarlo al hospital del castillo de la forma más rápida posible, ya que no quería que Hashasky perdiera más sangré pues podría morir por perdida de sangre, por suerte no soltaba tanta...

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En una habitación de aquel hospital, el Rey se encontraba curando la pierna del Coronel, el cual todavía soltaba algún que otro sollozó pero más tranquilo, aún así temblaba por el dolor que sentía y el miedo. No se habían dicho ni una palabra, bueno, por parte del Coronel, el Rey dijo alguna que otra cosa pero no fue respondió con palabras del todo... En fin, terminó de vendar aquella herida con el mínimo cuidado de que su contrarió no le doliera y fue un éxito, o algo parecido. Aún se encontraban en silencio, puesto que ninguno sabía que decirle al otro... Bueno, el de blanco no sabía que decir..
—Coronel... Yo... Yo lo siento por lo que te hizo Moge-Ko, creme, estoy muy apenado, y muy enojado con ella por esto... ¿Le duele todavía?— El mencionado se quedó callado, por unos segundos claro —S-si... P-pero ya no tanto... G-gracias...— Diría, bastante agradecido de que lo haya salvado en cierto modo, aunque a la vez algo extrañado... Hashasky pensó que desde que dejaron su amistad, el rey le tenía odio, al parecer no era así. ¿Pero porque?
Todavía seguía llorando, solo por el dolor en si, ya no tanto por miedo. Repentinamente, sintió como unas suaves manos le acariciaba ambas mejillas, cuáles salían lágrimas como cataratas en sus ojos —Hey, no llores. Vamos eres fuerte, lo sé..— Diría, mientras le limpiaba aquellas lágrimas de forma cuidadosa y cariñosa. Vaya que el rey se preocupada por el, aunque le seguia pareciendo raro que se preocupara tanto...
El de blanco abrazo al de su amarillo, temblaba, quería sentirse protegido después de aquella tortura..