Creo en una cosa llamada amor

Capítulo 18 : Almas gemelas

-Kara la kryptoniana ya no existe- Mxy explica -la única razón por la que está sentada aquí ahora, es que su alma está unida a la de Lena, y como tal, su alma toma la misma forma. Como kryptoniana, su esperanza de vida en la Tierra habría superado con creces a la tuya

-A menos que me maten, los habría superado durante generaciones- La mano de Lena se aprieta en la suya -Siempre he estado destinado a perder a mi familia una y otra vez. Es por eso que lucho con cada respiro para mantenerlos a salvo- Eliza se inclina desde el segundo nivel del sofá y palmea el hombro de Kara para consolarla.

-¡Pero!- Mxy golpea el aire una vez más -Lena es humana con una vida útil humana... entonces, ahora, Kara también lo es

-¿Nunca volverás a tener tus poderes?- Nia suena triste.

Kara mira a Lena con todo el amor en su corazón -Es un precio minúsculo a pagar, para tener la eternidad con mi alma gemela

Los ojos de Lena se abrieron como platos, su aliento se quedó sin aliento ante la palabra, justo antes de besarla una vez más, ambos ignorando el "súper obvio" de Mxy.

~

Jess entró en el ático. No había tenido noticias de Lena desde la mañana anterior, y sabiendo lo molesta que estaba por la pérdida de Supergirl, sabía que Lena estaría afligida aún más. Si, como anticipó, se quedaría con Oisin por más de una noche, necesitaba comprar algo más de su comida y pensó que sería razón suficiente para visitar a la mujer y ver cómo estaba.

Oisin inmediatamente comenzó a olfatear alrededor de cada habitación mientras Jess procedió a dejar su bolso en el mostrador. Estaba extrañamente tranquilo, aunque parecía que la gente había terminado. Había tazas de café e incluso un par de platos pequeños (ahora vacíos, excepto por la baba de perro) esparcidos por la sala de estar.

Estaba a punto de llamar a Lena cuando escuchó un grito proveniente del pasillo -¡Ahhh!- Agarró su spray de pimienta -¡Oh, Dios, detén eso!- y se dirigió rápida, pero con cuidado, hacia los dormitorios -¡No! ¡No no no no no NO! ¡Fuera de allí en este instante!

Lo que Jess vio a continuación fue algo que pensó que nunca vería en su vida... Lillian Luthor de pie en medio de una cama, un zapato en una mano y una percha en la otra, ahuyentando a Oisin. Jess tuvo que usar cada onza de sus muchos años de experiencia ejecutiva para no estallar en carcajadas con la madre de su jefe.Pero también, ¿qué diablos hace la madre de su jefe aquí?

-Oisin- a la orden, el perro vino inmediatamente y se sentó junto a Jess.

-¡Vaya!- Lillian gritó una vez más, pero pareció reconocer a Jess porque comenzó a tratar de recuperar el aliento -¿Entonces ese es tu monstruo?

Jess miró de Lillian al perro y viceversa, sonriendo -Él es de Lena en realidad. Su nombre es Oisin y se porta bastante bien.

-Bueno, por favor quítalo de mi vista. Preferiría una habitación libre de animales, gracias.

La ceja de Jess se levantó ante la mención de que Lillian tenía un dormitorio en el ático de Lena. ¡¿Qué mierda estaba pasando?!

-Pareces... familiar. ¿Quién eres tú?- Lillian, que parecía darse cuenta de su situación, comenzó a mirar alrededor de la habitación -Lena no está aquí- Luego, de alguna manera logró que bajar de una cama pareciera elegante -Aunque no sé dónde desapareció; ni siquiera me dijo que se iba

Jess podría jurar que en realidad sonaba triste por el hecho de que Lena no le había dicho que saldría. El ceño de Jess se frunció de nuevo -Soy Jess, la asistente de la Srta. Luthor

-Oh sí; El competente. Muy bien.

La atención de Jess se desvió hacia el pasillo cuando Oisin gimió. Luego vio aparecer a varias personas, de la nada y en un destello azul, en la sala de estar de Lena. Sus ojos se abrieron cuando vio el movimiento de la cola de Oisin, Lena ahora se dio cuenta de su presencia. Jess todavía estaba boquiabierta cuando Lena hizo contacto visual y se congeló de inmediato.