Cap 5.

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El gol que termina con la esperanza. •

Por suerte Memo se llevó su ropa consigo por lo que a la hora de finalizar la llamada se la colocó, casi rezando para no ser descubierto en el proceso.

Pero luego de acomodarse la playera y sacudir sus rizos la puerta se abrió.

—Pero—. Los alfas se quedaron estáticos, esperando alguna reacción del otro —La re concha de tu hermana, imbécil de mierda.— Di María jaló el cuello de la camisa, obligandolo a acercarse a el.

Los intentos de Messi por alejarlo de Ochoa eran en vano, ya que su compañero y amigo se aferraba a querer golpearlo.

•  •  •  •


Guillermo corría a los adentros de su hotel, jadeante y agotado subió los pequeños escalones hasta dar con la recepción y de ahí seguirse derecho al elevador.

El golpe lo recibió en el pómulo, al igual que una advertencia de que se distanciara de Lionel pero eso no le era suficiente para dejar al omega, pues a este ya le tenía un gran cariño y el momento privado entre ellos dos la noche pasada sería difícil de ignorar, se habían entregado en cuerpo y alma considerando ésto un acto llenó de pureza.

Cuándo estuvo a punto de abrir la puerta de su cuarto la voz de Lozano evitó su acción.

—¿Dónde estabas, güey?, Te estuvimos buscando anoche y no te encontramos—. El tono preocupante de Hirving se hizo notar, su mirada parecía expresar su alivió al verlo ahí.

—Eh...— Memo buscó una excusa para mencionarla pero ninguna llegó a su cabeza.

Lo qué sea que tuviera con Messi era asunto privado y no tenía que estarlo compartiendo para dejar de lado una  angustia.

—Bueno, si no me lo quieres decir está bien pero mínimo avisa, el equipo estaba con el Jesús en la boca.

Guillermo soltó una risa por la expresión dicha, asintió levemente mientras seguía viéndolo.

—¿Ya se van al entrenamiento?.— Lozano asintió —Adelántense, yo todavía voy a bañarme y a desayunar algo en el caminó—. Abrió la puerta del dormitorio esperando una respuesta del otro alfa.

—Esta bien pues, pero se va derechito pal entrenamiento, eh—. Lo señaló en lo que caminaba de reversa.

—Derechito pal entrenamiento—. Repitió lo anteriormente dicho.

Hirving se retiró sin esperar más, sus ojos habían visto ese moretón en el pómulo, casi llegando al ojo derecho pero prefirió mantenerse callado y darle parte de su privacidad al no preguntar, ya cuando las cosas estén menos densas le hará unas respectivas interrogaciones.

Ochoa se tomó un baño corto y al instante de salir se vistió con el uniforme respectivo a los entrenamientos, preparó  la mochila de deporte y salió con prisas del hotel, arreglando su cabello castaño.

En algún momento recibió un mensaje de texto por parte de Lionel, dónde se disculpaba de los actos imprudentes de su amigo y que esperaba que eso no cambiará su relación.

Memo le respondió diciendo que todo estaba bien, que un golpe no lo detendría a seguir acercándose a él.

Ya que estaba con el atuendo indicado no tuvo la necesidad de ir a los vestidores, fue directamente a banca para ponerse los tachones e ir con el resto de la selección, aparte haciendo calentamiento por si sólo cuando llegó Tata.

No para darle reclamos sino palabras de aliento y apoyó para que no se sintiera mal contra la perdida del equipo argentino, memo le agradeció y prosiguió con los ejercicios que hacían sus compañeros.

Partido de amor. || MessichoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora