2-Natsu

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Levy tardó en centrarse completamente en su trabajo, lo que había ocurrido en los baños de Fairy Hills era algo difícil de olvidar para cualquiera. Mira le guiñaba el ojo cuando pasaba por el gremio. Pero ella movía la cabeza para centrarse en los papeles que tenía delante.

Ese día llegó unos papeles de pagos a los pueblos que Erza, Natsu y compañía habían provocado, e incluso al cabo de un rato llegó otro. Natsu había quemado una parte de una de las ciudades y reclamaban al gremio una compensación por daños.

—Este Natsu...será nuestra ruina—dijo suspirando y dejando esta en el montón de cartas.

Makarov le pidió a Levy que intentase arreglar el asunto. Que hablase con Natsu para ver si podía encontrar una solución al tema. Sabía que el chico era muy enérgico, que hacia todo por ayudar a los demás, pero no lo estaba haciendo de la manera correcta.

—Gracias Levy—dijo el anciano con una jarra de cerveza en la mano.

La joven salió del gremio dejando las tareas al maestro y Mirajane. Tampoco quedaba mucho pues ella había hecho casi todo el trabajo.

—Veamos, a estas horas debe de estar en casa—pensó entrando por el camino que conducía hasta la casa del joven.

No quedaba muy lejos, pero le sorprendió como todo había cambiado pues hacia mucho que no visitaba a su amigo. La casa estaba cerca de la entrada de un bosque, era una cabaña humilde, un poco desgastada pero confortable. 

Llamó a la puerta y esperó. Pero allí no parecía haber nadie.

—¡Levy!—escuchó llamar.

—Natsu.

El joven venía con una cesta llena de peces.

—Has ido a pescar eh

—Si, hoy ha ido muy bien la pesca.

Él le invitó a pasar adentro. Levy se sorprendió de ver como la casa estaba casi patas arriba pues el joven no era muy organizado y ordenado. Suspirando, le dijo que fuese a hacer la comida que ella se encargaba de limpiar.

—Prepararé mi especial de pescado—eso sonaba muy bien.

Levy se arremangó y se puso manos a la obra limpiando cada rincón del comedor y organizando en ropa sucia y trastos que había que limpiar. Quedó exhausta.

—Uff...terminé—dijo ella dejándose caer sobre la silla.

—Aquí está el especial de pescado

—Muchas gra...cias...

Levy abrió los ojos y vio que simplemente los había cocinado y puesto una rodaja de limón, un plato muy simple, pero le rugían las tripas y tenía tanta hambre que algo tan sencillo como aquello en la boca sabía como si fuera un manjar.

—Está bueno eh—dijo sonriente.

—Si—aprobó ella.

Tras la comida y la charla, Levy le contó todo a Natsu quien se rascaba la cabeza. Entendía que el viejo quisiera que se controlase, no era la primera vez, pero este siempre se emocionaba y terminaba por provocar más caos que los propios enemigos.

—No es sencillo controlarme con tanta gente alrededor—dijo este—mejor quemar cosas que personas.

—No puedo argumentar nada ante esa lógica—pensando esto bien, Natsu no había matado por accidente a nadie, cosa que si había escuchado de otros gremios.

—Entiendo al viejo, pero no es tan sencillo—pareció verle triste.

—Solo haz un pequeño esfuerzo, ¿de acuerdo?—este asintió.

La cara que puso el chico fue tan tierna e infantil que Levy se acercó y le dio un pequeño beso. Era algo irresistible para ella, no comprendía el motivo, pero esa cara, esos ojos y los labios le atrayeron tanto que le dio unos besos.

—Levy—dijo este sorprendido.

—Shhh—ella no quería escuchar nada, tan solo besarlo.

Se colocó encima suya, le rodeó con los brazos y le dio una gran cantidad de besos y mimos que el joven se sintió reconfortado. No comprendía muy bien pues no estaba puesto en el amor, pero todo el cariño que recibía de ella era cálido y bonito.

Ella se le quedó viendo cuando se separó un poco después de besarle. Poco a poco fue subiéndose la camiseta que llevaba, iba a dejar sus pechos al aire. Fue entonces cuando un golpe irrumpió. Era Happy que regresaba de dar una vuelta.

—¿Levy?—preguntó al verla en el suelo y roja.

—Hola Happy, he venido a reñir a Natsu, tiene que cambiar su forma de luchar o arruinará al gremio.

—Típico de Natsu—comentó entre risas.

Levy se despidió de Natsu que estaba un poco sonrojado. Salió corriendo hacia su casa, estaba avergonzada de lo que había hecho y lo que había estado a punto de hacer.

Ya en su cuarto, rodeada entre la tranquilidad de sus libros, pensó en lo sucedido y se puso muy roja. Pero no le disgustó, sino que le encantó, aún tenía el tacto de los labios de Natsu y suspiraba deseando haber hecho más. Allí tirada, sobre su cama, llevó la mano entre sus piernas y tuvo que darse placer para quitarse todo el calenton que llevaba encima.

—Quiero más...Natsu—suspiraba imaginando que el joven estaba a su lado.

No lo entendía muy bien pero desde hacia poco, solo pensaba en ello. Tal vez el crecer y haber estado tan ocupada con sus libros, trabajo y misiones, que el descubrir el amor y placer, el impacto había sido mucho mayor que el de una persona con una vida normal.

Y pensó que iría a ver a Natsu, necesitaba verlo, pero iría al día siguiente.

Continuará...

En el siguiente se viene lo bueno e.e

¿Hacemos un libro sobre nuestro amor?-Levy x Natsu (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora