¿Hacemos un libro sobre nuestro amor?-Levy x Natsu (+18)

5-Pervertidos (+18)

Levy estaba tirada sobre la cama y en postura de cuatro patas mientras Natsu estaba situado justo detrás, ambos desnudos, sudados y excitados al máximo. La joven miraba de reojo a su amado que parecía otro desde que lo conocía. Supuso por un momento que tal vez el tener pareja le hizo madurar y cambiar aspectos de su forma de ser.

—Levy—dijo él excitado y empujando sus caderas.

La joven dio un pequeño gemido de placer cuando notó que Natsu metió su pene en ella haciendo que su cuerpo diera una pequeña sacudida de placer.  Levy sintió como sus caderas se movían hacia delante y atrás solas, sin que ella tuviera que hacer el más mínimo esfuerzo.

—Te amo Levy—dijo Natsu mordiendo su oreja.

Levy cayó sobre la cama, mordiendo las sábanas pues las fuerzas le habían abandonado, su mente estaba en blanco, sin ganas de pensar, solamente su cuerpo, quien era dominado por el joven al que amaba. El placer se extendía como un veneno, pero era tan placentero aquello, que la pequeña maga de Fairy Tail sentía que iba a morir.

—¡No aguanto más!—dijo este.

—Adelante—fue lo único que pudo decir ella.

Al cabo de unos segundos, la joven sintió la última sacudida antes de notar como era llenada por la semilla del joven. Ambos cayeron sobre la cama, tumbados y exhaustos por el placer de tanto amor que se habían dado el uno al otro.

Natsu se fue a la ducha en cuanto pudo levantarse, no sin antes darle un dulce beso a la joven que esbozó una sonrisa.

—Ha sido increíble—suspiró ella mientras su mano pasaba por todo el sudor.

Se quedó allí parada todo el tiempo que Natsu estuvo en la ducha, pensando en lo maravilloso que acababa de suceder. Estaba tan feliz que no sabía que hacer, nunca antes se había sentido de aquella manera, pero no le molestaba.

Al regresar de la ducha, el joven estaba desnudo y se sentó sobre la cama con la toalla en la cabeza. Levy vio de reojo el miembro reposado, esbozó una sonrisa y se acercó a este mientras Natsu le miraba extrañado.

—Quiero probarla de nuevo—dijo en un tono pervertido.

Ella abrió la boca y se metió el pene de su amado haciendo que este gimiera. Era increíble como una chica tan pequeña podría resultar tan pervertida. La joven continuó lamiendo y succionando el miembro de su amado mientras hacia que este se retorciera de placer.

—Levy...Levy—era lo único que podía decir.

Ella sacaba y metía una y otra vez, haciendo ''sufrir'' al joven que comenzaba a sudar de nuevo, lamento haberse duchado para nada.

—Pervertido—dio una larga lamida antes de meterlo en la boca de nuevo.

El joven apenas pudo aguantar un minuto más pues aún seguía sensible de antes. Ella sintió como él soltó toda la carga en su boca y lejos de sentirse asqueada, tragó todo y luego miró a Natsu.

Él se sentía indefenso al ver como ella le miraba, con una sonrisa pícara mientras su mano aún sacudía su pene, haciendo que soltase unas cuantas gotas que habían quedado.

—Voy a ducharme, descansa un rato antes de seguir—dijo levantándose y yendo a la ducha.

Cuando se marchó caminando, movió sus caderas para que sus nalgas rebotasen ligeramente haciendo que el pene del joven se pusiera duro de nuevo.

Aquella noche era especial pues cumplían un mes juntos, algo que la joven quería celebrar, y lo hicieron por todo lo alto pues perdieron el número de veces que lo hicieron aquella misma noche después de una cita con cena incluida.

Los dos despertaron casi al mismo tiempo a la mañana siguiente, cubiertos por una fina tela, desnudos bajo aquellas sábanas y mirándose el uno al otro. Había sido una noche maravillosa, ambos sonrieron y se dieron un beso de buenos días.

Después, se ducharon juntos donde también dieron rienda suelta a su amor antes de vestirse, desayunar e ir al gremio a hacer alguna misión.

—¿Lista?—preguntó este.

—Lista—tomó su mano y salieron de casa.

Levy estaba tan enamorada, que no se podía imaginar un futuro sin Natsu. A veces pensaba como era que aquel joven desinteresado en el amor, había acabado saliendo con ella, eran tan diferentes pero que cuando estaban juntos, parecía que llevaban juntos toda la vida.

Y así, dando saltos, fueron en busca de una misión pues debían ganar dinero de cara al futuro.

Aún quedaban muchas historias que contar, y Levy las escribiría todas en su cuaderno.

Continuará...