cuando vuelva a encontrarte [Superwoman]

capitulo 44

Diana.

Hoy había una reunión en la casa de mi hermosa novia, después de tanto caos por fin estaba llegando la calma, me pongo unos jeans algo apretados con una playera y mi chamarra de cuero, al llegar a la casa de kara todos estaban bien vestidos.

- ¿que pasa aquí? - miro a todos lados hasta ver a mi rubia.

Me quedé embobada al verla con ese vestido se veía tan jodidamente hermosa y sexy, muerdo mi labio imaginando como quitarle es vestido, me dejó guiar por ella y al entrar a su habitación fue inevitable no besarla con locura, quería quitarle ese vestido había extrañado tanto su piel pero me daba miedo lastimarla nuevamente y aunque kara decía que eso era imposible el miedo no se iba. Me separó de ella con incomodidad, nunca pensé que me rechazaría en la intimidad, ella sonríe dándome un beso diciendo que no era el momento, en otro tiempo eso no le hubiera importado, suspiro con pesar cuando se va. Me acerco a la cama y veo el hermoso vestido que está extendido sobre esta, sonrió al imaginar a kara comprando algo tan elegante para mí, cuando termino me veo al espejo realmente era hermoso y muy sensual, borro mi sonrisa al recordar el rechazo de hace unos minutos.

- tu te lo buscaste - me digo a mi misma.

Después de un rato salgo en busca de mi rubia, la visualizo y cuando me ve puedo ver cómo me come con la mirada. El corazón me latía a mil por hora al verla arrodillada ante mi con un hermoso anillo, jamás pensé que me pediría matrimonio siempre pensé que lo haría yo.

- kara.. - mi alegría se convirtió en tristeza pues me hubiera gustado que mi madre nos bendijiera, iba a contestarle que si, cuando kara habla.

- permitirme unirme ante ella - inclina la cabeza, fruncí el ceño.

- nadie es más digno que tú para mí hija, será un privilegio que formes parte de nuestro linaje, pero esa decisión le toca ella, yo solo les he dado mi bendición - volteo lentamente, mis lágrimas salían por si solas.

Mi madre extiende sus brazo en señal de que le dé un abrazo, corro hacia ella como cuando era una niña y me fundó en ella.

- no es una ilusión, ¿verdad? - digo en su oído.