- Debemos resistir un poco más, lo lograremos- dice Xiao Zhan con seguridad aunque en el fondo estaba dudando
- Ya han traspasado las barreras, no podemos resistir más, solo esperaremos lo peor. Lo siento su majestad, le he fallado.- una lágrima sal...
La mañana llegó, el el palacio imperial como de costumbre, ya estaban activos desde las 5 de la mañana con sus deberes, el consejero comenzó su trabajo que era el encargarse de los asuntos oficiales mientras el emperador estaba ausente.
Se concentro tanto en su trabajo que olvido la llegada de cierto invitado, hasta que un sirviente le recordó - Consejero Liu - al escuchar su apellido supo que se trataba del guardia imperial Sun.
Levanto su mirada - dime, que pasa - pregunto dejando la carta sobre la mesa.
- El invitado ha despertado y se encuentra esperándolo - dijo.
Hai de repente lo recordó - ¡oh bien! lléva al comedor, ahí lo veo -
El guardia reverencio - Bien, me retiro - se retiro del lugar.
Cuando ChenXuan se retiro, Hai arreglo su mesa adecuadamente, apartando todo lo pendiente y resuelto, se levantó y fue al salón del té para avisar sobre el desayuno y esperar a su invitado.
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Por el lado de Zhuo Cheng... 💜
El amanecer llego al palacio, para ser precisos 8 de la la mañana. El constante ruido de pasos por los pasillos despertaron al hombre que se encontraba dormido sobre aquella inmensa cama.
Se encontraba tan en calma que fue difícil no sentirse enojado por la manera en ser despertado, no era tanto porque no sabia que eso era normal, todo lo contrario, el acostumbraba a despertarse temprano, obviamente no como en el palacio de Wei, pero lo hacia, pero por su situación actual, el descansar plácidamente no lo vio bien, por primera vez después de mucho se lo permitió, además de que la cómoda cama y cobijas lo hacia aferrarse.
Su conciencia hizo abrir los ojos por fin, recordó el no estar en su país, estaba en un lugar externo o desconocido, de inmediato los abrió exaltado, tratando de procesar todo.
Los recuerdos llegaron a su memoria o más bien los que solo tenia conciencia, se sentó sobre la cama, observando más a detalle la habitación.
Lentamente lo recorrió dándose cuenta de lo hermoso que era, aunque no completamente a su gusto, pero a su manera, era espaciosa, con muebles muy bien esparcidos y colocados, el diseño era ni tan ostentoso, pero no muy frívolo o seco, estaba muy bien contrastada, "¿acaso el palacio de Wei es perfeccionista en todo?" pensó Cheng.
Sus pensamientos fueron interrumpidos, al escuchar su puerta abrirse.
Cheng no perdió su tiempo y tomo la espada, y muy sigiloso, se acerco a la puerta.
Pequeños pasos se acercaban a él, solo esperaba a que estuviera totalmente cerca.
Cuando la persona intrusa estuvo a su nivel, una espada amenazaba con cortar su cuello.
