- Debemos resistir un poco más, lo lograremos- dice Xiao Zhan con seguridad aunque en el fondo estaba dudando
- Ya han traspasado las barreras, no podemos resistir más, solo esperaremos lo peor. Lo siento su majestad, le he fallado.- una lágrima sal...
Un carruaje entraba a la capital ya en plena madrugada, el pequeño niño ya dormía plácidamente en los brazos de la dama a su lado.
Ella estaba más que atenta y nerviosa.
Minutos después el carruaje se detuvo.
La mujer se asomo ligeramente percibiendo a la vista Zhou Cheng con hablar con otro hombre sobre los caballos.
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Narra Zhou Cheng. 💜
Al llegar cerca del palacio de Wei, aquel otro consejero lo percibí desde la lejania, al verlo me sentí en calma, sin querer sonreí.
Al segundo de darme cuenta la borre por lo idiota que me veía hacerlo, no había razones.
No había prisa, espere hasta llegar junto a él, que por cierto montaba curiosamente un caballo.
- Joven consejero - me llamo.
Yo con una ligera reverencia aun en el caballo le respondí - Consejero - era algo curioso nuestra forma de saludo, pero así nos conocíamos, no éramos tan cercanos para saludar tan familiar, no conocía ni su nombre.
- Bien, yo los llevaré a su lugar de estancia, síganme - dijo dando una sonrisa ligera.
¿Acaso siempre sonríe? No voy a mentir, me sorprendería que alguien pudiera regalar sonrisas así de simple.
Yo solo asentí y con un ligero movimiento en la mano, comenzaron su camino, esta vez, Zhou Cheng lo siguió a pie, ya que el mayor no traía nada mas que su presencia.
- Su estancia es la parte oeste del palacio, es bastante grande para todos ustedes, ya se he colocado los suplementos a utilizar y si en todo caso necesitaran algo, podría usted avisarme - menciono amablemente.
Yo fruncí el seño algo extrañado, así que le aclare - le dejaré ese cargo a uno de los guardias, yo solo vengo a acompañar a la princesa y al pequeño príncipe, después de ordenar todo aquí, me iré con mi emperador para apoyarlo -.
El consejero contrario abrió ligeramente los ojos para después sonreír - no cabe duda que tiene un espíritu de Liang, lealtad -
Dentro de mi, mi corazón se sintió cálido por las palabras contrarias.
Sabía que lo que decía era cierto, pero que viniera de él, se sentía todo muy diferente, solo asentí ya que las palabras no podían salir.
