Un Rey no Muerto en una Guerra Santa Capitulo 1: Prólogo

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Hace 60 años se llevo a cabo la Tercera Guerra del Santo Grial , una guerra santa que ha continuado vigente por doscientos años con el objetivo de conseguir el Santo Grial, un objeto omnipotente con la capacidad de conceder deseos. Establecida por las familias Tohsaka, Matou y Einzbern; las Tres Familias Fundadoras, crearon esta guerra para pedir un deseo con el cual podrían alcanzar a Raíz, pero actualmente se ha convertido en una competencia por cumplir los deseos egoístas de la mayoría de los participantes, siendo únicamente los Tohsaka que aun mantienen el deseo de alcanzar a Raíz.

En la Tercera Guerra los Einzbern, cansados de perder en busca de la recuperación de la Tercera Magia, subvirtieron el sistema habitual en un intento por convocar al dios zoroástrico, Angra Mainyu; pero si bien lograron obtener a Avenger, que reemplazó a la clase Berserker, este ritual terminó en fracaso, pero Avenger; fue absorbido por el Grial corrompiendo el sistema. Hasta ese momento solo era posible invocar verdaderos espíritus heroicos, pero tal contaminación permitió que se invocara «algo más que héroes» durante las posteriores Guerras del Santo Grial.

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[[Cuarta Guerra del Santo Grial, 1994. Un día antes de la Guerra]]

Hasta este momento 6 Masters habían sido confirmados para esta Guerra Santa.

Ryūnosuke Uryuu, un joven asesino en serie descendiente de un linaje de magos que residía en la Ciudad de Fuyuki por obra del destino en este tiempo de guerra había estado realizando varios circulos mágico para la invocación de un Servant sin efecto hasta ahora, fuera de su mente retorcida el chico era incapaz de entender en la situación en la que se estaba por meter, su ignorancia era de admirar. 

La gente dice que el asesinato es un crimen. Pero pensemos en ello un poco. ¿Acaso no hay 5 billones de humanos sobre poblando la Tierra? Ryūnosuke sabía bien que tan exagerado era ese número. Porque él se puso a contar la grava en el parque cuando era pequeño. Por supuesto que él se sintió desanimado después de los diez mil, pero jamás olvido la frustración que sintió en ese momento. Hay quinientas mil veces más humanos que eso. Además, se dice que el número de nacimientos y muertes todos los días puede ser valorada en alrededor de los diez mil. ¿Qué tanto daño puede hacer Ryūnosuke al convertirse en un asesino? Además, al asesinar a la gente una a una, Ryūnosuke puede perfeccionar cada una de sus muertes a conciencia.

Con esa creencia, Ryūnosuke vagaba por varios lugares, acumulando asesinatos. No le tenía miedo a la ley. El sentimiento de ser preso y esposado – sin importar cuantos hombres se requirieran en verdad para ello – era algo que él "comprendía" definitivamente, hasta llegar al punto de no tenerle miedo; él había "observado" suficientes muertes por ahorcamiento o la silla eléctrica con ese fin. Pero su razón para escapar de la ley era, simplemente, porque no había ninguna ganancia en perder su libertad y obtener una vida en prisión, y por lo tanto consideró que vivir una vida buscando placer todos los días era algo mejor, esa era la opción correcta para un hombre "saludable" como el.

En una casa de un barrio de la Ciudad de Fuyuki, Ryuunosuke Uryuu estaba realizando el ritual mágico para la invocación de un Servant con la sangre fresca de sus victimas, una inocente familia en donde el único superviviente era un niño que Ryūnosuke atormentaba mientras mostraba los cuerpos descuartizados de sus padres al joven.

¡Soy Ryūnosuke Uryū, y soy un demonio! ¿Qué te parece esa presentación? Esta debería de ser una buena oportunidad para asegurarme. Si los demonios existen o no... — Diría el joven asesino mientras atormentaba al niño que solo podía gritar de miedo ante su captor — De cualquier forma. Si por casualidad en verdad aparece un demonio, ¿No sería estúpido el no tener nada que beber o algo sobre que hablar? Así que chico... Si el Sr. Demonio en verdad viene a visitar, ¿Qué te parecería ser asesinado por el? — Hablaría Ryūnosuke con una voz calmada totalmente distinta a sus palabras y como respuesta solo obtuvo el grito seco del niño a lo cual el solo pudo reír al ver la desesperación del joven

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