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Luego de presentarse, diciendo el nombre de su padre para usarlo en contra del Capitán Jeon, agrego:

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Luego de presentarse, diciendo el nombre de su padre para usarlo en contra del Capitán Jeon, agrego:

— Deben de hacer lo que les digo, o tiraré del gatillo y su maldición será eterna - amenazó, firme ante tan imponente capitán que nunca despegó sus ojos de el.

— Exponga sus términos joven Min - comento el Capitán Jeon, atento al igual que su tripulación.

— ¡Jimin, libérelo!

— Sí ya lo sabía - afirmó el capitán — ¿Otra cosa? - preguntó expectante, ignorando que atrás de el, su Omega se señalaba a si mismo esperando ser visto por el alfa Min.

— La tripulación, no deben dañarlos.
Pidió, siendo este su último término.

— Hecho.

Pronto, el Perla Negra se acercó a una isla desierta donde maliciosamente, el capitán Jeon repetía su misma acción que hace diez años.

Su tripulación amenazaba con sus espadas, se reían y esperaban al que el joven Min saltará de la tabla al mar, parte de la misma, detenía con fuerza al alfa Min que no quería que su Omega sufriera.

— ¡Jeon eres un mentiroso! - grito con enojo — Dijiste que lo libertarias.

— ¡No te atrevas a cuestionarme! Accedí a liberarlo pero nunca dijiste cuando ni donde - respondió el capitán Jeon con clara burla y maldad en su voz, su tripulación río junto a él ante el "chiste" que soltó.

— Sería una lástima que algo tan bello y fino se pierda - comento el capitán Jeon mirando al joven Park en la tabla, recibiendo una celosa mirada de un omega que también sería abandonado — Así que devuelva la ropa de mi esposo y váyase - ordenó con su ronca voz, estirando su brazo esperando recibir las túnicas que en su vez, su esposo utilizó en su luna de miel.

El joven Omega se sacó la ropa, tirándosela al capitán y que este ordenará que la lavaran y guardarán en su alcoba. La tripulación se empezó a desesperar al ver que el Omega saltara, uno de ellos, alto y grande con burla grito "¡A nadar!" para luego con fuerza mover la tabla y que el joven Park cayera al agua.

Ahora el turno del esposo y Omega del capitán Jeon, quién rápidamente fue puesto en la tabla.

— En realidad me gustaría evitar esto, y que esto mismo cree un gran problema entre nosotros amor mío - afirmó el Omega una vez tuvo a su alfa frente a el.

— Tae - su alfa lo atrajo a sus brazos, apretándolo y deseando envolverlo en su aroma, que lastimosamente por su maldición, no podía — Tae, ¿no lo has notado? Esta es la misma isla en donde te nombramos gobernador la última vez.

— No lo noté.

— Tal vez inventes otro milagroso escape, y seré espectador de ello como gran admirador, pero lo dudo - comento Jeon, sacando su espada y apuntando a su Omega, quién sentía que su lobo se encogía ante el miedo que le estaba dando su "lugar seguro" — Hora de nadar mi amor.

Pirates of the Caribbean  °Kookv°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora