🌸Capítulo 2🌸

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Era lo más bonito que habían visto mis ojos. Miles de árboles grandes, un prado inmenso, con flores de todos los tipos y colores.

-¿Es hermoso no Blair? -dijo Ellie la cual caminaba a mi lado mirando todo asombrada.

-Si, es muy hermoso.

Pero todo esto no duró mucho, empezamos a volar y se pudo ver a la lejanía, ya no un prado hermoso lleno verde, flores y mariposas volar. Por el contrario habían manchas rojas tiñendo las hojas de los árboles, las flores y el pasto. Todo se veía tan sombrío y así mismo se empezaron a divisar a la lejanía alas, alas negras que no tenían ninguna forma. Habrían alrededor de 15 demonios, había uno en particular que llamó mi atención, iba al frente de todos como si ellos lo siguieran a él. Por la lejanía a la que se encontraban, mientras se acercaban más pude divisar mejor su rostro. Un chico que parecía físicamente de 13 o 14 años, mechas rubias despeinadas acompañaban su cara que contrastaban con su piel blanca y ojos negros que no reflejaban ninguna emoción. Mientras su pelo se movía por el viento, dejó a la luz una marca en la frente, la marca del Rey demonio o eso es lo que me han dicho.

-Es hora de volver, hasta aquí es el límite, nunca hay que pasar sin un equipo, ¿entienden? -dijo la diosa encargada de nuestra tropa.

La tropa empezó a volver en dirección del palacio, yo siguiéndolo al lado de Ellie, Meilín y Luz.
Gire mi cabeza para ver por última vez en dirección de los demonios, me encontré con los ojos de él, mirándome con esos ojos sin reflejo alguno.

Y como por arte de magia desaparecieron.

Ese chico llamó mucha mi atención,  tanta que necesita saber quien era. No sabría como explicar la atracción que me hacia sentir el necesitar por alguna razón saber quien es.

Llegamos tan rápido como salimos

Todas las diosas jóvenes empezaron a irse en diferentes direcciones.

-Vayan a casa- dijo Luz con su típica sonrisa amable.

-Tienen que descansar para mañana, empezarán su entrenamiento- acompaño Meilín a Luz.

-Nos vemos más tarde -empecé a volar en dirección al palacio.

-Blair,¿que harás?- la voz a mis espaldas de Ellie me hizo darme cuenta que me seguía.

-Iré a descansar como dijo Meilín- ella pareció comprender y tomó otra dirección.

Al igual que yo lo hice.

Este día fue el primero que me dejaban salir fuera de los grandes muros que rodeaban todo el palacio, estos siempre eran custodiados por diosas, peor aún por la guerra con el clan demoníaco. Aunque hubiera una barrera protectora que sólo podía ser atravesada por las diosas, aun así hacían turno todos los días. Pero este día no, estarían festejando por que tuvieron un avance en su guerra, habían podido tomar un poco más de terreno. Yo no dejaría esta oportunidad de salir a explorar sin ser descubierta.

El salir del palacio fue fácil, lo difícil sería fuera de él,  tendría que cuidar mis pasos en todo momento.

Apenas habían pasado 5 min cuando empecé a oír ruidos en el bosque, tenía miedo de que fuera una diosa así que me escondí entre arbustos.

Salió un alcé corriendo, parecía asustado, huyendo de algo o alguien...
Otro ruidose hizo presentea mi izquierda, pero esta vez sentí una mala señal, así que no me moví, ni siquiera respire. Salto encima del alcé agarrandolo por el cuello y sacudiendolo, un tigre, o bueno eso parecía por su apariencia, pero su tamaño y el aura que lo rodeaba, indicaba algo peor...

Me quedé quieta, nose si fue el shock por todo lo que había pasado en menos de un minuto, peor no podía manejar mi cuerpo, este no reaccionaba.
Esta cosa se aseguró de que mirara todo lo que podía hacer, destrozó al alcé y luego empezó a llevárselo hablándole de los cuernos, espere unos minutos hasta que este lo considerablemente alejado para salir.

Hubiera podido ayudar al alcé con mis poderes, pero entendi que a veces es mejor que la naturaleza siga su curso y no intervenir con algo que tarde o temprano pasará.

Salí de la zona rápidamente y cuando do creí que ya estaba segura, empecé a apreciar de nuevo toda mi alrededor.

Creo que habré caminado por casi 1 hora cuando sentí por una milésima de segundo poder, fue tan rápido que casi creo que yo lo imagine, pero se sintió tan real.

Camine cuidadosamente hasta llegar a un árbol gigante, si los árboles de allí ya eran grandes, este era otro nivel.

Contemple cada parte del árbol, mientras mi mirada subía, me encontré con un par de mechas rubias.

El chico de ojos negros me vino a la mente.

El parecía no notar mi presencia o por ahí eso quería que crea, así que me puse alerta.

-Sal de ahí, deja que te vea diosa-habló sin mirarme.

Yo volé y fui dando vuelta al árbol hasta quedar cara a cara con él. Tenía esos ojos negros sin reflejo alguno, esas mechas rubias cubriendole media cara y sus mejillas rosadas, tenía sin mentir cara de un chico de 14 años, también note su estatura, no era tan alto.
Bajé la mirada para toparme con su pecho, esta con su camisa roja y ensangrentada, un hueco gigante yacía ahí, además de múltiples lesiones notables por todo su cuerpo. El había estado luchando y había quedado herido.

El al parecer se dio cuenta que lo inspeccionaba.

-¿Te vas a burlar diosa? Adelante, así te mataré con más placer -su cara se arrugó y con ella sus cejas.

-Claro que no, estás herido, necesitas ayuda urgente -dije he intente acercarme unos centímetros más adelante.

El rápidamente apareció frente a mí parado apuntandome con una espada rota, insinue que la había roto en su lucha que lo había dejado así.

-Ay si, muchas gracias,  como no, una diosa ayudando a un demonio, en espe cial a este demonio que ha asesinado a miles de su pueblo -habló mirándome sarcástico.

Miles?, tendría que ser alguien conocido.

Pero antes de que pudiera responder o preguntar, su agarre de la espada se volvió débil y la soltó, además que cerró sus ojos y se desmayó, antes de que caiga de lo alto del árbol, logré agarrarlo, lo bajé y lo coloque apoyado contra el árbol.

Estaba con fiebre al parecer, temblada y la herida no sanaba. Eso era raro.

¿Seremos felices?~Meliodas y tú~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora