🌸Capítulo 4🌸

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MELIODAS

Desperté tras escuchar ruidos provenientes de una dirección, empecé a ponerme nervioso de que diosas o demonios, incluso cualquiera criatura este rondando por ahí, estaban en peligro, tenían que esconderse rápido. Pero al intentar moverse sintió un peso en su hombro, al girar se encontró con el rostro de Blair, estaba dormida, tenía algunos mechones de cabello cubriéndole la cara y se veía tan relajada, por un momento dudo si interrumpir su sueño, por un ruido que pudo provocarlo cualquier cosa, hasta que escucho voces que se escuchaban más cerca, ahí supo que tenían que esconderse.

-Blair, despierta, hay que irnos de aquí. –dije moviéndola, ella empezó a moverse y abrir los ojos.

Me pare y la agarre del brazo jalándola hasta que quedó a mi lado parada, iba a abrir la boca seguro para decirme algo pero se calló al escuchar las voces que se acercaban cada vez más. En ese momento el único lugar para escondernos era el árbol que teníamos en frente, no lo pensé y agarre a Blair listo para volar, pero al intentarlo no pude haciendo que tuviera una punzada en el pecho, la herida.

-Todavía no sana por completo. – dijo para luego abrazarme.

Eso me tomo desprevenido y me puso un poco nervioso por su tacto.

De pronto desplego sus alas y nos llevó hacia una rama alta del árbol. Esas voces cada vez se acercaban hasta que vimos a unas diosas, eran 2 y venían charlando.

Estaban por irse, de repente me empezó a doler la herida y solté un quejido, Blair me jalo hacia ella para evitar que pudiera caerme. Esto las diosas no lo dejaron pasar por alto.

- ¿Escuchaste eso?, se escuchó cerca- dijo una de las diosas mirando hacia todas las direcciones.

-Seguro fue algún animal, hay que llegar rápido, la deidad llamo a todas las tropas- dijo la otra diosa y se empezaron a alejar.

- ¿Estas bien? - dijo inspeccionando mi herida- está sangrando, pero ¿Por qué? - dijo mientras sacaba el vendaje de la herida y abrió sus ojos como si se hubiera dando cuenta de algo, para luego mirarme- ¿Cómo dijiste que te hiciste está herida? - me miro buscando respuesta alguna.

-Una diosa me atacó desprevenido con una lanza, me la clavo en el pecho y luego llego un grupo de 3 diosas y me lanzaron un ataque combinado...-dije y no pude evitar apartar la cara, sentía ¿vergüenza?, era vergonzoso contarle como había terminado en ese estado a una diosa.

La diosa pelirroja parecía sumida en sus pensamientos cuando su cara se ilumino como si pareciera que se le hubiera ocurrido algo.

-Eso es, la lanza, estaba envenenada. Tu cuerpo está expulsando el veneno a través de tu sangre, entonces no te estas desangrando estas mejorando, ya no te pondré vendas, eso haría que la sangre envenenada vuelva a entrar a tu cuerpo. –dijo y me sonrió, luego me tomo sin previo aviso y bajamos del árbol.

-Échate.

Me recosté en el césped y Blair se sentó sobre sus rodillas a mi costado, empezó a curar la herida de mi pecho, su magia se sentía tan acogedora, sentía mi corazón latir tan fuerte que pareciera que se saldría de mi pecho, pero era una sensación hermosa, su tacto al rosar mi piel se sentía tan tibio, a la vez que te daba una sonrisa tranquilizadora que te hace pensar que todo está bien, aunque no lo este. Blair era la diosa que más le agradaba, no solo la diosa, la única persona que le agradaba, no le molestaba su presencia, al contrario, le encantaba hablar con ella, reír con ella, por una vez en la vida se sintió ¿comprendido?, no sabía, pero le agradaba la pelirroja y mucho.

-Ya terminé, saqué todo el veneno de tu sistema, solo debes descansar unas horas más y ya estarás recuperado totalmente- dijo apoyándose al árbol y cerrando sus ojos- En un rato iré al palacio, deben estar preocupadas por mi...- su cara se contrajo y luego la relajo, de pronto abrió los ojos y se sentó con su espalda rígida.

- ¿Qué pasa Blair? –dije sentándome colocando mi mano en su hombro.

-Preocupadas...-dijo mirando el suelo, para luego mirarme- la diosa dijo que la deidad llamo a todas las tropas, es solo intuición, pero, puede que mande a las tropas a buscarme, pensara que el clan de los demonios me habrá secuestrado o algo parecido...-la mire buscando explicación, ¿Por qué la Deidad haría eso por una simple diosa entre las miles que hay?, no tuve mucho tiempo para pensar porque Blair se levantó rápido y empezó a caminar.

-Blair, ¿Por qué haría eso la Deidad? - pregunte agarrándola de la mano para que no siguiera caminando.

-Pues...-pensó la pelirroja en cómo decirle- digamos que soy hija de la Deidad, por eso mandaría tropas a buscarme...- me quede inmóvil, solté su mano y esperaba que me dijera que era una broma. Si de por si estaba mal que él tenga una amistad con una diosa, no se imaginaba con la hija de la Deidad, peor si él era el primogénito del Rey Demonio, ellos por naturaleza eran rivales y enemigos.

Ella no espero que el respondiera y empezó a alejarse, hasta que ya no escucho sus pisadas y tampoco sintió su presencia.

¿Cómo podría no haberse dado cuenta?, ella tenía una fuerte energía mágica, sus poderes, era obvio que debía ser alguien importante. Pero aun así no la culpaba, el también no le había dicho quién era.

No sabía qué hacer, simplemente estaba tratando de procesar todo.

Ella y el por ser hijos de los líderes de su clan estaban destinados a odiarse ¿no?, sus clanes eran enemigos desde inicios de la historia y ahora había surgido una amistad entre él y una diosa, y no cualquiera diosa. Se sentía tan despreciable, qué pensaría su padre si se enterara, que sería de él. Y eso no era lo más malo, lo malo era que ahora él no se quería alejar de esa diosa, no, de Blair, él no quería pensar en no volverla a ver y no sabía el porqué.
D
Me levantó y empecé a caminar, todavía mi cabeza daba vueltas. Seguí caminando durante bastante hasta que logré divisar el Reino demoniaco.

-Joven Meliodas- un demonio me miro sorprendido, pero cambio su cara- El Rey no sabía dónde se encontraba, llego a pensar que le había pasado algo- me miro buscando respuesta en mi cara.

-No, estoy bien. – dije y empecé a caminar.

No quería hacer nada ni hablar con nadie, la herida todavía le hacía sentir punzadas, se iría a descansar.

-Hermano...-giro su cabeza en dirección a la persona que hablo, era su hermano menor Zeldris.

-Zeldris, estoy cansado, iré a descansar. -no espere que conteste y me fui de allí.

¿Seremos felices?~Meliodas y tú~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora