PENUMBRA

Capitulo 4 Belial

Salí de la habitación cuando ella se quedo dormida, la ereccion en mi pantalón dolía demasiado, queria tocarla, estar con ella, sentir su humedo ser en mi miembro hasta hacerla estallar en gemidos

—Buenas noches mi amo- una demonio que se encargaba de las tareas de la mansion se atravesó en mi camino mirando con vergüenza mi miembro marcado en el pantalón

—¿Quieres?- pregunté enojado y ella asintió con la cabeza de manera urgida, le indiqué que me siguiera y al entrar en mi habitación me sente en mi sillón habitual, deje salir mi pene duro y ella de inmediato se arrodilló frente a mi pero algo en mi, le incomodaba que no fuera mi corderito
¿ De cuando acá yo me quejaba por alguna mujer? Esto era frustrante, chasquie mis dedos y la demonio frente a mi tomo la apariencia de Lua aunque su olor era lejos de ser el mismo. Detestaba el impulso de proteger a aquella humana, alguna vez mi madre llego a comentar que las mujeres humanas eran diferentes pero no me imaginaba hasta que punto, Lua emanaba simplemente una energía deliciosa que sentí al primer toque de su piel aquella noche y Grecia lo sabia, por eso fui bueno con ella siendo que jamás había cuidado de un humano o hecho un pacto con algún humano y lo primero que noté al llegar a casa con ella en brazos fue que no podia tocarla mas alla de lo que ella permitiera; Recordé aquella noche cerrando los ojos dejándome llevar por el recuerdo

—Siento que pasan muchas cosas por tu cabeza y me pregunto que tramas Belial- Grecia acariciaba la cabeza de la mujer tendida en la cama inconsciente

—Deseo saber por que ella sufrió tanto, tal vez se lo merecía y nosotros solo ayudamos un alma sucia y asquerosa que tenía miedo a morir como todas las demas-

—Puedes averigüar lo que quieres, adelante-

Me acerqué a ella enfocando mi atención solo en la voz de su cabeza y cuando logré abrir la puerta, una ola de dolor me azoto, podía ver sus actos impuros de lujuria mayormente aprendida de su pareja ya que ella vivía a traves de él, vi sus noches en vela esperando con la luz prendida sucumbiendo a la gula por el miedo a estar sola en las noches que el estaba ausente, su amor a la pereza por amar dormir y luego sus gritos de dolor por las noches mientras se auto lesionaba tratando de tener valor de cortar su brazo de manera más profunda, el dolor de los golpes en su cuerpo de parte de la persona que más amaba y por el cual dio todo, la traición, el desamor, el que se sobre exigía en su empleo por falta de dinero para poder pagar una renta de hogar y sus malditas noches llorando a "Dios" por que la ayudara y la sacara de ese pozo de oscuridad.

—Maldita sea dame un pecado mas grande- murmuré entrando mas al fondo de ella y solo pude ver que llegaba siempre a perdonar a todas las personas que la dañaban, perdonó el abandono de su madre y el hecho de que la dejó sola mucho tiempo de su vida, perdonó los malos tratos de su padre que la indujeron a la bulimia y anemia por burlarse de su físico, una niña sola al final de cuentas, tan sola siempre como lo fuí yo, valiendose por si misma por su gran orgullo

—¿Y bien? ¿La matamos?, A mi no me importa alimentarme de ella- Grecia la veía con morbo y eso me causaba un poco de rabia cuando normalmente le hubiera dicho que me daba igual, al final de cuentas ella era un Sucubo y se alimentaba de sexo

—No te atrevas a tocarla mas de lo que yo te permita-Pensé mucho tiempo que haría con ella cuando al final me decidí- Grecia, ¿recuerdas aquella platica con mi madre Lilith en la que dijo que era benéfico para alguien como yo encontrar una mujer pura para poder ser mas poderoso?-

—No me digas que ella no tiene ningun pecado mayor- Grecia abrió los ojos como plato y miro a la humana con un aire maternal

—Nada, solo pecados leves como todos, pero jamas deseó el mal a nadie, jamás mato a nadie, jamás daño a las personas por mas que la dañaran, ella solo buscaba familia y protección que nunca tuvo-