Capitulo 6

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Había pasado una semana y media desde que Belial me había dicho que mi presencia le era asquerosa y yo evitaba a toda costa ir a su despacho en horarios donde pudiera chocar con él, así que trabajo que me enviaba pidiendo que lo llevara personalmente trataba de dejarlo en su escritorio cuando él no estaba y la verdad me daba mucha pereza tener que volver a discutir con él, me importaba más mi paz mental, a decir verdad. Los días pasaban entre pinturas, pláticas con las súcubos que venían a pasar el rato en mi habitación, hablar con las pequeñas estatuas de gatitos las cuales no mostraban ningún cambio e ir a la cocina a pasar el rato con Marx, el cocinero que conocí la primera vez que baje a las cocinas; me conto como murió en una competencia de hot-dogs atragantado por un trozo de salchicha y tiempo después de sus torturas por pecar, se le ofreció trabajar para Belial de recolector de deudas pero no era lo suficientemente cruel así que lo mandaron aquí a cocinar y desde entonces no ha salido de ese lugar.

—Grecia... ¿Qué hay detrás de los muros altos? - pregunte a mi amiga que se encontraba dormida en los mullidos cojines del suelo en mi habitación mientras yo pintaba en un nuevo lienzo

—mmm...se podría decir que bosques sin vegetación, animales que murieron de manera trágica y no pudieron encontrar el camino, almas condenadas, demonios horribles que amarían devorar tu carne y tu alma- miro a mis pequeñas estatuas haciendo gestos raros como de niño que quiere hacerte reir y se acomodo para volver a dormir-Esos gatos no se van a mover por mas cariñitos que les hagas o que los arropes en un mullido almohadón

—Tengo esperanzas aun- sonreí a mis queridos gatitos mandándoles un beso al aire- y ustedes Volvieron a salir anoche cierto...- suspiré recordando que Belial no me había llevado últimamente a divertirme con ellas, comenzaba a aburrirme

—Si, últimamente Belial anda de mal humor y nos exige pagar nuestra cuota semanal al doble-

—No se me hace raro que sea un prepotente- solté un suspiro pesado recordando mi última discusión con el

—El es muy orgulloso para admitir que se le paso la lengua- lo extraño debo admitirlo, extraño su presencia y escucharlo trabajar, pero se dentro de mí que solo es el sentimiento de no verlo tal vez

Después de un rato Grecia se fue, tome un largo baño en la tina con burbujas para retirar el exceso de pintura para después quedarme en toalla tirada en la cama. Me quede solo viendo al techo, pensaba en Belial, creía que teníamos una clase de conexión, recordar la situación de no hablarnos me quemaba la sangre, cerré los ojos e imaginaba su voz, la manera en que me cargaba en sus brazos, su sonrisa de lado cuando se portaba engreído o la manera en que se acercaba delicadamente a mí y beso mi cuello aquella vez...solte un gemido y sin darme cuenta ya estaba caliente y excitada

<<Genial Lua, ahora estás mojada por ese cretino>>

Toque poco a poco mis pechos pellizcando mis pezones, eso me gustaba y me calentaba mucho

<<hace mucho que no me complazco a mí misma>>pensé mordiéndome los labios mientras seguía rozando mis pezones ahora duros como piedra, baje mis manos por mi abdomen hasta llegar a mi clítoris, apenas lo toque sentí unas ganas dentro de mí que pedían más, lo frotaba con la punta de mis dedos y sentía mi humedad chorreando con cada toque juguetón a mi pequeña cereza inflamada; moje mis dedos con los jugos de mi calentura para luego introducirlos y buscar ese punto que me hacía gritar y correrme... *BELIAAAAL* grite internamente,....imagine que eran sus dedos los que jugaban conmigo

¿Por qué él? ¿en realidad me gustaba tanto?

Si, me gustaba, me excitaba pensar en el pero no quería admitirlo, deseaba ser tocada por el en ese instante, estaba a punto de correrme tan delicioso, disfrutaba como mis dedos entraban y salían de mi mientras frenéticamente frotaba mi clítoris cuando un golpe estruendoso en la pared me hizo abrir los ojos y tapar con la sabana mi cuerpo desnudo viendo como dos hombres estaban en mi habitación forcejeando

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