chapter two

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season 1, episode 2
❛ sweet coincidence ❜



HALLIE LLEGÓ A DOHA a eso de las seis de la tarde junto a su hermana Willow y su mejor amiga Florence. Habían decidido coger un taxi e ir directamente al hotel para instalarse.

Planeaban descansar debido a que ya era algo tarde y mañana comenzarían a ver un poco más de aquella ciudad de Qatar.

Llegaron al hotel y vieron a varias personas bajar de un autobús con el chándal de la Selección Española.

Florence codeó a Hallie con una sonrisa pícara —Mirá que casualidad, tu enamorado está en el mismo hotel que vos. Igual tenés suerte y lo enamoras.

Hallie rodó los ojos con cansancio. Llevaba escuchando lo mismo durante todas las horas de aquel largo vuelo.

A ver, no negaría que Gavi le había parecido realmente atractivo, pero no estaba enamorada de él. Ella no creía en el amor a primera vista.

Llegaron a la recepción y la chica les dio las llaves de las tres habitaciones con una amable sonrisa. Se dirigieron al ascensor y esperaron su llegada, notando como un grupo de chicos se posicionaba a su lado también para coger el ascensor.

La mirada de sorpresa de la argentina no pasó desapercibida al ver a Pablo justo al lado suya, mirándola de reojo con una pequeña sonrisa.

Hallie bajo la cabeza con un pequeño sonrojo en sus mejillas y entró en el momento en el que las puertas del ascensor se abrieron.

Willow vio a aquel grupo de chicos y codeó a la pelirroja, la cual estaba bastante enfrascada en su móvil. Florence levantó la cabeza con desagrado por la interrupción y miró interrogante a su mejor amiga. La rubia señaló al grupo de chicos y la mirada de Flor se tornó a una de diversión.

—Ey, ¿cómo andan? —los saludó la rubia— Soy Willow y esta de acá es Florence. —la pelirroja levantó la mano con una sonrisa— Y la que está ahí detrás tratando de esconderse es mi hermana Hallie. Aunque creo que vos ya la conocés muy bien, eh. —dijo mirando a Gavi, quien rápidamente se sonrojó.

—¡Willow!

Pedri y Nico rieron ante la pequeña pelea que habían comenzado ambas hermanas entre susurros, mientras Pablo le rezaba a todos los dioses para que le tragara la Tierra.

En el momento en el que las puertas del ascensor se abrieron, Gavi salió prácticamente corriendo del ascensor, sin reparar en el resto de las personas.

Morata bufó con diversión y miró a la menor de las argentinas —No te preocupes por su comportamiento, le has encantado. —ese comentario sólo hizo que las risas de Flor y Willow aumentarán mientras Hallie sentía que se moría de la vergüenza.

Los jugadores salieron del ascensor, dejando al grupo de argentinas solas. Las dos mayores soltaron un quejido al sentir como la castaña las golpeaba en la cabeza.

—Pero, ¿son retrasadas o qué mierdas les pasa? ¡Cómo se les ocurre decir esas boludeces!

—Oh, venga ya, hermanita, sólo te facilitamos el trabajo, nada más.

—Sí —continuó la pelirroja—, ¿o es que acaso estás ciega y no viste como te miraba el español ese?

—Que sea la última vez que hacen algo así, ¿me oyen?

argentina ━ pablo gaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora