CAPÍTULO 2: UN BAÑITO RELAJANTE

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Una escena de desnudos a la vista. Disfrutad.

La bañera del cuarto de baño era una de esas bañeras japonesas tradicionales, un taburete de madera en frente de una regadera de ducha, con un cubo de madera para echarse el agua en el cuerpo y quitarse el jabón y un par de toallas pequeñas para colocárselas en la frente. Cuando Luigi abrió la puerta del baño lo primero que vio fue a Mario retirándose su yukata dejando expuesto su desnudo cuerpo, a lo que Luigi se sonrojó. Él también se desnudó y Mario le pidió que se acercase para enjuagarlo.

L: “¿No prefieres que empiece yo?”

M: “Nah, así revivimos los viejos tiempos.” Cogió la regadera y roció de agua la espalda de Luigi. “¿Recuerdas cuando éramos pequeños cuando nos lavábamos por esta zona?”

L: Empezó a recordar. “Ah, ahora sí. Tu siempre me frotabas la espalda primero.” Dijo feliz recordando aquellos momentos de su infancia y disfrutando del momento.

Mario pasaba sus manos cubiertas de gel de baño por la piel de Luigi mirándolo ahí sentado de espaldas a él, sentado en el taburete, completamente desnudo y empapado por el agua caliente de la ducha mientras su hermanito disfrutaba de aquellos movimientos que Mario le daba, lo cual a Mario le hacía sentir muy feliz: ver disfrutar a su hermano pequeño y cómo en su rostro se dibujaba su sonrisa angelical era algo que a Mario le hacía sentirse bien consigo mismo. Pero algo comenzó a despertar en su corazón.

L: Ya había pasado un buen rato y Mario no paraba. “B-bro, ya es suficiente. Ahora es mi turno.” Pero Mario no se detenía. “Mario.” Puso su mano en la muñeca de Mario.

M: “Oh, perdona bro.”

L: “¿¡ESTABAS TENIENDO OTRO ATAQUE DE PÁNICO!? Preguntó asustado.

M: “No, tranquilo. Me quedé embobado frotándote la espalda, es todo. Tienes una piel muy suave.” Dijo tranquilizando a Luigi.

L: Se sonrojó. “¿D-de verdad? ¿M-mi… mi piel es suave?” Mario asintió y Luigi se tapó su cara con las manos ante aquel alago a lo que Mario se rio de la dulzura de su hermano.

M: Se retiró el jabón y se metió en la bañera. “Vamos Luigi, metete.”

L: “Ya voy.” Hizo lo mismo que Mario y se sentó a su lado.

Pasados unos minutos Luigi rompió el silencio en el cuarto.

L: “Oye Mario. Lo que dijiste en la recepción, de que yo soy tu mejor amigo, ¿e-es cierto?”

M: Abrió los ojos. “Claro que es cierto.”

L: “¿Y p-por qué piensas que soy t-tu mejor amigo?”

M: “Porque no sé cómo me aguantas. Con todo lo que he hecho y aun así tú estuviste ahí para mí. ¿Cómo lo haces Luigi?”

L: “Mario, ¿qué preguntas son esas? Eres mi hermano. Los hermanos se quieren y se cuidan el uno al otro.”

M: “*¡Es demasiado tierno para mí! Por eso te quiero tanto bro.” Le dio un beso en la frente.

El resto del baño transcurrió con tranquilidad hasta que ya notaron como las yemas de sus dedos se empezaban a arrugar y el calor del agua los empezó a adormilar. Lo cierto es que Mario se sentía muy afortunado de tener a Luigi como su hermano, ya que de los dos no solo Luigi era el más astuto sino que era el que tenía una mentalidad más tierna e inocente, hasta el punto en el que Mario le llamaba su ángel, cosa que a Luigi siempre le pillaba de sorpresa ante cierto alago por parte del mayor.

Salieron de la bañera, se secaron y pusieron sus pijamas ya listos para irse a dormir.

L: “Duerme bien bro.” Se metió en el futón.

M: “Tú también bro. Mañana iremos a probar las aguas termales, ¿vale?”

L: “Me parece bien.” Bostezó. “Dulces sueños.”

M: “Dulces sueños Luigi.”

Y acto seguido Mario apagó la lámpara del techo del cuarto y se durmieron.

Bueno, ha sido un capítulo tranquilo.
Mientras más avance la historia más interesante se pondrá 🌚

Tened paciencia, nos vemos 💕

Unas vacaciones inolvidables (Mario x Luigi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora