CAPÍTULO 8 (EPÍLOGO): GRACIAS POR ESTAR CONMIGO

221 12 3
                                    

Aquí tenéis el capítulo final de esta tierna historia.

Espero que os guste. 😘


En el aeropuerto del Reino Champiñón la princesa Peach, el maestro Kinopio, el doctor Kokino y tres Toads más esperaban el avión que traía de vuelta a Mario y Luigi. El avión aterrizó y los hermanos fueron recibidos con los brazos bien abiertos. 

Les preguntaron cómo fue la estancia en el hostal; cómo se sentía Mario; qué fue lo que más les gustó, cuando el maestro Kinopio les hizo en privado esa pregunta.

K: “Chicos, de casualidad… ¿habéis ido a una terma que se encontraba en una de las montañas? Estuvo cuando fui y la verdad es que no sé si aún sigue abierta o si sigue existiendo. Sed honestos.”

M: Ambos se miraron. Sabían de qué terma estaba hablando. “No. Había una, pero estaba permanentemente cerrada. Nunca nos dijeron el por qué.”

K: Suspiró de alivio. “Menos mal. Es que el agua de esa terma es tan especial que la llamaron la terma de Eros, en honor al dios del placer…”

M: Tapó los oídos de Luigi. “M-maestro, por favor… delante de mi hermano no.”

L: “¿Eh? ¿Qué ha dicho?”

En su viaje en taxi de regreso a casa Mario se quedó pensando. Tenía sentido lo que Kinopio les había contado: por eso sintieron la necesidad de hacer el amor con muchísima pasión, aunque Luigi no lo entendiese. Incluso tras perder su virginidad seguía siendo alguien puro e inocente a quien Mario debía proteger de la suciedad de este mundo.

Una vez en casa, y las maletas desechas, Luigi le propuso a Mario tomar juntos un baño para celebrar su regreso y la recuperación de Mario, a lo que éste último aceptó.

Ya desnudos por completo y dentro de la bañera ambos se sentaron y comenzaron a mojarse el cabello para empezar a pasarse el champú.

M: “Nos lo hemos pasado bastante bien, ¿verdad hermanito?”

L: “Sí… Y lo más importante es que ya estás mejor.”

M: “Pero porque tú viniste conmigo. Eres el mejor y más precioso ángel de la guarda que alguien pudiese tener.”

L: Se sonrojo. “C-claro… *¿Acaba de llamarme ángel de la guarda? Eso es muy tierno.*” Sentir las manos de Mario masajeando su cabello y extendiéndole el champú le hizo cerrar los ojos y dejarse llevar por lo agradable que era. “Un poco más, por favor.” Le pidió a Mario con esa ternura suya.

M: “Oki Doki. Por verte feliz continuaré.” Dijo sonriendo. “*Oh Luigi… Tu ternura, tu voz, tu sonrisa…*” Sintió como su pene se despertaba ante esos pensamientos. “*Me excitan mucho. ¡NO MARIO! ¡NO PUEDES VOLVER A TENER SEXO CON ÉL! ¡No lo entiende!*” Comenzó a jadear por la excitación.

L: “¿Bro? ¿E-estás bien?”

M: “S-si… N-no te preocupes.” Paró de masajear a Luigi. “C-creo que… y-ya me toca a mí.” Se giró en dirección contraria a Luigi para que éste comenzase a enjuagar su cabello con el champú. “*M-mi… Mi erección está palpitando.*” Aprovechando que Luigi estaba de espaldas y no lo veía, comenzó a masturbarse con mucho cuidado mientras tenía sus piernas cruzadas para así poder ocultar el acto a Luigi.

L: “Tu pelo es bastante fuerte y brillante.”

M: “E-el tuyo también bro… *¡Dios! ¡Necesito correrme ya!*”

L: Solo oía jadeos salir de Mario. “Enserio Mario, ¿te encuentras bien? Ya me empiezas a preocupar.” Paró el masaje y se acercó más al mayor. Entonces lo vio. “¡MAMMA MIA!”

Unas vacaciones inolvidables (Mario x Luigi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora