Capitulo 1.

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—¿Dónde estoy? ¿Por qué no puedo ver nada? ¿Quién soy yo?— por mi cabeza, no paraban de dar vueltas aquellas preguntas, no podía ver absolutamente nada, lograba escuchar mi agitada respiración, con un poco más de concentración,  escucharía los fuertes latidos en mi pecho.

—¡HOLA! ¿¡HAY ALGUIEN AHÍ!? — grite con el poco aliento que me quedaba, necesito calmarme o solo gastaré el oxígeno que hay aquí, si es que llegase a haber posibilidad de agotarse.

Entre manotazos desesperados trate de ubicar donde estaba y lo que me rodeaba, estaba tirada en un suelo de madera, frío como el hielo, el cual, con el mínimo movimiento crujía con bastante fuerza. Logré ponerme en pie, con ambos brazos extendidos camine hacía el frente tratando de encontrar alguna pared. No tarde mucho en sentir aquel muro, también de madera, está era más ligera, por el sonido hueco rebotando en su interior deduje era un simple muro divisor de tablaroca. Deslizandome por la pared, palpe por completo cada rincón en busca de algún tipo de interruptor, algo que acabará con la oscuridad de aquel lugar. Pasaron cinco, diez, quince minutos, hasta darme por vencida, no encontraría nada, sabía que había rodeado la habitación unas 4 veces en todo este tiempo, no logré encontrar nada, ni un botón, hendidura, relieve, puerta, nada, no encontré nada.
La habitación no era muy grande, casi rectangular, los muros, apesar de ser ligeros, no podía moverlos ni un centimetro, no había nada fuera de lo normal, ni un factor como la humedad, el polvo, algo que pudiera afectar aquel muro.
Ya había revisado las paredes, decepcionada de no encontrar nada, faltaba ahora buscar en medio de la habitación, pero, no tenía ni una guía para no chocar con nada, opté por ponerme de rodillas y gatear con una mano al frente moviendo de un lado a otro para evitar chocar con algo. A los pocos metros de avanzar, mi mano choco con un tubo rígido de metal, al comenzar a palparlo  note que era el tubo no era muy grueso, el cual era parte de una mesa, para ser exactos, una pata de esta. 

Comencé a levantarme, poco a poco, hasta recargar ambas manos en aquella lámina metálica, helada, pequeña, firme y lisa. Comencé a deslizar con suavidad mis manos por la mesa, sentía que arrastraba pequeñas basuras y objetos pequeños, rezando porque no fuera algún animalejo como una cucaracha o algo peor; termine de buscar. Logré encontrar sólo un envoltorio, pequeño, rectangular, el cual con las pocas fuerzas que tenia pude abrir, aquel aroma frutal comenzó a hacer rugir mi estómago, sin dudarlo, la devore en tan poco tiempo. Encontré un pequeño objeto circular con una larga punta saliendo de este, pasaron un par de minutos hasta que descubrí que aquello era una llave, un poco más grande de lo normal, era bastante ligera y endeble.

Pero, ¿Para que quería una llave? no había ni una sola puerta en la habitación, no había ni una sola cosa extraña en aquellas paredes planas.
No lograba entender para que la llave, simplemente decidí apretarla con la mano y seguir buscando algo a gatas por el suelo.

Pocos minutos bastaron para sentir como el suelo comenzó a oírse hueco, golpee un par de veces para cerciorar qué estaba hueco debajo. Al escuchar como esos golpes secos rebotaban en lo que pareciera un túnel un poco profundo, comencé a buscar desesperadamente la forma de acceder a este, a tientas note lo que era una pequeña hendidura, casi imperceptible, trate de insertar la llave, pero entre aquel ruido metálico, escuché un par de golpeteos a mi derecha, al parecer, tenía una pared bastante cerca, a poco más de la amplitud de mi brazo, era un golpe seco, metálico, como si fuera una vara, ligero, intermitente, parecía que iba recorriendo la pared en busca de algo. El frío sudor comenzó a escurrir por mi sien, transando una línea a lo largo de mi mentón, llegando hasta mi cuello y desapareciendo en mi blusa. Sentí como la llave comenzaba a entrar al mismo tiempo que resbalaba por mis dedos debido al sudor, quedé helada totalmente, el golpe comenzó a ser más pesado, con más frecuencia y comenzaba a moverse cada vez más rapido, sabía que no había forma de entrar en la habitación, pero, ¿Que tan cierto era esto? aquella cerradura en el suelo era casi imperceptible, sin darle más vueltas, reaccione en aquel momento que el golpe fue tan duro, juraría que aquel había hecho un hueco en la pared, no podía ver nada, pero se que estaba en la pared al otro lado de la habitación, en ese momento, el miedo hizo que girará la llave, sentí como la pequeña trampilla dio un brinco hacia arriba, lo suficiente para poder jalarla con los dedos. El golpe había parado, la pequeña trampilla no generaba ni un tipo de sonido mientras la abría. — ¿Realmente estoy sola en este lugar? — Trate de no pensar en ello, si no en como es que bajaría. Logré sentir un tubo, cerca de donde se abría la trampilla, con prisa logré sentir lo que parecía una escalera vertical, como pude arranque la llave de la cerradura y me prepare para descender, estaba a punto de volver a cerrar aquella entrada...

DENTRO DE LA OSCURIDAD.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora