𝑻𝒉𝒊𝒓𝒔𝒕 - 𝑯𝒂𝒊𝒌𝒚𝒖𝒖 [𝑻𝒓𝒂𝒅𝒖𝒄𝒄𝒊𝒐𝒏]

CAPÍTULO 1

Sed

Esselle

Resumen:

' —Eres tú. Puedo... olerte —dijo Hinata, un poco asombrada, y Tobio se dio cuenta de que lo contrario también era cierto. Lo que fuera que estaba oliendo, ese olor caliente y ahumado, eso era Hinata.

Tobio inclinó la cabeza para descansar su mejilla contra la frente de Hinata, inhalando profundamente su piel. Nunca había hecho esto antes, nunca. No solo por la enorme violación de la conducta social, al dejar casualmente que un Lobo que no había profesado ningún interés en cortejarlo olfateara a un Cordero como él de esta manera; pero también porque nunca había conocido a nadie que hubiera encontrado agradable su olor.

¿Hinata pensó que olía bien? '

--

Había un pueblecito donde un Lobo herrero tenía una fragua,
Y un Cordero de pelo negro como la noche entró un día por sus puertas.

El herrero era bondadoso, su sonrisa era brillante, como el hierro moldeado por el fuego,
Y el Cordero sintió por primera vez un extraño anhelo, deseo.

Notas de la autora:

¡La sed finalmente está aquí! Gracias infinitas a Ellie y RC por ayudarme con este fic <3

Breve nota: estoy tomando prestados algunos elementos de omegaverse en este fic, siendo los principales:

•Dinámica alfa (lobo)/omega (cordero)
•autolubricación (tan simple... tan conveniente)
•ciclos de calor

Estoy tan emocionada de finalmente estar publicando, y espero que todos disfruten ^^

(Ver el final del trabajo para más notas).

El pueblo era pequeño y no tenía nada que lo hiciera resaltar. El pequeño carruaje que rodaba por las calles soñolientas y neblinosas lo hacía sobre ruedas que se tambaleaban y se atascaban, la mayoría de las veces, en el lodo que se había solidificado después de una de las frías lluvias de enero.

Incluso las áreas que tenían adoquines eran traicioneras, ya que la mayoría de ellos estaban sueltos o desgastados por completo. No era un pueblo rico, de
ninguna manera. Pintoresco, pero carente de idilio. Tranquilo, pero con poco encanto.

Tobio lo miró desde las ventanillas del carruaje y se sintió aliviado.

Comparado con la casa noble en la que se había criado, las grandes y amplias salas de estudio en las que se había formado durante toda su vida, o los resplandecientes muros del castillo del que le habían dicho que debía formar parte, estas... estas cabañas y trabajadores que solo se quedaban en los bordes dorados de los libros de cuentos, y nunca en las páginas en sí... este parecía más un lugar donde, finalmente, podría encajar.