𝑻𝒉𝒊𝒓𝒔𝒕 - 𝑯𝒂𝒊𝒌𝒚𝒖𝒖 [𝑻𝒓𝒂𝒅𝒖𝒄𝒄𝒊𝒐𝒏]

CAPÍTULO 5

Sed

Esselle

Notas de la autora:

Quería compartir este hermoso arte del baile del último capítulo que Karo dibujó <3 Todavía tengo que trabajar duro para no llorar cada vez que lo veo (lo que hace que la vida sea difícil... ¡es el fondo de pantalla de mi teléfono!)

Muchas gracias a todos por acompañarme mientras contaba la historia de Tobio <3 Espero que disfruten este último capítulo.

(Consulte el final del capítulo para obtener más notas).

Hinata no se quedó dormido al día siguiente. Se despertó con una terrible resaca justo cuando salía el sol. Su entrada fue anunciada por un fuerte golpe cuando corrió directamente hacia el marco de la puerta de su habitación al salir, seguido de un cloqueo alarmado cuando casi pisó directamente a Red.

—¿Por qué es necesario hacer tanto ruido? —Le gruñó a Red, mientras el gallo huía de la habitación.

—Esa pregunta es estúpida, viniendo de ti —dijo Tobio, colocando un tazón de gachas y una taza de agua frente al herrero. Repartió su propia porción, con una taza extra llena de leche, y se sentó a comer mientras Hinata se desplomaba de costado, apoyando su cabeza con desánimo sobre la mesa.

—Kageyamaaaa.

Tobio levantó la vista de su desayuno. —No.

—¿Cuando termines de comer? —Hinata preguntó con tristeza, los labios aplastados contra la mesa de madera.

—No tenemos tiempo, tenemos que salir al puesto —dijo Tobio—. Deja de perder el tiempo y come.

—Me duele la cabeza. —Se quejó Hinata—. Y me siento enfermo. Necesito ayuda.

Tobio lo miró fijamente. Confía en Hinata para hacerle pasar una noche entera preguntándose qué significaron todas las actividades del día anterior (el baile, la defensa de las perspectivas románticas de Tobio, las declaraciones borrachas) solo para actuar como si no hubiera sucedido a la mañana siguiente. Y luego tener la audacia de regañar a Tobio por sus propias malas decisiones.

—No te sentirías enfermo si no hubieras actuado como un idiota anoche —espetó Tobio—. Come y te ayudaré una vez que haya terminado.

Hinata dio un grito de júbilo ligeramente débil y gorgoteante, y luego comenzó a intentar llevarse la avena a la boca con una cuchara mientras aún estaba desplomado sobre su costado. Fiel a su estilo, una vez que comenzó a comer recordó su entusiasmo por la comida, y cuando Tobio terminó de limpiar sus propios platos, el herrero casi había terminado su comida.

—Comí y ya terminaste —canturreó Hinata, como si Tobio necesitara que le recordaran sus propias palabras. Tobio dio la vuelta para pararse detrás de su silla.