Ruyman.
Esto estaba siendo un auténtico suplicio, mi casa se había convertido, en el hogar de Romeo y Julieta, el troll de mi hermano se había convertido, en un estúpido, un Romeo de tres al cuarto.
Mi cuñada, no dejaba de recibir flores, joyas, la llama a todas horas, había pasado de siempre hacerle la vida imposible, y prácticamente no dirigirle la palabra, a casi ni dejarla trabajar tranquila, siempre pendiente de ella, quería que dejara de trabajar, y había recibido una amenaza de mi cuñada de que, si intentaba controlarle la vida, dormiría conmigo una temporada.
-” ¡Ni que yo hubiera hecho algo!, para que me castigase así, soportando los lloros enamorados de mi tonto hermano gemelo.”-
Cuando íbamos a su despacho debíamos llamar antes, no sea que Zipi estuviera seduciendo a su mujer sobre la mesa de su despacho. La misma Mary, se estaba hartando de la situación, era como si viviera con otro hombre del que se enamoró. Al idiota de Bencomo, le había dado una infección de enamoramiento crónico, que lo hacía volverse un ñoño.
Había tenido que ponerlo en su sitio, cuando trabajaba con él, porque cuando tenía que ejercer sus funciones de secretaria, y algún cliente le sonreía o intentaba quedar con ella y mi hermano se transformaba en Hulk, con color incluido, cosa que provocaba que su mujer lo castigara por no saber controlarse. Zipi posesivo con una mujer, mi mundo había cambiado mucho.
Otra cosa que había cambiado era la presión materna, no entiendo porque las madres, una vez que comienzan a casar a algunos de sus hijos, en el caso de Diane Pelayo, señora de Bencomo, fueron dos, sufren un ataque de histeria queriendo casarlos a todos.
En momentos así era cuando echaba de menos a mi hermana. Solía ser un imán para la atención de la matriarca de los Bencomo, mientras se centraba en cómo debía vestir, que comer, con quien salir, de cómo tenía que ser una señorita educada, mi hermano y yo nos librábamos, bueno hasta que la manipuladora des Cathaysa, tiraba de morritos y ojitos de perrito abandonado y suplicaba al jefe de la familia que, librara a su princesa de la cárcel de su reina.
Era allí donde las dotes diplomáticas de Carlos Bencomo salían a relucir, y con sutileza desviaba la atención de su mujer hacia otros terrenos que sabía que para ella eran importantes, como solía ser la falta de interés de sus dos hijos mayores a buscar pareja, en especial en mi caso.
Pero desde que mi hermana se quedó a vivir en Escocia, y el otro hermano del terror se había reformado, entrando por el aro, como un puto corderito, ¡qué vergüenza para la alianza de los gemelos del terror!, mi madre dirigió sus ansias controladoras hacia su único hijo soltero.
Así que no había día que alguna atractiva mujer de buena familia, pero totalmente innecesaria en mi vida, viniera a cenar a la mansión Bencomo, con las consiguientes burlas por parte del traidor de Zipi.
Mi padre me miraba y conociéndome, sólo alzaba los hombros cuando su mujer comenzaba con su desfile de candidatas casaderas, al estilo de las viejas series de los ochenta, tipo Dinastía.
A lo que yo le respondía, cuando estábamos sólo, que estaba vendiendo a su hijo por tener tranquilidad y paz conyugal, mi padre se partía de risa, y me decía que cuando encontrara a la mujer de mi vida, la paz conyugal se iba a convertir en una religión para mí.
Como si yo fuera a caer en esa trampa del matrimonio, no gracias.
De mis hermanos yo era el que más se parecía en carácter, a mi padre. Benearo, era el mayor, más serio y cumplidor, pero le gustaba ser más un ejecutivo, que el próximo presidente de Canary Paradise, Cathaysa creció con dos hermanos que eran un castigo y unos controladores de su libertad amorosa, al menos para ella.
Por eso el mal nacido de William pudo derribar alguna de sus murallas, pero usando trampas. La princesa de la familia, tras un tiempo en el internado adoraba Escocia, tenía una obsesión con enamorarse, casarse y tener todo eso con lo que los tres nos criamos, unos padres que se amaban y eran felices. En la empresa le bastaba con llevar la parte de promoción y difusión del proyecto, y si tuvo algo de ambición alguna vez, tras lo sucedido con Duff, mi hermana cumplió su sueño, y es feliz ahora, o eso espero o mi cuñado tiene los días contados.
Yo en cambio, soy más como mi padre, me gustaría ser el presidente de la Compañía. Mi padre siempre nos dijo que sus empresas eran la herencia de su legado, a partes iguales, así que yo sabía que, pese a que yo fuera presidente, mis hermanos serían los dueños de la empresa a partes iguales, no era esa la razón por la que yo quería dirigir la empresa en un futuro cuando el señor presidente Carlos Bencomo, se retirase para ser feliz con su esposa los últimos años de su vida.
La razón es algo más sencilla, mi madre, cuando éramos pequeños, nos llevaba a la empresa para visitar a su amado marido, recuerdo esas ocasiones como si fueran recuerdos recientes, el que más recuerdo es cuando la imparable señora de Bencomo llegó la empresa con su carrito gemelar, con nosotros dos sentados en él, para evitar que mi madre tuviera que correr detrás de los gemelos del terror. Tendríamos como unos cuatro años. Cuando entramos en la sala de juntas de la empresa, mientras se celebraba una junta de accionista, me impresionó la autoridad y el respeto con lo que todos miraban a mi padre. Me quedé impresionado de lo que vi, y como cuando mi madre le comunicó delante de todos que debía hablar con él, que era algo urgente, de un movimiento con la mano toda la junta como corderitos salieron de la sala rápidamente.
Al final la urgencia de mi madre no era otra que comunicarle a mi padre que iba a ser padre de nuevo, pero esa parte sólo la recuerdo porque mi incasable madre no hace más que contar como su padre se enteró del futuro nacimiento de su única hija.
Como siempre Cathaysa queriendo ser el centro de atención, en fin, como iba contando mi obsesión de controlar y dirigir la empresa de mi padre ha sido siempre mi meta, es por eso que, con la aceptación de mis hermanos, sobre todo Benearo me especialicé en la Universidad en Gestión y dirección de empresas, y cuando acabé, le pedí a mi padre trabajar en todos los departamentos de las diferentes empresas pertenecientes al grupo de Canary Paradise.
En cinco años me ascendió mi padre a vicepresidente, encargado del proyecto de expansión de la empresa, si quiero llegar a ser un muy buen presidente, tengo que dedicar todo mi tiempo a esto. Además, si tener esposa es volverse gilipollas, como lo está siendo ahora mi hermano mayor, prefiero, seguir como estoy.
He tenido que irme a vivir al apartamento de lujo de Los Gigantes, para poder sobrevivir a mi madre y no tener que ver a mi hermano babear por su esposa.
Y justamente estaba disfrutando de una cerveza en mi salón mientras veía un partido de liga del Barza, cuando oí que alguien tocaba el portero.
-” ¿Quién sería tan imbécil para no respetar el descanso del guerrero? Y más cuando jugaba mi equipo favorito, después del Tete.”- pensé mientras me dirigía, a mira el monitor para saber quién era el osado u osada en molestarme en mi momento de relax.
Ante mí y como si mi vida no fuera lo suficiente miserable, mi padre y mi hermano, me miraban sonrientes con dos cajas de cerveza y pollo frito en la mano.
-” Cobardes, eso se llama chantaje, saben que no me puedo resistir al pollo frito y a la cerveza”- dije en alto mientas accionaba el botón para abrirles la puerta.
Nada más entrar en el piso, mientras mi padre y yo cogíamos la cerveza y colocábamos el pollo en dos grandes bolles, como siempre Benearo, se tiró en mi sillón preferido y cogió el mando, para seguir viendo el partido.
Lo miré serio, y después de dejar las cervezas y el pollo sobre la mesita delante de la televisión, me acerqué a Zipi, y quitándole el mando de las manos, le indiqué con la cabeza que se levantara del sillón, ya que sabía que era mi sillón favorito, él me sonrió, como retándome a que le quitara el sitio.
Conocía a mi hermano más que nadie, y el a mí. Teníamos esa conexión especial, la que tienen muchos gemelos, aunque nuestra personalidad era completamente distinta. Él es más serio, más comprometido, con sus ideas de formar una familia. No suele ser bromista, suele ser el de la idea y yo soy más de acción.
Excepto por mi sueño de ser presidente, mi seriedad por el trabajo, y el amor de mi familia, no me tomo nada en serio, ni a las mujeres, ni al compromiso, me gusta ser mi único dueño, y espero que sea así por muchos años.
-” Zipi no me gusta repetirme sal de mi sillón y vete a molestar otro lado.”- le dije tirando de él y asaltando el sillón, en un principio se resistió, pero ante la tos de carraspera de mi padre que indicaba que o dejábamos de jugar o intervenía él.
Zipi se levantó obediente y se sentó si mirar a mi padre, a ya que ambos sabíamos que, si mirábamos a mi padre en este momento, su mirada nos pondría firmes en segundos.
-” ¿Es que tenéis doce años?, Benearo no hagas enojar a tu hermano con tus tonterías, malditos Zipi y Zape, gemelos del terror”- esta última parte era el apodo puesto por nuestro 'padre ante nuestras trastadas o nuestras peleas.
La verdad muestra niñez fue muy dura para mis padres, el mandarnos al internado fue una forma de intentar controlar a la bestia que teníamos dentro, Cathaysa también quiso venir, con nosotros, aunque mi padre en un principio se negó, pero es quedarse sola en casa con la niñera, ya que mi madre trabajaba en la empresa de mi padre, era mejor opción. Cathaysa estaba acostumbrada a estar juntos a sus peligrosos hermanos, siempre, y de esa forma nosotros podíamos controlar a los buitres que se le acercaran.
-” Bueno les voy a decir para que he venido y he traído a tu hermano, Ruyman. La cuestión es la siguiente, ha surgido la oportunidad de adquirir una red de hoteles en Asia. Pero para ello uno de los dos tendría que ir a vivir a uno de los tres países donde se ubican sus sedes, Japón, China y Corea de Sur. La sede central está en Japón, pero podemos hacer un cambio de sede. Esta nueva cadena es muy famosa, pero quisiera diferenciarla de Canary Paradise, aunque haremos programas de viajes entre ambas empresas.”- mi padre sentenció mientras mi hermano y yo nos mirábamos. Tuve que preguntar, ya que si lo que decía mi padre era lo que yo pensaba, mi sueño había llegado antes de lo que yo esperaba.
-” ¿Quién dirija la sección asiática en que cálida lo hará?, ¿deberá responder ante la directiva principal de Canary Paradise?”- le dije, sabía que Benearo me estaba mirando serio, pues me estaba leyendo la mente, la maldita conexión de gemelos entraba en acción. Pero estaba verdaderamente emocionado, y ansioso por saber la respuesta de mi padre.
-” Seria otra empresa independiente, pertenecería al grupo Canary Paradise, pero con su propio CEO, y sus propias políticas internas. Sería otra empresa más como los hoteles Canary, la agencia de coches y las agencias de viajes, unidas entre sí, pero totalmente independientes. Haber hijo vuestra madre me ha estado presionando para que me jubile pronto, ella quiere viajar, hacer otras cosas que, todos estos años por nuestro trabajo, no hemo podido hacer, así que hemos decidido que daremos a cada uno de vosotros la gestión de una de las partes del imperio, aunque los tres poseeréis las acciones de cada sector a partes iguales, nunca lo podréis vender, ni tendrá uno más que el otro, pero a cada cual gestionara una empresa. Cathaysa, se quedará con las dos más pequeñas, las agencias de viaje y la agencia de coches, será la responsable de gestionarlas, y dirigirlas.
Lo hará desde Escocia. Y uno de ustedes dos tendrá que gestionar Canary Paradise la cadena hotelera en Canarias y por varios lugares de España, mientras que el otro se irá a Asia para gestionar el Hs Luxury, son cincuenta y dos hoteles de lujo en tres países, dieciocho en Corea, veinte en China y los cuatro de más lujosos en Japón. Y por eso quería hablar con los dos. Tenéis que decidir quien se va o quien se queda, y quiero saberlo cuanto antes porque el que vaya Asia, tendrá que cerrar la comprar de la cadena, la semana próxima, y ya se quedará ahí como CEO de esa compañía. Al igual que el que se quede aquí tendrán que compartir conmigo un tiempo, la presidencia. hasta que todo quede arreglado, y me jubile. Cada cuatro meses los tres tendréis que reuniros y exponer que habéis hecho con la propiedad común de todos.”- tras el discurso Benearo y yo nos miramos. Y ya sabíamos la respuesta.
-” Yo me iré a Asia”- dije. -” Benearo está casado, a mi cuñada le encanta vivir en Canarias, y pronto os darán nietos, mama los querrá tener cerca, cuando no estéis viajando, o simplemente querrá ir a ver a sus nietos escoceses, de su maravilloso yerno, Duff Sinclair. Yo en cambio soy soltero y por mucho tiempo, me es más fácil mudarme, siempre que me pueda llevar a Alfonso, mi genial asistente.”- Benearo me miró y sentí su pesar, siempre hemos estado junto, desde mucho antes de nacer, éramos como la parte que el otro necesitaba, juntos éramos únicos, lo gemelos del terror.
Esto sería un gran cambio para ambos, pero sabíamos que esto tenía que ocurrir en algún momento de nuestra vida, él se enamoró y se casó y ahora comparte su vida con otra persona, yo tengo mis sueños, y los quiero perseguir.
Benearo asistió, y yo también, y supimos que esa noche y hasta que me fuera estaríamos todo lo que pudiéramos junto, pero por lo menos esa noche mi hermano y yo nos cogeríamos nuestra última borrachera juntos, nos miramos y nos bebimos al mismo tiempo, nuestra cerveza, mi padre nos miró y le oí murmurar de nuevo.
-” Malditos Zipi y Zape, gemelos del terror. “- cogió el teléfono y llamó a la única persona que mi padre daba explicaciones. -” Cariño, tus hijos se pusieron nostálgicos, así que me quedaré con ellos para cuidarlos, porque hoy terminan borrachos los dos, seguro. Dile a Mary que cuidare del idiota de Zipi, y no me esperes despierta, ya sabes como son estos dos, cuando se pone melodramáticos.”- Zipi y yo sonreímos y nos fuimos por otra cerveza, y si con esto no lo conseguíamos, también podíamos asaltar el mueble bar del piso. Pero hoy la familia Bencomo iba a celebrar su última reunión masculina en mucho tiempo, y la pensaba disfrutar, mi hermano y yo nos separábamos por primera vez en la vida, y yo necesitaba llevarme algunos recuerdos a mi nueva vida.
Para lo que no estaba preparado era para lo que me pasó más adelante, que cambió mi vida, ya que el destino me tenía preparado más de una aventura, y más de un desafió, pero eso como se dice está por llegar. Espero que estes ahí para cuando lo cuente.
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Unidos por la venganza.
RomanceCuando Duff y Cathaysa, coinciden en una habitación de hotel, no fue el destino, ni una causalidad, ni si quiera un negocio que Cathaysa, creía que era a lo que habia venido. Era simple y llanamente una trampa, que el sobrino de Duff y prometido de...