No confíes en nadie

Capitulo 10

Ángel

—Eres un enfermero y un Pervertido

—Lo soy... Pero estoy seguro que tú también

—No te consta

—Creeme que si, y te lo voy a demostrar

Una sonrisa divertida se formó en mis labios y acerque a un más mi rostro al suyo para pasar la punta de mi lengua por sus labios, dicha acción fue contraproducente ya que envío un cosquilleo por mi cuerpo

Pero el suspiro involuntario que soltó me demuestra que no fui el único afectado

—Tu mano sigue en mi polla y no has hecho por apartarla... Tampoco has apartado mi mano de tu rostro y tu respiración lenta y pesada me muestra que no tienes intenciones de hacer nada de lo que te dije

Me miró con furia y en ese mismo instante se aparto pero yo no iba a dejarle las cosas tan fáciles

Ahora en lugar de tomarla por las mejillas la tomé del cuello y la estampe contra la pared del pasillo en el que nos encontrábamos, metí mi rodilla entre sus piernas y pege mi pecho a ella, sentí sus senos apretarse contra mis costillas

ya que iba camino a desayunar y ella lo había arruinado tenía que cobrarme de alguna manera

—S-sueltame y alejate de mi maldito bastardo...quítame tus asquerosas manos de encima...me das asco

—Ah ¿Te doy asco?

Sonreí y llevé mi mano libre a su rostro, con mi dedo índice toque su mejilla y trace un camino hacia abajo por su cuello hasta sus pechos

—¿Segura?

Sentí como trago saliva y sus ojos estaban clavados en los míos

Decía sentir asco pero nisiquiera hacía el intento por apartarse, hasta podía jurar que trataba de sentir aún más

—Si...

Dijo apenas en un murmuró, nege con la cabeza acercando mi rostro al suyo, más y más hasta que sentí que mis labios rozaron los suyos

—Entiendo... En ese caso no tengo otra opción

Murmure devuelta en el mismo tono y me aparte de golpe y si mirar atrás comencé a caminar rumbo a la cafetería

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Fernanda

Carrinton... Maldito Ángel Carrinton

Estoy frustada desde la mañana que me tope con ese idiota pelinegro

¿Quien se cree? ¿cree que pueda jugar conmigo como el quiera? Está equivocado

Admito que mi cuerpo me traicionó estando con el pero eso no quita el odio y asco que le tengo

Me cae tan mal, me es irritante estar cerca de el

—Ya quita esa cara, no es para tanto

Dice mi mejor amiga Astoria mientras se mira al espejo, está probando un vestido para la fiesta de esta noche a la cual por de gracia también ire

—Es que no lo entiendes, es un idiota que se divierte jugando conmigo

—Por que eres muy susceptible y manipulable, por eso

Suelta una risa y yo ruedo los ojos.

—Muy graciosa, gracias amiga..

Me levanté con mi vestido en mano para ir a la caja mientras ella hacía muecas burlándose de mi