Cap. 10 - Día 5

18 0 0
                                    

Luces.

Murmullos.

Pasos.

-- La perdimos -

Lamentos.

Llanto.

Oscuridad.

Silencio.

Frío.

Pero no hay paz.

Despierto en mi cama, todo está confuso, pero no recuerdo nada de ayer, lo último que tengo en mi memoria es estar en la cocina con Eros, después no tengo memoria de nada. Bajo mi vista y noto que estoy en pijama, una capa de sudor frío me recorre todo el cuerpo y tengo la sensación de haber estado en una pesadilla.

La puerta se abre y Eros entra con una bandeja llena de comida, me sonríe y se sienta a mi lado, sigo muy desorientada, no entiendo qué es lo que pasa, ¿por qué se ve tan feliz?

-- ¿Cómo te sientes? - me toca la frente en busca de fiebre

-- Yo... no recuerdo qué pasó ayer -

-- Te sentías mal, así que subiste a recostarte - algo no me cuadra

-- Yo recuerdo algo sobre unos golpes en la puerta -

-- Qué interesante sueño -

-- No Eros, de verdad - rueda los ojos

-- Mejor desayuna - está a punto de irse, pero lo detengo con la mano

-- Espera, qué día es hoy -

-- Es el día 5, así que cuando te sientas mejor baja, debemos empezar a preparar todo - dicho eso, sale de mi cuarto y yo todavía no entiendo lo que pasa.

No puedo creer que sea el día 5, no puedo creer que me queden tan pocos días, ayer es muy confuso y me doy cuenta de que estoy mareada cuando me levanto de la cama, pero aun así me dirijo al baño y opto por ponerme una sudadera con unos pants y unos tenis blancos, hoy quiero estar cómoda.

Ya es la recta final y desde que desperté en mi cama y conocí a Eros, sé cómo debe acabar esto, haya pasado lo que pasó en estos días, yo vine con una misión desde un inicio. Salgo de mi cuarto y bajo a la sala, Eros está limpiando el desastre que dejé cuando caí y por alguna extraña razón, ya no siento esa incomodidad que me provocaba estar en la sala.

-- Bien, está listo - Eros sacude sus manos al terminas de limpiar la sala, dejó los muebles en un extremo.

-- ¿Qué está listo? - me acerco a su lado y él me toma por la cintura y me besa, no le correspondo, es un beso rápido que me toma desprevenida.

-- Nuestra trampa - una de sus manos sigue en mi cintura mientras vamos al extremo donde está un sillón y nos sentamos uno junto al otro.

-- Vale, no te entiendo -

-- A quien venga por nosotros lo haremos entrar aquí, después por ese lindo agujero que creaste al caer, me lanzaré y lo atacaré, tranquila no le haré mucho daño, después lo atamos y obligamos a que nos den por partes iguales el premio -

-- ¿Qué harás tú con el dinero? - no sé si me gusta todo esto

-- Probablemente... comprarme una casa en Hawaii, ¿y tú? -

-- Aún no lo sé - esto me da más razones para llegar al final, no sé por qué le miento o por qué me siento tan ajena a toda esta emoción, pero en mi cabeza solo se repite una cosa, solo que ahora simplemente quiero disfrutar el momento.

-- ¿En qué piensas? - Se sienta a mi lado y esta vez soy yo quien le da un rápido beso antes de pararme e irme.

-- Ahora vuelvo - No dejo que diga nada más y lo dejo ahí.

Mientras subo las escaleras mis nervios crecen, no había hecho esto antes, normalmente es algo que me lo reserve para mí.

Llego a mi habitación y busco en mi vestidor algo que me pueda permitir moverme cómoda, opto por unos shorts de licra negros y un top del mismo material, me pongo una camisa blanca y una gorra para complementar, no pueden faltar los tenis blancos. La sangre me bombea al mil, salgo del vestidor y agarro el dispositivo de música, no puedo creer que lo vaya a hacer.

Al bajar repaso mentalmente lo que debo hacer, es algo que he imaginado ya, pero nunca lo he puesto en práctica. Encuentro a Eros leyendo un libro justo en el lugar donde lo deje, mientras me acerco levanta su vista y me escanea completa, eso aumenta mis nervios, pero espero que lo esté disimulando bien.

-- ¿Para qué te cambiaste? - pregunta completamente perdido.

Me acerco a él y lo beso, es un beso profundo, pero antes de que me agarre la cintura, lo detengo y me pongo frente a él, eso lo desconcierta mucho aunque se ve que el entendimiento llega cuando busco la canción en mi aparato y lo dejo a un lado, hay suficiente espacio, así que no creo golpearme.

Las notas de Pineapple inundan la sala y yo empiezo a contonearme al ritmo de la música, mi corazón va a mil por hora pero cuando empiezo a moverme me dejo llevar por lo que sé que amo hacer y que aparte soy buena haciéndolo, Eros me lo confirma con su cara, moriría por tomarle una foto en este momento, dejó el libro a un lado y yo sigo moviéndome, pasando las manos por mi cuerpo, agachándome, extiendo uno de mis brazos al ritmo, siguiendo con el otro, y sintiendo cada parte de la música correr dentro de mí.

El final se acerca, lo que me hace acercarme a Eros aun bailando termino y espero una reacción por su parte.

-- ¿Y? - digo al ver que se ha quedado en silencio, mi sonrisa se desvanece.

-- Joder y yo que creí que eras buena solamente dibujando - frunzo mi ceño ante sus palabras.

--¿Eh? - mi respiración sigue algo acelerada por lo que no puedo articular más.

-- ¡Eres increíble! - suelta de la nada sorprendiéndome - Deberías ser bailarina, venga quiero verlo otra vez - parece muy emocionado y eso hace que una calidez me llene el pecho.

-- Tendrá que ser luego - luce algo decepcionado, pero asiente de igual forma.

-- ¿Tienes hambre? - pregunta más animado, asiento y nos dirigimos a la cocina.

Esto está llegando a su fin, ya es de noche, lo que indica que mañana será el último día completo que pase con él y no sé si estoy lista para lo que viene.

Un Error De 7 Días [Versión sin +18]Where stories live. Discover now