Fanfic ganador en comedia 🥇
Ad Mendacim Awards 2023.
El príncipe Kim Taehyung decide salir de caza, unos días antes de Navidad, pero el cazado va a ser él!!
Jeon Jungkook en vampiro que acecha en la oscuridad.
Recibe el regalo muy particular que...
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~02~
De pronto y de la nada, la gran puerta se cerró detrás nuestro, dando un golpe fuerte, haciendo que diera un salto del susto. En eso me di cuenta que aún sostenía la mano de la cosa, con un movimiento suave me trate de soltar, pero ese pequeño engendro me tomó más fuerte mi mano.
- Amo..? - pregunté y escalofrío recorrió mi espina dorsal. A lo cuál mi pregunta fue ignorada totalmente por aquellos seres.
- Ve llévalo a la sala, jimin. Yo buscaré al amo, de seguro esto lo pondrá de buen humor. - dijo el jorobado,dándonos una sonrisa ladina.
- Mi amo estaba de mal humor?.-pregunto, Sonaba tierno lo juro, y a la vez sonaba como un psicópata esa cosa.
- Ya sabes, lo mismo de hace años, esperando que traigas a su regalo. -
- Pero esta vez, si lo traje. - la cosa daba brinquitos y pequeños aplausos.
No entendía, amo?, regalo?,de que diablos estaban hablando?.
- Debo irme niño. - insistí dando pequeños jalones con mi mano. Y de pronto de nuevo su voz se volvió gruesa. - Tú no te iras de aquí.
Trage largo, comenzaba a tener panico. Sin soltar mi mano la cosa esa, me guió por unos pasillos largos, habían cuadros de gente muy antigua, parecían que me miraban, las paredes eran rojas y muy altas, todo era muy oscuro unas pocas velas iluminaban el camino. Llegamos a la gran sala y un enorme árbol de navidad había en un rincón del lugar, estaba decorado con unas bolas rojas y negras, obvio todo hacia juego en ese espantoso lugar.
- Te gusta?. Me dijo señalando el árbol de navidad. La verdad que si era algo lindo, pero preferiría algo con más color.
- Si, si. - obvió no le iba a decir que no, aún no sabia si estaba a salvó.
- A mi amo le gusta la navidad, y tú eres su regalo.
- Yo, su regalo?. - estaba confundido un regalo yo, no esto debía ser una pesadilla, trate de morderme para despertarme, pero juro que no funcionó.
- No te hagas daño, mi amo se enojara.
Qué podía responder a eso, nada solo intentar mantener la compostura. La cosa jalo mi brazo e hizo que me sentará en un gran sillón, era rojo a terciopelo muy hermoso. Estaba pasando mi mano por aquel sofa, cuando una voz ronca sonó de pronto.
- Te gusta mi sillón?. Fue tanto el susto que di un gran salto. Ese hombre se veía de unos veintidós o veintitrés años, pero se veía muy elegante, una camisa blanca semi desabrochada en el pecho, que dejaba ver su fornido cuerpo, unos pantalones negro pegado a sus piernas, se veía bien... esta bien se veía más que bien, seré sincero. Sus ojos negro estaban clavados en mi desde el momento que entro en ese lugar, va no se en que momento entro a la sala, así que digamos desde que yo lo vi.
