Prólogo

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   Hola, me llamo Roxana. Y esta historia comienza como una típica comedia de amor al estilo Wattpad. Cuando conocí ese chico bad boy de un metro noventa, pelo castaño y ondulado, ojos verdes, cejas pobladas, dentadura radiante, mentón cuadrado, cuello fuerte, delgado, pezones duros, abdomen de fregadero, venas notables en los brazos, con la espalda tatuada y un lunar en la nalga derecha… Lástima que solo fue un sueño, literalmente. Maldecí al despertador como nunca esa mañana.

Ah, pero mejor hablemos de uno real; un rubio, tez blanca, de gafas grandes rectangulares, cantante y guitarrista con una voz grave y suave que me derrite. ¡Ay, el mejor amor pasajero…! Enserio, iba en el autobús a vacaciones en casa de mi tía, cuando al pasar por una plaza, lo veo por la ventana tocando su guitarra muy apasionado y cantando con aquella voz de mil ángeles a sus amigos y amigas. Los mejores cinco segundos de mi vida.

Pero ya enserio, este estaba a mi alcance. Era nuevo en mi secundaria, un moreno de cabello corto, en sus dientes, unos breques que le adornaba la sonrisa, mirada arrogante, pero solo al estar solo, porque era un amor de persona y muy inteligente cuando tratabas con él. Todo empezó prestándole un lápiz, luego terminó porque antes de que lo tomara, Melisa tropezó al pasar entre nosotros y “mágicamente” cayo en los brazos de este. Ahora están casados, tienen tres hijos y su papá resultó ser un millonario. ¡Yo lo había visto primero!

Y luego conocí a Jack…

¿Qué les cuente? ¡Ah, claro!

Con esta hazaña estoy orgullosa, y no es por presumir, pero era uno de los chicos más populares de la escuela. Cof, cof, tiene buen gusto, cof. No es tan atractivo, pero no está mal, siempre fue el chico divertido y extrovertido que llamaba la atención, tiene un método para coquetear increíble, que hasta la más hermosa terminaba enamorada de él. A diferencias de la mayoría de los populares, le tocaba recurrir a la palabra, já. Aun así, me llamaba la atención, aunque nunca me notaba o conversaba conmigo, pero todo fue gracias a un pequeño empujón…

Mi mejor amiga y hermana del alma, Leila, le robó el teléfono y lo amenazó con que si no tenía una cita conmigo pondría en evidencia el contenido almacenado. Vaya que el chico si veía porno. Lo peor es que Leila, me convenciera de verlo. Quedé pasmada al descubrir que tenía la habilidad de escupir como una ballena con mi entrepierna.

Bueno, regresando al prólogo… En esa cita nos acercamos más, y Jack, terminó más enamorado de mí que yo de él. Desde entonces se dedicó a enamorarme, ya ni sé quién enamoró a quien, pero como es mi historia, diré que todo era parte de mi plan, y el de Leila por supuesto. Se los gané a todas jajaja. Pero soy humilde, no vayan a creer que soy mala, para eso está Leila.

¿Cómo olvidar ese primer beso que nos dimos? Estuvimos hablando un rato en el patio de la escuela, estaba tan feliz por pasar tiempo con él, hasta que me robó un beso desprevenida. Mi primera reacción fue separarme de sus labios y darle una cachetada.

—¿¡Por qué hiciste eso!? —preguntó confundido.

—¡Porque no me preguntaste si podías besarme! —Me levanté de aquel banco en protesta cruzando mis brazos y mirándolo indignada.

—Bueno… ¿Quieres qué te bese? —cuestionó dudoso con la mano en su mejilla.

—Sí —contesté y me le lancé encima para volver a besar sus ricos labios sabor a bálsamo de chocolate.

O cuando nos volvimos novios, fue extraño, pero lindo… No, en definitiva, fue extraño.

—…solo quiero decirte qué, si salgo vivo de esta operación, quisiera que seamos novios, pero si no sobrevivo… quiero que sepas, que te amo —Se acaba el video que se reproducía en la tableta de su mejor amigo Aron.

—¿Qué no había ido a sacarse una muela? —preguntó Leila extrañada a Aron.

—Sí, pero dijo que quería que este momento fuera muy dramático para los dos —contestó él

—Vaya que lo logró —comenté con la mano en mi pecho, seguido de un beso que le di a mis dedos juntos, para pegarla a la pantalla como una boba donde seguía la imagen de él en el asiento del dentista.

Lo que nunca voy a olvidar, es el día en que me pidió matrimonio. Siento que me tocan por la espalda, cuando volteo, era él. Tan radiante con un ramo gran ramo de rosas, me lo entrega y seguido de eso se arrodilla, para mostrar una cajita con un hermoso anillo.

—Sí yo fuera Drácula, y tú estuvieras en tus días, prometo chuparte la toda tu vida. ¿Quieres casarte conmigo?

—¡Ay Dios, sí! —exclamé súper emocionada y extendí mi mano izquierda para que Jack pusiera el anillo en mi dedo.

—Prometí que no lloraría —comentó Aron mirando la escena llevándose una mano a su boca.

—Oye, ¿Pero no podías pedirme lo en otro momento que no fuera en el funeral de mi abuela? —pregunté al sentir las miradas no muy agradables con lo que sucedía.

—Perdón, es que no me aguanté. Mi más sentido pésame —anuncia a todos poniéndose de pie—. Sí quieres, puedes compartir las rosas con tu difunta abuela —Ríe simpático y cuando nota que todos lo miran, se pone serio—. Mejor me voy.

Después de pocos meses planeando la boda con afán, finalmente llego el día en que nos mirábamos muy enamorados en ese altar mientras el padre que nos casaba hablaba.

—…y la persona que quiera oponerse a este matrimonio, que hable ahora o calle para siempre.

—¡Yo! —exclamó Aron de repente dando un paso delante de su posición como padrino de bodas.

Jack me miraba en shock y yo lo miraba igual, luego ambos miramos a Aron quien mantenía una postura firme ganando nuestra atención, al igual que todos los presentes en aquella iglesia.

—Quiero ser el primero en felicitar a los novios —terminó de anunciar todo bromista ganándose las risas de todos sin excepciones.

—¡Ay!, ¡Señor Jesucristo! ¡Jamás había visto algo igual! —reía el padre a carcajadas llamando nuestra atención.

Después de finalmente ser marido y mujer, nos fuimos a nuestra maravillosa luna de miel. Aunque esa primera noche hice cosas con mi marido de las cuales nunca me había imaginado, me sentía incomoda…

—¿De verdad me lo vas a meter en la boca? —le pregunté a Jack, nunca creí estar en esa situación con él, estaba tan avergonzada de hacerlo.

—No estoy jugando, ahora abre la boca para mí, amor —me indicó acercándome lo que me quería meter en la boca a la fuerza.

—Ten cuidado, no quiero leche corriendo por mi cara —le expliqué mientras abro la boca para que entre.

—Mi amor, cómete el cereal, no quiero que te acuestes sin comer —me pidió metiéndome la cuchara sin más.

—¿Por qué me tuvo que dar fiebre precisamente hoy? —me quejé luego de tragar haciendo puchero.

Sí, son los mejores recuerdos con el verdadero y real amor de mi vida. Pero esto solo fue un resumen de cómo empezó todo, la historia importante está a punto de comenzar. Así que encierra te en tu cuarto y ten papel a la mano, porque quizás te toque cruzar las piernas cuando las cosas se pongan picantes; guiño, guiño.

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Próximamente publicaré esta increíble e interesante historia corta, así que consideren lo tráiler. Solo subí el prólogo para saber que tanto puedo llamar la atención con solo esto, y si recibo mayor atención, más ganas e inspiración me van a dar. Aún sigo planificando ciertas cosas para no publicar un desastre, pero espero que decidan esperarme un poco y les prometo que les traeré algo totalmente fresco, alegre y divertido.

Sin más que decir, si les gustó el prólogo háganmelo saber, es que me motivo más recibiendo comentarios y más con esta historia que narraré todo en primera persona con una chica. Daré mi mejor esfuerzo para no sonar como un hombre fingiendo ser mujer, voy a ser la mujer jajaja, upa.

Apostando nuestro matrimonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora