―¿¡Qué Roxana qué!? ―exclamaron mis padres impactados.
―Ay por favor, no es para tanto ―dijo Jack sin importancia.
―¿¡No es para tanto!? ¡Esta con un tipo extraño del otro lado del océano! ¡Claro que es para tanto! ―regañó mi papá molesto.
―Sinceramente, tú para ser hombre no sirves. ¿Cómo pudiste ser tan idiota de permitir una estupidez como esa? Ah ―reclamó mi mamá.
―Roxi ha demostrado ser una mujer independiente, sabe cuidarse sola.
―Claro, porque tú nunca has demostrador ser un hombre de verdad. Cada día me das más la razón de porqué mi hija nunca debió casarse contigo ―confesó mi papá.
―Como si no fuera poco el simple hecho que la traigas a vivir lejos de nosotros.
―No es mi culpa que vivan en los límites llegando a la otra ciudad. Aquí Roxana estudió su universidad, era lógico que también montara su negocio y viviera.
―¿Pero de todas las opciones de viviendas más cercanas y cómodas que les recomendamos, tuviste que escoger la más alejada de nosotros? ―cuestionó mi mamá.
―Claro que no, mi familia vive a diez minutos y ellos insistieron, no fue por nada más. ¿Ustedes creen que de verdad no pienso en mis suegros favoritos?
―Somos los únicos.
―Sí, eso dije.
―Tú nunca no has demostrado el más mínimo agrado hacia nosotros. Ya hasta nos tuviste media hora tocando y gritando a la puerta.
―En mi defensa suegrita, creí que eran los testigos de Jehová.
―Mira Jack ―intervino mi padre acercándose―, sé un hombre por primera vez en la vida y asume las consecuencias de tus actos, porque si algo malo le llega a pasar a MI HIJA, voy hacer rodar tu cabeza yo mismo.
―A ver, repito ―Se alejó de su espacio evitando el desafío―. Roxana solo está de vacaciones. Con todo pagado por mi jefe. Gracias al sorteo que gané en la empresa. Todo está en orden.
―Aun así, era tu responsabilidad ir con ella o no ir ninguno ―opinó mi madre.
―¿Qué no tienen otra hija por cual preocuparse? ―cuestionó intentando saltarse el tema―. Rosangela aún está en la etapa de la adolescencia y sus hormonas siguen inestables. Más en la universidad yo que se los digo.
―Mira, mejor cállate y no te metas en lo que no es tu asunto ―regañó mi papá.
―Bueno, pero no se enoje. Ya aclarado esto... ¿Ya se van o...?
―¿Nos estás corriendo? ―preguntó mi mamá ofendida.
―¡No! Bueno... ―Iba a decir la verdad, pero cambió de opinión―. Es para hacerles la cena y... acomodar su habitación.
―Pues vinimos a pasar la noche aquí y ya es muy tarde para volver siendo domingo.
―Bueno, en ese caso... Están en su casa, póngase cómodos y ahí está la Nintendo si quieren jugar ―dijo en modo de bromas, pero mis padres lo seguían viendo en seriedad― Sí, lo sé, son viejos ―susurro para sí mismo camino a la cocina.
Luego de escuchar los sucesos de Jack, para después saludar a mis padres por la misma llamada; escuchando sus versiones para reforzar lo que Jack les dijo y ocultando ciertas cosas por el bien de todos; me cambié de ropa para dormir tranquila.
Al día siguiente se veía un día espectacular, el sol estaba radiante en el alumbrar del cielo azulado, que desprendía la calidez de... ¿A quién engaño? Solo les estoy contando el chisme de mi vida. Ya no sigan esperando descripciones en prosa y palabras de culto literario, se quedan con mí narración ordinaria.
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Apostando nuestro matrimonio
HumorSe suelen cometer muchos errores en un matrimonio joven. Yo buscaba mi felicidad en otro lugar, ignorando que siempre estuve con esa felicidad. Las cosas pasan por algo, y es una pena por todo lo que se pasó para darme cuenta que estaba equivocada...