Capítulo Uno:

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Las cenizas que empujan a todos.

Soy una adolescente de 15 años, y me llamo Saphira. Actualmente, vivo en Ashdrift, concretamente en Ashhill, o como se le dice aquí, la colina de cenizas. Y, como he mencionado antes, tengo 15 años. Eso significa, por lo menos en mi tierra, que debería obtener mi primer dragón, y entrenar con él. Pero por desgracia, estamos en guerra. Por lo que, muchos de los dragones están en guerra siendo fieles a su tierra, aunque no me parece bien. Ellos son una parte de la naturaleza y no tendrían que jurar lealtad a nadie más que a ella.

Esto debería ser algo entre los humanos, pero bueno. Igualmente, hay muchos dragones libres en la naturaleza. Todos los dragones que luchan en nuestra tierra, lo hacen por su voluntad. En Ashhill nunca se obligaría a ningún dragón a hacer nada.

Así que ahora no tengo ni esa oportunidad. Llevo soñando con los dragones desde que era una niña, siempre me han parecido algo admirable. Siempre había soñado con tener uno, pero ahora solo soy una aldeana que busca refugio para su familia y para sí misma debido a la guerra. De hecho, estamos en guerra con El Camino De Arlaan. Es una nación también de Ashdrift. Se ve que se están peleando por su propia tierra.

De todas maneras, tengo un hermano mayor, que siempre me dice que hacer. Por supuesto, la mayoría de veces es mejor no hacerle ni caso. Yo, por lo menos, no le hago caso. Y claro, él me ha exigido como buen protector de la familia, que me olvide de los dragones y la fantasía, y empezase a buscar una manera de sobrevivir. Pero, ¿cómo voy a olvidar la fantasía, si nuestro mundo va de eso?

De todas maneras, él sabe que no le voy a hacer caso, así que si quiero hacer algo con sentido, se lo tiene que creer. Nuestra familia solía tener un dragón, me parece que era híbrido, pero no consigo recordar su nombre. Era de mi abuela, pero ella decidió liberarlo. Me parece bien, en verdad, pero es una pena porque yo tan solo tenía 3 años y no pude disfrutar de él.

Supongo que ahora tendré que comportarme como una señorita concentrada en mantenerse viva. Lo que me diferencia de eso, es que no soy una señorita, soy despreocupada y ya sé cómo mantenerme viva. Lo más importante, es que yo no tengo el cerebro de maceta que tienen otras. U otros, porque cada vez parece más que mi hermano es una de ellas.

Así que tengo un plan, escaparme y buscarme la vida. Dirás, que cruel, abandonar a tu familia en una guerra con su propio pueblo. Bueno, podré ser cruel, pero no más que todos y cada uno de ellos. Siempre he sido la oveja negra de la familia, el único que podría llegar a quererme es mi hermano mayor. Pero, con esa actitud no va a conseguir nada. Llevo 15 años, 15 años intentando reconstruir nuestra familia y esta vez conmigo dentro.

No se pudo, no se puede y no se va a poder jamás. Así que, si alguna vez se arrepienten, no podrán tenerme de vuelta, jamás. Por lo menos, si me pasa algo allí moriré persiguiendo mi sueño.

El Zafiro De NuxvarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora