El Zafiro De Nuxvar

Capítulo cuatro:

Lo presiento.

Ya había llegado casi al final del gran desierto de cráneos. A juzgar por la posición del sol eran las 5 de la tarde, y salí a un descampado de horizontes verdes.

Quedaban un par de "rocas" pero pocas, dejando ver la salida de uno de los millones de laberintos que Ash Drift tiene, pues es una nación mayoritariamente formada por desiertos.

Gracias a dios, ya podía ver mis alrededores y asegurarme de que estaba segura y a salvo. Como he mencionado anteriormente, era un gran descampado sin nada alrededor. De repente, el collar de zafiro brilló. Yo estaba a unos pocos metros del gran laberinto de cráneos gigantescos, asi que mi primera reacción fue darme la vuelta enseguida por si algo se aproximaba por detrás mía. Entonces aquel viento tempestuoso e intenso, volvió haciendo que mi coleta y mechones de pelo empezaran a volar de forma alocada, de manera que mi goma de pelo se desató y mi pelo quedó totalmente suelto volando al ritmo y melodía del viento.

Todo pasó tan rápido, que no me di cuenta en aquel momento, porque en cuanto me di la vuelta, ví una gran figura con un aspecto arenoso, de colores anaranjados, como una puesta de sol. Me quedé quieta, en un choque de impacto e impresión, y con una ráfaga desgarradora de viento, la veo volar hacia el cielo.

"UN DRAGÓN!"

Grité en aquel momento, pero dudo que alguien me hubiese escuchado, porque podías escuchar la melodía del viento inmensamente atronador, sincronizada con las enormes alas de aquel dragón pintado como el amanecer echando a volar.

En el segundo de impresión, inclinó su cabeza llena de cuernos rizados y con unos ojos vivos de un color amanecer, me miró. No es algo que aluciné por el momento de impresión, no. Pero no me miró a los ojos, miró directamente al collar. Bajé la mirada en cuanto me di cuenta de que miraba hacia el amuleto, el brillo era cegante por un segundo. Entonces entre el brillo del amuleto y la gran ráfaga de viento que produjo el dragón al echar a volar por completo, tuve que cerrar los ojos por un momento.

Parecía como si hubiese creado esa ráfaga con intención, sabiendo las consecuencias. Tras eso, una gran capa de arena me envolvió debido a todo el viento. En el poco tiempo que tuve para pensar, cerré los ojos, me tiré al suelo y me tapé la boca con la parte superior de mi camisa. Eso me recordó a mi hermano y a mi, en nuestros años de educación escolar. Una vez hubo un incidente parecido a lo que acababa de pasar. Mi hermano me agarró de la cabeza, se colocó al lado de mi y me empujó hacia el suelo tapando mi boca con su chaqueta. En ese momento me dí cuenta de que mi relación con mi hermano siempre había sido buena, en realidad nos apreciamos y queríamos el uno al otro. Él simplemente no sabía luchar contra nuestra familia.

Tras el momento de confusión, la arena empezó a desvanecerse lentamente y con miedo a abrir los ojos, lentamente intenté levantarme pero me caí del susto cuando oí una voz.

¿Se puede saber qué haces aquí, niña?

Pegué un bote del susto e inmediatamente abrí los ojos y me dí la vuelta.

Una muchacha rubia de ojos rojos carmesí, brillantes como un rubí. De aspecto amenazante pero inofensivo a la vez. Tenía una expresión seria, y unas ropas corrientes y molientes.

Que qué haces aquí, te he preguntado.

Dijo seriamente

¿Por qué debería decírtelo? No soy una niña.

Respondí sin realmente pensar

¿Por qué deberías decírmelo? Se nota que vienes de otra parte.

¿Perdón?

Estás en el desierto de Astaroth.

¿Qué? Este "desierto de Astaroth" no aparece en ningún mapa.

Los mapas solo señalan nacionalidades, no el relieve de Nuxvar, por si no lo sabías.

Dijo en un tono de burla que no me gustó para nada.

Existen mapas especializados en el relieve Ashdrift, por si no lo sabías.

Respondí con el mismo tono de burla pero seria, a la misma vez haciendo un movimiento con la cabeza para sacudir mi pelo de la arena restante en él.

La chica me miró con una sonrisita desafiante y de repente cambió completamente su expresión.

Se le veía sorprendida, estaba mirando mi collar. Hizo un movimiento con su pelo revelando una especie de cadena con una gema rubí en el centro de un enser para el pelo en forma de flor, y tapando su ojo izquierdo con mechones de pelo.

"¿Es que todos tienen gemas y a mi me faltaba una o qué?"

Pensé en ese momento

Empezó a juguetear con su largo pelo mientras miraba mi collar.

Es interesante que tú tengas un zafiro.

Lo dijo de una manera muy extraña.

Así que inmediatamente metí el amuleto por debajo de mi camisa.

Bueno, tú tienes un rubí.

Le respondí.

¿Me harías el favor de decirme tu nombre, niña?

Me irritó el hecho de que me llamara niña, tengo 15 años y, al menos mentalmente soy una mujer hecha y derecha.

No, no lo haría porque no sé quién eres ni cuáles son tus intenciones.

Bueno, se ve que efectivamente no eres una niña. Mi nombre es Freya. ¿Me dirás el tuyo ahora?

No, lo que voy a hacer va a ser irme.

Dije mientras pasé por su lado caminando, dispuesta a irme.

¿Y a dónde irás?

Me preguntó en un segundo de confusión.

Me quede quieta, y entonces giré levemente mi cabeza.

- ¿Qué es lo que quieres, eh?

- ¿Yo? No lo sé... ¿Qué quieres tú? ¿Qué es lo que buscas en nuestro desierto?

Con que lo que quieres es información. Te repito, Freya, que no te voy a decir nada. ¿No soy una niña? Una niña no debería decirle su nombre a extraños.

En aquel momento nos quedamos en silencio mirándonos fijamente. Me dí cuenta de que la piel de Freya es muy pálida.

Por lo menos déjame que te ayude, si planeas moverte así por el desierto acabarás muy mal.

Ajá, ¿Qué es lo peor que me puede pasar entonces?

En el mejor de los casos, te perderás o convertirás en esclava. En el peor, no contarás la experiencia a tus papis.

Mis "papis" están muertos.

Mis padres no están muertos, ni mucho menos. Pero no quiero hablar del tema. O tal vez estén muertos, por la guerra. Ya están muertos para mí. Nos quedamos en silencio y su tono de burla desapareció.

Bueno entonces te llevaré a la aldea y te quedarás allí hasta que sepas a donde ir. Este desierto no es seguro, para nadie.

Por un segundo pensé en rechazarlo, pero, ¿Qué podía hacer si no?

Está bien.

Respondí y empezamos a caminar hacia la "aldea"