Capítulo dos:

4 0 0
                                    


Moriré igualmente.

Esta mañana he visto todos los equipajes hechos en la sala, menos el mío. Todos tenían sus pequeñas maletas de mano, todos preparados para salir. Me sorprendió, porque no ví la mía en ningún lado.

Vete a dormir, Saphira.

¿Qué?

Que te vayas, a dormir.

Me dijo mi hermano. Me quedé de piedra por un momento. Ya sabía lo que estaba pasando, pero no quería admitirlo.

¿Por qué?

Pregunté, haciéndome la distraída.

Porque no mereces una explicación.

Por un segundo, me sentí aliviada, no sé por qué, si al fin y al cabo me estaban abandonando a mi suerte en una guerra. Luego, sentía rabia. Pero podía ver en la mirada de mi hermano, que él sentía todavía más que yo por tener que hacerme esto. Él y yo realmente nos apreciamos, pero él prefiere traicionarme a mí que a la familia.

Pero bueno, que se le va a hacer. Que tengáis un buen día, me voy a dormir.

Le dije, esperé unos segundos antes de darme la vuelta e irme. Ví como se veía sorprendido y triste, tal vez esperaba que les rogase, y así me dejasen ir con ellos por pena. Pero no, si tu no estás ahí para mi, no intentes que yo siga a tu lado. Entonces me fuí a mi cuarto, y empecé a hacer mi propia maleta, usando una vieja mochila que me dió mi abuela alguna vez.

Ni os necesito

Me dije a mi misma, llena de rabia pero seguridad al mismo tiempo. Cogí todo lo que pude, para ayudarme en mi camino. Aunque los muy bastardos habían cogido casi toda la comida. Hasta que ví una bolsita ligeramente escondida en un rinconcito de la sala.

"Lo siento, Saphira"

Es lo que decía la nota en la que venían dos panes, una pequeña cantina con agua, y una manzana.

Bastardo, piensas que me va a consolar una nota.

Cogí la comida, la metí en mi mochila, y con la nota? La solté en uno de los montones de paja que estaban quemando los aldeanos que protestaban.

Idiota.

Seguí caminando por los caminos de piedra, saliendo del pueblo. Por alguna razón, no podía parar de pensar en mi abuela.

¿Me abandonan y lo único en lo que pienso es en ella? Increíble

En ese momento, me dí cuenta de por qué había sentido un alivio cuando me abandonaron, porque era libre. Libre de aquella panda de mentes maceta.

Así que con mi mochila a la espalda, continúe caminando hasta llegar a las afueras del pueblo, donde los caminos de piedra iban desvaneciendo lentamente hacia el interior de la tierra.

Una zona un poco más poblada de vegetal, un poco más verde. Me dí cuenta al admirar el paisaje, de que el amanecer recién asomaba por el este. Que curioso, se querían ir temprano para que despertase sola y aún así me despertaron, que cabezas de maceta.

El color anaranjado amarillento del amanecer me recordó a aquel híbrido que pertenecía a mi abuela. Era realmente hermoso, tal vez sea lo único que recuerdo de él. Era un híbrido parecido a un fénix, entre un dragón y un ave. Tenía un hermoso pelaje color crema, con unas plumas saliendo de sus orejas anaranjadas, con un degradado precioso. Tenía unas alas pequeñas y hermosas, pero fuertes como el viento que sopla en el pico de la viuda.

Recuerdo que mi abuela solía contarme historias sobre aquel dragón que tuvimos, y como sus cualidades representaban su tierra, el pico de la viuda. Pero, si el pico de la viuda realmente existe, ¿cómo es que aquel dragón llegó hasta Ashhill?

El Zafiro De NuxvarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora