Capítulo tres:

2 0 0
                                    

Olvidar mi mundo.

Me he levantado antes del amanecer, lo cual es una buena noticia ya que voy con tiempo. Había terminado de empacar todo lo que tenía, cuando recordé el amuleto de Zafiro en el suelo.

¿Debería llevármelo?


Seguía preguntándome que había sido aquel brillo cegante y esa punzada escalofriante. Pero decidí llevármelo, tal vez podía hacer algo con él.

Ya llegando a las afueras del pueblo, la vegetación disminuyó muchísimo. Estaba desierto, sólo había grandes rocas por las que tendría que esconderme y pasar para cruzar segura. Se ve que hay muchas zonas plagadas de dragones, pero salvajes. No suelen ser hostiles pero a la mínima que sientan hostilidad hacia sus crías o grupos, serán muy violentos con el que haga falta. Incluso otros dragones.

Igualmente, habiendo pensado todo esto, no pude evitar volver a mi yo de 5 años y emocionarme porque a lo mejor podría ver a un dragón real, y guardar el recuerdo.

Así que en una revisión rápida de que tenía todo antes de partir, vi el collar guardado de mala manera en la mochila.

Si realmente es un amuleto, debería de tratarlo con respeto. Al fin y al cabo sería "descortés" despreciar un collar así de bonito, y regalado.


Así que rápidamente me lo colgué al cuello, era muy bonito y me resaltaba bastante. Sin duda era un amuleto precioso. Así que cerré mi mochila y puse los ojos en el camino. No podía permitirme hacer ruido, ya que los dragones probablemente se despertarían y lo tomarían como un acto de ataque.

Así que fuí fijándome en cada cosa que había en el camino, cada piedra o palo. Todo con tal de no despertarlos. No porque sean hostiles, si no porque también los respeto, a ellos y a su paz en la convivencia con otros dragones.

Por donde estaba yendo, era por debajo de unas rocas ENORMES con grandes agujeros por los que podía colarme y así atravesarlas avanzando. Siempre aprovechaba para mirar por las grietas que daban al exterior, por sí atisbaba a algún dragón.

Pero tuve que controlar a mi niña interior y centrarme en el camino y en mi propia seguridad. Me acerqué a una zona en la que se escuchaba un fuerte viento ir y venir continuamente.

¿Que demonios es eso? Nunca había escuchado un viento tan intenso.


Por un momento no me dí cuenta, pero cuando volteé mi cabeza al suelo para dar otro paso, el amuleto brillaba de nuevo. Pegué un pequeño bote del susto, porque pensé en aquella punzada escalofriante, y desafortunadamente hice ruido.

Muy rápidamente, me escondí bajo el hueco rebuscado de una roca y de repente una onda enorme de viento arrasadora, me golpeó contra la pared de la roca, acompañada de un gran sonido estridente.

¿¡Pero qué diablos?!


Dije sin darme cuenta en voz alta, aunque daría igual porque no se escuchó con el gran sonido que se produjo. De repente, el viento y el sonido se perdieron en el horizonte, dejándome sola, confusa y herida por el gran choque de la onda. Miré hacia abajo para asegurarme de que no me había pasado nada más, y de repente el brillo del amuleto se había desvanecido como el resto de cosas.

¿....?


Estaba confusa, ¿qué había pasado?

Ni idea. Que relación tenía el amuleto que me regaló aquella anciana con lo que había pasado, era lo que me preguntaba. Así que después de una breve pausa para revisar que no estaba herida gravemente y sólo había sido un choque, continúe mi camino.

Unas cuatro horas después, cuando el sol ya había salido y avanzado un poco, ya había pasado todo esto.

Y unas dos horas después, era casi la hora de almorzar, así que saqué la manzana que venía en el paquete que me dejó mi hermano.

Que bastardo.


Así que me comí la manzana mientras seguía avanzando con mucho cuidado y cautela. Me llamó la atención la forma de las rocas y sus huecos simétricos.

¿Cómo podrían formarse estas rocas tan simétricas y juntas?


"No son rocas, son cráneos."

¿¡PERO QUÉ?!

Pensé en aquel momento. Pero intenté evitar hacer ruido, volteé la cabeza lentamente, y efectivamente estaba sola, no había nadie conmigo

¿Estaré volviéndome loca?

También pensé evitando decirlo en voz alta. Igualmente, no hice caso a lo que escuché.

Horas después de estar caminando, me di cuenta.

Pero, en realidad tiene sentido, solo si son cráneos de... ¿¡de dragones?!

Por eso son tan grandes y parecen rocas anticuadas, porque son cráneos del pasado... y esta zona hace años estaba plagada de dragones.

Vale, pensé. Pero, ¿quién diablos me ha dicho esto? Decidí no preocuparme más. Y seguí caminando. Me cansé rápido porque iba demasiado lenta, y pensé que nunca llegaría. Pero no quería arriesgarme a que pasase lo mismo de antes. Al fin y al cabo estaba cubriéndome entre cráneos gigantes durante horas para estar a salvo.

Este es mi mundo de fantasía, en frente de mí. Y por muy duro que sea, no pienso "olvidarlo"

El Zafiro De NuxvarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora