- Jordan, por favor, vuelve aquí.- me suplicó mi madre. La ignoré como venía haciendo la última media hora y guardé la última camiseta en la maleta. La cerré con un chasquido y la puse en el suelo con un estruendo que sobresaltó a la magullada mujer que se hayaba ante mis ojos. Tendí mi mano en su dirección.
- Te ofrezco la oportunidad de que vengas conmigo. Ven a vivir conmigo cerca de la universidad y abandona este lugar y a sze hombre que se hace llamar mi padre.- prácticamente le supliqué pero supe que no vendría conmigo desde que sus ojos se habían enrojecido. Esos apagados espejos grises que tenía como ojos se llenaron de lágrimas sin derramar. Gruñí con frustración y clavé mi puño en la pared, abriendo un agujero en ella. Mi madre pegó un pequeño salto en su sitio y bajó la cabeza. Suspiré y me pasé las manos por el pelo.
- Por qué? Por qué te quedas? Por qué no te vienes conmigo?- le pregunté empezando a llorar.
- Porque le quiero...- susurró ella con convicción. Se me escapó una carcajada entre sarcástica y amarga sin que pudiese retenerla por más tiempo.
- Cómo vas a querer al hombre que lleva más de media vida maltratándote?
- Él en realidad no es así, ya verás cómo dentro de...
- No va a volver!!! No va a volver a ser como antes!!! Ya no es el hombre maravilloso del que te enamoraste!!! Ahora solo es un puro borracho que se dedica todo el día a pegarnos desde que tengo uso de razón!!!- grité a pleno pulmón, soltando las hirientes palabras que durante años me había callado. Pero ya no, ya no más. Mi madre sollozó al escuchar mis palabras y yo sabía por su expresión que ni siquiera se imaginaba que yo pensase eso. Suspiré por decimo quinta vez en el medio día que llevábamos y me acerqué a ella paa abrazarla. Era tan frágil, tan pequeña, tan llena de penas y amarguras y aún así tan dulce y tierna...
- Estás segura de que no quieres venir?- le pregunté en apenas un débil susurro audible entre nuestro llanto, puesto que ambos sabíamo con certeza que ella no abandonaría a su marido, ni lo haría nunca. Mi madre, Jocelyn, negó con la cabeza escondida en mi pecho.
- No puedo dejarlo en este estado yo... Estoy convencida de que puedo hacer que vuelva a ser el mismo, sólo... Sólo dame tiempo. Si en un año no lo consigo, te prometo que me iré contigo a vivir lejos de aquí.- la aparté de mi camiseta negra con suavidad y la observé con incredulidad.
- De verdad?
- Si. Pero ahora no puedo, si me voy, él...
- Shh, lo sé, no lo entiendo, pero lo sé.- susurré contra su rubio cabello antes de darle un beso tierno y dulce y alejarme de ella.- Adiós, mamá. Prométeme que me llamarás todos los días y que si pasa algo me lo dirás.
- Te lo prometo, cariño.
- Ufff... No me puedo creer que esté a punto de dejarte con ese malnacido, hijo de...
- Jordan...
- Fruta. Hijo de fruta, iba a decir. En serio, estoy mal de la cabeza, creo que sería más fácil llevarte contra tu voluntad y atarte a un silla en una habitación llena de dibujos de ponis y unicornios y que ese hijo de... Fruta... Se pudra aquí solo, no se merece ni la cuarta parte del amor que sientes por él...
- Jordan! Si no te vas ahora perderás el avión y luego me echarás la culpa a mi.- exclamó mi madre fingiendo enfado. Ella nunca se enfadaba, era imposible. Creedme, lo había intentado todo en estos 18 años que llevo viviendo con ella y es como una supermujer a prueba de cabreos aunque fuesen chiquititos. Le di un último abrazo, un último beso en la mejilla, y me senté en el asiento trasero del taxi que había pedido en la compañía de transportes. Nos despedimos mutuamente con la mano hasta que el taxi giró una curva y dejé de ver su menudo cuerpo en el horizonte. El taxista se aclaró la garganta antes de hablar con la voz algo temblorosa.
- A dónde?
- Al aeropuerto, debo llegar a la Universidad Oxford antes de que acabe este día.
Jordan en multimeda. Tan solo le teneis que añadir un perfecto cuerpo llenito de tatuajes de todos los tipos y colores <3
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Not Crazy
Teen FictionSegunda parte de PROBLEMAS, POR QUÉ NO? Camille se pasó todo el verano recuperándose de los acontecimientos sucedidos en el baile de fin de curso. Se desahogó todo lo que quiso hasta el punto de no salir de casa hasta una semana después pero finalme...