Hace un día extraño, esta nublado. Las nubes grises y feas se van moviendo lentamente y creo que nos van a dejar sorpresita. No me he traído paragüas ni nada, pero para qué, mi casa es justo la de al lado. Estoy sentada en el escalón de la casa en venta, la casa que le voy a enseñar a Carlos y a su familia ahora. Miro mi reloj y me doy cuenta de que queda un cuarto de hora para que lleguen. Me extraño al ver lo puntual que he salido de mi casa, quizás es que tenga ganas de enseñarles la casa ya. Pasa el tiempo y veo a lo lejos a Carlos con su familia. Empiezo a ponerme nerviosa según se van acercando. Llegan y me levanto de las escaleras para saludar.
-Buenos días, Blanca- dice Carlos mientras me saluda con un beso en la mejilla-¿Llevas mucho tiempo esperando?
-Hola-sonrío-No, lo cierto es que he llegado aquí hace un rato. Recuerda que vivo al lado.
-Sí, es verdad.-Sonrie- Bueno Blanca, estas son mis hermanas Clara y Ariana, y estos son mis padres, Antonio y Cristina.
-Encantada- sonrío.
-Lo mismo decimos.
-¿Es verdad que eres la hermana de Blas?-Pregunta Clara con curiosidad.
-Pues sí, si que lo soy.
-Que suerte- dice Ariana mirando a su hermano.
-Ah, muy bonito Ariana, ya no eres mi hermana.-Se ríe Carlos por la broma de Ari.
-Bueno, esta es la casa, ¿no?-Pregunta Antonio.
-Sí, es esta. Venid, pasad.
Abro la puerta de la casa ya que antes de venir fui a pedir que me abriesen la puerta para que pudiese enseñar la casa. Entro, todo está colocado ya que están los muebles de la antigua familia que vivia allí. Veo que los padres de Carlos empiezan a mirar todo a su alrededor y les voy enseñando las diferentes habitaciones de la casa. Cristina y Antonio se van a mirar la que sería su habitación y Clara y Ariana a las otras dos, cada una a la que se elegiría. Carlos y yo nos quedamos solos y veo que está esperando a que le lleve a la que sería su habitación.
-Bueno, ¿y dónde esta la habitación mas especial, señorita?-Pregunta riendo.
-Pues venga por aquí, caballero.
Le voy llevando hasta la habitación. Toda ella está amueblada, pero muy bonita. Me dirijo a la ventana y la abro.
-Además, tiene las mejores vistas. Vistas a mi cuarto.- Me empiezo a reír.
Veo que Carlos empieza a reírse conmigo y se acerca a mi.
-Sin duda son las mejores.-Sonríe dulcemente.
Me quedo mirándole a los ojos un rato hasta que me llaman al móvil. Lo cojo y es Taylor.
-Hola Taylor.
-Blanca, ¿se puede saber donde diablos te metes?-pregunta Taylor enfadado.
-Estoy en la casa de al lado a la mía.
-¿Que coño haces ahí?
-Estoy enseñando la casa a un amigo.
-A un amigo, ¿no? Más te vale no hacer nada raro.
-Pero,¿que voy a hacer?-empiezo a enfadarme.
-Bueno, solo aviso. Ahora mismo paso a recogerte que estoy en la calle de al lado.
De repente cuelga el móvil, sin despedirse ni nada. Frunzo el ceño y guardo el movil en un bolsillo de mi bolso.
-¿Pasa algo?-me pregunta Carlos preocupado.
-No, nada.
-¿A que era tu novio?
-Sí...Dice que me va a venir a buscar ahora mismo. Lo siento.
-Bueno, no pasa nada, ha dado tiempo a ver toda la casa y creo que a mis padres les ha gustado tanto como a mi.
Sonrío y salimos de la casa todos. Los padres de Carlos y las hermanas estaban bastante contentos de la casa y habían dicho de comprarla. Veo venir una moto que se para en frente mía. El chico que va en ella se quita el casco. Es Taylor, lo cual hace que me extrañe ya que nunca le había visto con esa moto. Seguramente la ha robado o algo.
-Monta-me dice Taylor.
Me despido de Carlos y de su familia y me monto en la moto. Me pongo un casco que me da Taylor y me agarro a él. La moto arranca y al pasar por una calle recta Taylor hace un caballito con ella. Me asusto mucho ya que no me gusta que haga eso. Al rato empieza a acelerar mucho y gira derrapando. Empiezo a marearme.
-Taylor, bajame- digo a Taylor temblando.
-¿Por qué?
-Me estoy mareando por tus giros.
-A si que tengo yo ahora la culpa, ¿eh?
Derrapa fuerte y para la moto.
-Ahora mejor.
-¿Por qué eres tan sosa?
-¿Como que por qué soy tan sosa, Taylor?
-Sí, no haces nada divertido.
-Es que arriesgar tu vida en una moto no es divertido.-Me enfado mucho y veo que Taylor también.
-Yo hago lo que quiero.
-Pues bien, haz lo que quieras, me trae sin cuidado.
En ese momento Taylor me da una bofetada en la mejilla. Me cae una lágrima mientras me llevo las manos a la cara.
-Eres horrible-me doy media vuelta.
-Espérate.-Me agarra de la mano clavándome sus uñas.
-¡He dicho que me sueltes!-grito.
-Tu dirás lo que yo quiera que digas, ¿estamos?
Taylor me mira con una mirada asesina, una mirada llena de oido, una mirada que me intimida mucho. Agacho la cabeza al ver que no puedo hacer nada.
-¿ESTAMOS?-me grita agarrándome del pelo.
-Sí, sí.-me sujeto el pelo del daño que me hace.