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001: prólogo

[⠀donghyuck⠀]

jeno y mark lee son los gemelos más codiciados del instituto. altos, fornidos, con sus característicos rizos color chocolate y dos hoyuelos adornando su sonrisa, no pasan desapercibidos por nadie. todo el mundo suspira por ellos y cuando digo todo el mundo, me refiero a todo el mundo. sí, corren rumores de que incluso hay profesores que caen ante sus encantos.

pero el chisme que más se oye por los pasillos acerca de ellos es sobre su "costumbre", por llamarlo de alguna manera, de compartir absolutamente todo, haciendo especial hincapié en sus amantes. las chicas que han tenido la suerte de estar con los gemelos lee coinciden en lo mismo: son muy buenos en la cama.

más que un rumor, es una verdad gritada a los cuatro vientos, pues en ningún momento alguno de los dos ha negado el asunto. es más, sonríen con suficiencia cuando oyen hablar sobre el tema. quizás sea por mantener el misterio, pero bastante atención tienen ya como para necesitar más.

como ya he dicho, todo el mundo está pendiente de ellos, y yo no soy la excepción. si esperabais que fuera el único al que no se le cae la baba cada vez que aparecen por el pasillo, os habéis equivocado. soy el primero que les escruta minuciosamente con la mirada, imaginándomelos de mil maneras diferentes.

―mierda, es que míralos, sung ―le digo a mi mejor amigo, park jisung, mientras estamos en clase de gimnasia ―incluso sudados como cerdos están para comérselos.

―donghyuck, parece que te vayas a correr ahora mismo ―se burla él, negando con la cabeza. ―¿quieres dejar de mirarlos así? pareces un acosador-violador.

chasqueo la lengua ante su comentario y decido ignorarlo, siguiendo el hilo de mis pensamientos.

―si no supiera que no bateamos en la misma dirección, no dudaría en encerrarlos en una habitación y empezar a...

―creo que no necesito tantos detalles, dong ―me interrumpe él y, tras darme una juguetona nalgada, añade. ―venga, vamos al vestuario, a ver si con una buena ducha de agua fría consigues bajar la calentura que llevas.

―también podrías ayudarme tú ―le propongo pícaramente, rodeando sus hombros con mi brazo y estrechándolo contra mí.

―sabes que no me gusta hacerlo en lugares públicos ―me recuerda, pero sonríe divertido.

jisung y yo hemos tenido algún que otro encuentro sexual, de hecho, perdimos la virginidad entre nosotros. no obstante, no hay sentimientos de por medio, simplemente somos mejores amigos que, alguna que otra vez, nos hemos acostado. fin de la historia.

después de la clase de gimnasia, nos dirigimos al aula de biología, la siguiente y última asignatura del día. entro tranquilamente y me dejo caer en mi silla, varios asientos alejado de jisung. cierro los ojos, relajándome y deseando que esa hora termine ya para poder ir a casa. no obstante, no sabía que esos cincuenta y cinco minutos iban a cambiar mi vida por completo.