―jisung, gigi, park, sung, jisung despierta ―exclama donghyuck sacudiendo violentamente de los hombros a su mejor amigo, quien duerme plácidamente en su cama.
―¿qué demonios, hyuck? ―inquiere el de ojos castaños con el ceño fruncido. ―son las ocho de la mañana de un sábado, ¿qué haces aquí tan temprano? ¿cómo mierdas has entrado?
cuando jisung está enfadado o dormido siempre dice tacos, y eso a su revoltoso amigo le encanta. le empuja las piernas para hacerse un hueco en el colchón y se sienta al estilo indio, encarándole con una enorme sonrisa plasmada en el rostro.
―por la ventana ―responde rápidamente a la última pregunta, pero enseguida se prepara para contarle lo que en realidad había venido a contar. ―lo hice, sung, me acosté con los lee.
―¡¿qué?! ―grita incorporándose con velocidad y tapándose la boca con una mano para evitar despertar al resto de su familia. ―¡cuéntamelo todo, pedazo de mierda!
oh, sí, también dice palabrotas cuando está muy emocionado. el castaño empieza a narrarle absolutamente todo lo ocurrido la tarde anterior, tratando de incluir hasta el más mínimo detalle. jisung se mantiene en silencio durante todo el relato de su amigo, sintiendo una mezcla de sorpresa y de emoción por él. sabe cuán coladito está el otro por los gemelos y, que haya podido cumplir su fantasía, le alegra de sobremanera.
―mierda, gigi es que no puedo dejar de pensar en eso ―se queja cuando termina su extenso y específico discurso ―y en lo mucho que quiero hacerlo de nuevo.
―no es por desanimarte, hyuck, pero si hay algo que se sabe de los lee es que no suelen repetir ―dice suavemente, no queriendo destruir la ilusión que brilla en sus orbes celestes, pero necesitando devolverlo a la realidad.
―bueno, tampoco lo habían hecho con un chico y mírame ―se señala con una mano en un gesto altanero que hace reír a jisung.
―ya veremos el lunes cómo evoluciona la cosa ―termina diciendo, evitando la posible discusión que se estaba por desarrollar.
donghyuck asiente con emoción y da pequeños brinquitos de alegría, deseando que el fin de semana pase rápido para volver a encontrarse con sus hermanos preferidos. su amigo, por el contrario, no cree que tenga la oportunidad de volver a acostarse con ellos, pero no quiere ser él quien le de la mala noticia. lo que ninguno de los dos sabe es que en la mente de los lee solo aparece el pequeño y curvilíneo cuerpo del chico que los tiene completamente encandilados y al que desean poseer con fervor muchas más veces.
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el lunes llega más tarde que pronto para el castaño, quien, en tiempo récord, se ha duchado, vestido, desayunado y llegado al instituto antes de que sonara el timbre ―hecho histórico para un dormilón como él― sabe que el motivo por el cual no se le han pegado las sábanas esa mañana son dos chicos altos, fuertes y con una mirada verdosa que le derrite por dentro. aunque se muere de ganas de verlos de nuevo, no los encuentra por ninguna parte y eso le tiene ligeramente alicaído durante las dos primeras horas.
no es hasta que mete una de sus manos en el bolsillo delante de su mochila para buscar un paquete de chicles que no se percata del papel doblado que hay en su interior y que, obviamente, él no ha puesto ahí. lo saca con cuidado observando a todas partes, tratando de averiguar quién ha podido introducirlo sin que se diera cuenta. lo desdobla con la misma delicadeza, como si temiera que fuera a romperse en cualquier momento y sus ojos se abren con sorpresa al leer lo que hay en su interior.
"en la sala de informática del segundo piso durante el descanso. no llegues tarde, gatito".
sabe perfectamente quién es el remitente de la nota, pues solo hay una persona que lo llame así: mark lee. debe contenerse para no ponerse a saltar y chillar de la emoción, no queriendo llamar la atención. mira el reloj y se da cuenta de que solo queda una hora para que de comienzo el descanso y pueda ir a encontrarse con sus gemelos preferidos.
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showed me
Fanfictionlos gemelos jeno y mark lee tienen a todo el instituto, incluido el profesorado, a sus pies. donghyuck no es la excepción.