Capítulo 15. (Karma)

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—Jeff, siéntate con un demonio —Apo regañaba al chico frente a él que daba vueltas por el lugar.

—Ten un poco de misericordia, Natt, no ves que Romeo está ansioso —su visita se burló un poco.

Jeff le mostró la lengua y rodó los ojos después.

—Debo ir a verlo —soltó de pronto.

—No, ¿estas loco? No puedes hacer eso, sería lo más estúpido.

—Ay por favor, Apo, tu hiciste eso aquel día —recriminó Jeff.

—Por eso mismo lo digo, idiota. Solo estropearas todo.

—Aunque creo que esta bien que vaya a verlo. Acabemos con esto de una vez, entre más rápido lo haga, más rápido podrá empezar una nueva etapa —su amigo apoyó a Jeff.

—Ves, él sabe cosas —Jeff sonrió triunfante.

—Está bien, pero no darás un paso atrás, ¿de acuerdo?

—No lo haré.

Jeff, Apo y el chico nuevo en la Ciudad permanecían discutiendo sobre la situación de Satur en el cuarto de hotel del último. Saliendo del evento habían ido directamente ahí. Una vez que estaban de acuerdo, salieron de ahí rumbo al hogar de Bible.

.

Bible llegó a su casa alrededor de las 12, se sentía cabizbajo y derrotado. La noche la pasó escuchando como Ta mataba insectos por Barcode y cuanto este admiraba a su ahora novio. Tuvo que tomar un taxi para poder volver, ya que su moto se quedó varada afuera de la casa de su amigo Build y ahora que sabía que había vuelto con Mile ni loco se aparecería por ahí.

Se despojo de su ropa metiéndose directamente a la ducha. Sus errores desfilaban por sus pensamientos y cada uno de ellos le llevaban a Jeff. Su sonrisa, su voz, esa playera sin mangas que se pegaba a su abdomen tan divinamente. Mordió su labio inferior recordando los firmes brazos de Jeff, se dejó llevar por el recuerdo de sus besos, el sabor de su saliva, su aliento golpeando su rostro. Sin darse cuenta su cuerpo había reaccionado al cumulo de pensamientos que estaba teniendo.

Con la yema de sus dedos siguió el recorrido que llevaban las gotas de agua de la regadera sobre su cuerpo. Acarició sutilmente su pecho, bajando hasta su abdomen. Cerró sus ojos y recargo su espalda en el frío mármol del cuarto de baño, deslizó sus dedos hasta llegar a su fino vello, llegando hasta la base de su miembro que ahora se encontraba con una semi erección, su palma rodeo toda la carne, provocando que está creciera totalmente debajo de su mano. Los recuerdos de la noche que tuvo con Jeff venían tan nítidos que incluso podría escuchar claramente los jadeos roncos de Satur. Si escucharlo cantar era un delirio, no se acercaba ni remotamente a escucharlo gemir. Eso sí era tocar el cielo.

Subía y bajaba su puño aumentando sus jadeos roncos y los temblores en su cuerpo, mordía su labio con fuerza, imaginaba que era la mano de Jeff quien aliviaba su doliente erección, estaba tan sumido en ello que no escuchó los toques en la puerta hasta que estos se volvieron irritablemente fuertes. Suspiró con enfado, precisamente tenían que interrumpir en ese momento. Abrió la llave fría y dejo que bajara un poco el calor de su cuerpo, salió de ahí. Se puso unos pantalones de pijama solamente, ni siquiera le había dado tiempo de buscar ropa interior. Los golpes en la puerta seguían sonando.

Puso la toalla en su cuello y se encaminó a la puerta para por fin acallar el ruido.

—Es tarde... —levantó la vista solo para encontrarse con unos ojos marrones frente a él—. Jeff..

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