«Qué dolor ver dos veces una mirada que veías con amor, y ahora solo conocerla por el dolor que te causan aquellos ojos que son la puerta del alma de quien amaste.»
Siempre fue compasivo y bondadoso, aunque su mente fuera cruel, al menos para él. Siendo sinceros, Katsuki Bakugou se exigía demasiado para ser el mejor. En el fondo, en sus más profundas inseguridades, se sentía perdido, como si solo fuera una sombra de Izuku Midoriya. Tenía rabia y una pequeña emoción oculta: frustración. Por más que lo intentaba, nunca dejó de ser una sombra, una terrible sombra que nunca buscó ser. ¿Cómo podía alguien inferior a él superarlo? Se sentía jodido, a decir verdad. Rió internamente.—Vaya, aún después de todo este tiempo sigo detrás de ti —sonrió con amargura, volviendo a sumirse en un sueño profundo pero premonitorio de un futuro lejano.
En su sueño, estaban él, Deku, y dos chicas desconocidas. Ambas lloraban mientras él desviaba la mirada como un cobarde. Aquello le hirvió la sangre. Quería golpear a esa versión suya, pero no podía. Es curioso, incluso llegó al punto de ver sangre. De repente, su madre lo despertó de golpe. Hoy era el día en que se daría el examen de la UA.
Despertó motivado para ello, listo para demostrarle al mundo quién sería el mejor y el futuro héroe número uno. Sí, él lo haría. Porque él debía ser el mejor, ¿verdad? Porque si no lo era, en verdad se derrumbaría.
Con esa determinación, Katsuki Bakugou se preparó. Sus ojos brillaban con una mezcla de desafío y esperanza. No podía permitirse fallar, no ahora. Mientras caminaba hacia la academia, sus pensamientos se arremolinaban. Recordaba todas las veces que había subestimado a Izuku, todas las veces que se había esforzado al máximo para demostrar que él era el número uno. Pero hoy, más que nunca, sentía el peso de esa competencia.
El cielo estaba despejado y el sol brillaba intensamente, como si el mundo mismo estuviera listo para presenciar su triunfo. Con cada paso, Katsuki sentía cómo su determinación se fortalecía. "Hoy es el día," se dijo a sí mismo, "hoy demostraré que soy el mejor." Porque, después de todo, ser el mejor no era solo un deseo, era una necesidad. Para él, fallar no era una opción. Y así, con el corazón lleno de determinación y el espíritu indomable, Katsuki Bakugou avanzó hacia su destino, listo para enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en su camino.
Katsuki Bakugou había alcanzado muchos de sus sueños. Se había casado con Mina Ashido, y aunque sus vidas como héroes eran peligrosas y exigentes, había encontrado en ella un amor profundo y sincero. Pero en aquella noche, los deseos reprimidos y la falta de atención de su esposa por su trabajo lo llevaron a cometer el peor error de su vida.
Izuku y Katsuki habían tenido una relación de rivalidad desde siempre, pero esa noche, la tensión y los sentimientos encontrados se transformaron en una pasión inesperada. Fue una noche que cambiaría sus vidas para siempre, una noche de la que ambos se arrepentirían profundamente.
—Izuku, esto no debió pasar —murmuró Katsuki, la culpa y la confusión reflejándose en sus ojos.
—Lo sé, Kacchan —respondió Izuku, su voz llena de remordimiento—. Pero sabes que es lo peor ,que lo volvería a hacer
Katsuki sabía que tenía que tomar una decisión, una que definiría el resto de su vida. Su determinación de ser el mejor, de ser un héroe, se veía ahora empañada por sus propios errores. ¿Podría redimirse? ¿Podría encontrar una manera de sanar las heridas que había causado?
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Lo que la vida me quito || izuocha / bakumina /katsudeku
Short StoryNiños emocionados por descubrir un nuevo mundo, por ver mas allá de las estrellas, pero por andar volando tan alto no se dieron cuenta de la caída que les esperaba. Y cuando lo hicieron ya era tarde Aveces la belleza está en el paisaje y no en la h...