little escape.

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-No tenías que venir si no querías Kenny, sé que los hospitales no son tu lugar favorito en el planeta.- Habló el azabache con esos ojos de preocupación.

-¿Bromeas? Te acompañaré todas las veces que sean necesarias, por más que me guste o no.

-Te tomas muy en serio tú papel de Ángel Guardián, bien que ayer te caché fumando.

-Son cosas diferentes Craigy, algún día lo entenderás.- El de ojos verdes me dió un pequeño golpecito de reproche.

Hace casi un año que el papá de Craig había desaparecido de su vida, aún seguía en un profundo coma, ¿me sentía culpable? En absoluto, sé que los ángeles procuran apreciar a cada ser viviente sin importar sus pecados, pero para ser honestos, le hice un favor a la humanidad al eliminar a ese parásito. Si no era él, era el azabache, no tenía opción.

Además, Tucker ha estado más feliz que nunca todo este tiempo, tan sonriente y alegre que siento que tuve que haber hecho eso hace años. Estábamos de camino al hospital para visitar a su madre y, a pesar de mi negativa ante los hospitales, lo acompañé como de costumbre. Craig la ha estado viendo mucho más seguido, para ser precisos 2 o 3 veces a la semana, y yo no podría estar más feliz.

-Hola ma, ya estoy aquí.- El azabache ingresó a tal habitación, el rostro de Laura se iluminó al ver a su hijo. Sinceramente ella se veía muy bien, mucho mejor que años pasados.

-¡Craig! Te estuve esperando, ¿qué traes ahí?

-Oh, son solo flores, las compré para ti.- La rubia tomó el ramo y lo aspiró.

-Muchas gracias, son bellisimas.

-¿Cómo has estado? Los médicos me dijeron que te están por dar el alta.

-Así es, he mejorado mucho en todo este tiempo, siento que al fin estoy haciendo un avance después de todos estos años.

-Esta bien, pero no te sientas presionada porque papá no está. Tomate tú tiempo.

-Dios perdone mis palabras, pero siento que la pérdida de ese hombre es lo que me ha motivado ¿Cómo te tratan los Donovan?- Craig hizo una pequeña mueca, desde que su papá entró en coma ha estado viviendo con Clyde. Al azabache le disgustaba estar con él, ya que no tenía privacidad cuando se trataba del regordete.

-Bien, ellos son maravillosos.- Aunque mentir nunca estaba mal, Laura ya tenía muchos problemas como para estar preocupándose de si su hijo tenía un cepillo de dientes propio o no.

-Aún no entiendo porque los tacaños de los Black no se molestaron en hospedarte.

-Mamá, no todos quieren tener un adolescente más deambulando por su casa. Además, Thomas fue muy grosero con ellos, es claro que no se iban a ser voluntarios.- El de ojos verdes colocó su mano sobre el hombro de la mujer, quien enseguida sonrió.

-Lo importante es que ahora estés bien, de lo contrario, vendré las veces que sean necesarias.- Laura solo se río, logrando ampliar la sonrisa en su hijo.

Me mantuve observándolos, era tan lindo ver a Craig feliz. Esperaba que esta vez su madre pudiera recuperarse y regresar a su casa.

Ambos pasaron una linda tarde, varios ángeles siempre rondaban por los hospitales, así que yo también tuve mi compañía en parte.

La hora de visitas terminó, lo que nos obligó a abandonar el hospital, prometiendo volver en los próximos días.

-¿Cómo la viste Ken?- El azabache me miró con esos ojos, como si yo tuviera todas las respuestas del mundo.

-Mejor, se nota que está poniendo un gran esfuerzo.

-Sí, de alguna forma siento que todo esto es gracias a ti, te lo agradezco.

my dear angel - crennyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora