Octavo escrito (segunda parte)

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-No... ¿Estás bien?_ pregunto el policía con genuina preocupación.

-Venia alguien siguiéndome desde hace un rato, crei que no regresaría a casa hoy_ ahora que sabía que estaba a salvó se permitió derramar lágrimas tuvo tanto miedo de lo que podría haberle pasado.

El policía suavizó un poco su rostro_ Esta bien, estás bien fuiste muy valiente cualquiera se hubiera puesto nervioso sí algo así le pasa pero tú supiste actuar... ¿Viste como era?_ pregunto pues ahí las noches eran muy tranquilas por lo que era anormal, quizás la víctima que buscaba era este joven en específico que aunque se veía un poco más joven que él podía decir que era universitario.

-No... Mis ojos son un poco inútiles con la oscuridad_ bromeó un poco con el hombre y se paró derecho ahora que se había limpiado las lágrimas.

-Este lugar es mi espacio asignado, sí te hace sentir mejor puedo acompañarte a casa_ hablo con voz casi monótona pues como se dijo antes el lugar era muy tranquilo.

-Lamento causar tantas molestias_ se disculpó aunque en el fondo agradecía eso ya que el solo pensar que ese extraño que lo seguía estaba por ahí todavía, lo hacía sentir escalofríos.

-No es molestia, sí venías por aquí tu destino era la tienda ¿Verdad?_ pregunto el policía.

-Si, mi madre necesita un par de cosas y pues no quería que ella saliera_ explicó Xiao al otro que solo asintió y espero en la entrada de la tienda en busca de algún sospechoso aunque parecía que ya no se arriesgo, no era tonto y todo ese asunto parecía demasiado premeditado, no imaginaba lo que le podía haber pasado a este joven si no se hubieran encontrado.

Como el hogar de Xiao no estaba tan lejos le acompaño caminando tenía que verificar que el extraño se hubiera rendido.

-Por cierto mi nombre es Xiao Xingchen_ le sonrió al otro estando en la puerta listo para abrir, tuvo mucha suerte ese día.

-Soy Song Lan está és mi tarjeta y número, úsalo cuando te sientas en peligro como dije esta área está a mi vigilancia desde hoy_ le entrego el papel y se despidió casi nunca daba su número aunque fuera de trabajo pero está vez lo considero necesario, necesitaba atrapar a esa persona por el bien de este y los demás pues no parecía ser alguien cuerdo ni mucho menos una broma pesada a ese chico que casi parecía ser el mismo sol.

Después de este primer encuentro se veían durante el día o la noche por casualidad y gracias a ello Xiao Xingchen se sentía un poco más seguro ya que dejó de sentirse seguido al menos todo el tiempo además de que el hombre aunque parecía serio tenía buenos chistes que contar así fuera solo uno cada vez que se encontraban.

Fue inevitable para él no sentirse seguro a su lado con el pasar del tiempo sobretodo se fue acostumbrando a la calidez que el otro le brindaba ha que después le entrego su número personal para comunicarse más allá de lo profesional, Xiao Xingchen expresó su gratitud al otro y aunque lo quisiera negar se sintió feliz de que aquel quisiera hacerse más cercano ya que conocía que este era un solitario que pocas veces se relacionaba con otros y si lo hacía era meramente en su profesión.

Él por su parte era más cariñoso tango que incluso a veces lo invitaba a comer en sus días libres para prepararle postres, el sé decía a sí mismo que era gratitud aunque su corazón se comenzó a negar de esa explicación ya que palpitaba más de lo normal y solo la pasaba pensando en él, además de que poco a poco se dió cuenta que se estaba sintiendo atraído románticamente por ese hombre que era un par de años mayor.

Su sola presencia lo hacía feliz por lo que después de darle tantas vueltas y hacer hablado con su madre sobre lo que estaba sintiendo se confesó, aún recuerda ese día como uno de los más vergonzosos y que más atesoraria en su vida.

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