EL DESTINO II

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William caminaba por las calles de Durham, yendo directo a su hogar tras visitado a Sebastian Moran en La Ciudad De Londres, le habia dicho que solo estaba ahí para cambiar de aires unos días pero ya habian pasado varias semanas y Louis le preocupaba que le haya pasado algo asi que, le pidió a su hermano que se lo preguntara por el. Fue la sorpresa el día al que iba a ir cuando vió a su hermano en la estación con él, ya no habia escapatoria y tampoco tenian intenciones de huir, Moran era un compañero y un amigo al que iban a visitar, no habia nada extraño.

William sonrió al recordar el rostro avergonzado de su hermano al verlo a su lado en la estación diciendo:

- Y-yo también voy a verlo..

Rió por lo bajo, si Louis se enterara de que se veía mono cuando se preocupaba por los demás sin duda se llevaría una larga charla llevandole la contraría.

desde lejos consiguió ver a ese hombre extraño del tren hablando con una niña pequeña que estaba en la calle, se quedó quieto observandolo desde lejos. No negaría su interes por el peliazul, el como se habia dirigido a él tan descaradamente lo hacia ver interesante y no le desagradaba en absoluto. Podía hasta llegar a decir, que se llevaria bien con él.. Si no fuera el principal enemigo de un asesino.

- Qué tanto me miras? Liam - El detective miró hacia William y su cara sorprendida por un segundo.

- Me aseguraba que no le hicieras nada a la pequeña. - Sonrió con burla, no iba a hacerle nada y lo sabia, solo se burlaba de él. Un juego que llevaban desde el tren.

- Que gracioso eres, yo no le haria nada a una niña. - Sonrió con seguridad poniendo sus manos en las caderas.

William se acercó más a él y miró a la niña, quien yacía sentada en el suelo con un sombrero en las manos, intuyó que era para conseguir dinero. De repente, vió varias monedas caer sobre el interior del sobrero y sonrió.

La niña, con una gran sonrisa agradeció al ojiazul y salió corriendo hacia su madre en un callejón oscuro.

- Eres bondadoso, quien lo diría? Sabes lo que es la bondad eh. - Comentó William apoyandose sobre su bastón.

- Al fin y al cabo sigo siendo humano ¿o no? - Sonrió con gracia.

- Por el rostro de tu compañero John en el tren diría que no eres muy bueno haciendo amigos. - Respondió William comenzando una caminata sin rumbo siendo acompañado por el detective.

- Eh? Ah sí.. Su rostro en el tren, siempre pone esas muecas de molestia cuando soy descarado. - Dijo Sherlock moviendo la mano con indiferencia. - Eres muy listo para ser un simple profesor de matemáticas, aun que no diria tan simple. - Dijo retocando la ultima oración con una voz más seductora.

- No se sobrepase detective. - Sonrió William mientras cerraba los ojos por un instante.

- Tengo límites. - Devolvió la sonrisa al rubio.

- No lo parece. - Levantó su mirada para mirar a su lado, se sorprendió por un instante ya que Sherlock se encontraba muy cerca de su rostro, cosa que hizo de su bochorno en aparición desviando la mirada al otro lado. - Es demasiado coqueto. - Soltó, apretando ligeramente el bastón que posaba bajo su axila.

- Me lo dicen a menudo. Por cierto, hay algo que queria preguntarte. - Dijo Sherlock con mucho interes al acordarse.

- Sí, dime. - Volvió la mirada al detective que se encontraba más lejos de su rostro tranquilizando el palpitar de su corazón.

- Donde está la universidad de Durham? Tengo un caso como le habia dicho antes y no sé donde esta la universidad ni la escena del crimen. - Comentó Sherlock encendiendo uno de sus cigarros y comenzando a fumar a su lado.

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