EL DESTINO IIIII

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Al llegar al hotel, ambos se pusieron a hablar de cosas triviales durante toda la tarde, cómodos sobre los sofás. Hasta que John tocó el tema del profesor Moriarty.

- Y.. Cómo es posible que te hayas enamorado de alguien que apenas conoces? - Preguntó John preparandose para dormir.

- Es simplemente eso.. Intente verlo como un experimento, un sujeto de prueba o solo un profesor normal pero no puedo evitar sentir.. Algo, me siento mal cuando quiero pensar en él como un sujeto de prueba. - Respondió Sherlock con la mirada a la deriva fumando en la ventana.

- Es perfecto que quieras salvarlo.. Pero, antes de eso tienes que salvarte tú. - Y con eso, John se durmió sin esperar respuesta del detective sabiendo que no iba a responder.

Suspiró, junto a ello salió el humo del cigarrilo que hace segundos habia tomado una calada. Miró el cenicero y aplastó el cigarrillo para luego volver a mirar por la ventana, John tenia razón ¿cómo iba a salvar a alguien cuando ni si quiera se salva a sí mismo? Pero, ¿qué remedio hay?

Quiere dejar de fumar, no, tiene que dejar de fumar. Pero no puede, ya llevaba unos años haciendolo y siempre lo aliviaba del estrés cuando no lo podía hacer el violín.

¿Qué debo hacer para salvarte? Se preguntaba, observando el oscuro cielo. Sherlock Holmes siempre habia sido un hombre de poco amigos por su actitud rara y sus ideas locas, siempre que intentaba hacer amigos en primaria lo único que conseguía era meterse en peleas, lo mismo en secundaria y por ultimo la universidad, donde todo era más tranquilo pero aún así no habia forma de conseguir amigos.

Aún lo recuerdo. Pensó, refiriendose al día en el que hubiera conseguido un amigo si no fuera que habló de un experimento relacionado con cadáveres.

Volvió a suspirar sintiendo como salía su alma de sus labios. Acercó el dedo corazón a su labio y lo acarició con gentileza recordando el beso que habia tenido con el profesor, con las mejillas coloradas se apartó rápidamente de la ventana. Observó a su compañero dormir placidamente, parecía que tenia de esos sueños que si lo despertaba tendría consecuencias.

Tendre que buscar otros métodos para concentrarme. Por Liam..

Sonrió ligeramente y salió de la habitación. En la recepción, estaba a punto de salir si no fuera porque la recepcionista lo llamó diciendo que tenia una carta, Sherlock se acercó a ella agarrando la carta y la miró por unos cuantos segundos para despues marcharse sin agradecer o despedirse de la señorita.

Buscó con la mirada un banco de la calle y en cuanto vió uno en un parque se dirigió allí, se sentó y abrió la carta para comenzar a leerla.

Querido Sherlock

Siento mucho no haberte agradecido lo suficiente por los momentos divertidos que tuvimos, mi sentido común me a estado gritando y suplicando para que te escriba esta carta. Estoy preparado para zarpar Sherlock, pero antes tengo que decirte la verdad.

Yo, William James Moriarty, maté a 13 nobles aristrocatas con la intención de hacer de este país uno mejor. Mi intención no fue meterte a mis planes, en realidad, no me esperaba tu aparición pero supe que desde el día 1 serias algo especial en el plan. Actualmente, para mi, eres más que un peón en el tablero, mucho más que una pieza de puzzle.

A lo que quiero llegar es, a que tú tambien me gustas a mi Sherly. Perdoname por no decirtelo a la cara, sinceramente no lo hubiera podido hacer ya que es vergonzoso pero solo quiero que lo sepas.

No quise decirtelo, no, en realidad no pude decirtelo saviendo que sufrirías más al saber de mi muerte. Creía que al rechazarte me odiarias o me olvidarías, pero no fue así y ya era muy tarde para decirte la verdad. Asi que te envío esta carta para que lo sepas...

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