My Little Pony: La Venganza de los Petrificados

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Nueva Equestria - Presente

Cozy Glow tenía un muy, muy mal presentimiento.

De hecho, desde el momento en que despertó de su prisión de piedra junto a Tirek y Chrysalis, no ha podido evitar sentir que algo estaba mal.

Una parte de ella quería huir de todo esto. Ella quería dejar los prejuicios de lado por una vez en su vida y empezar de nuevo, lejos, muy lejos y en donde nadie la conociera. Para otros podría sonar como una excusa fantasiosa, pero para ella era lo ideal, lo mejor que podría hacer jamás.

Pero decidió quedarse, un muy grave error de su parte, o al menos así lo creía ella.

Lo único que veía como desventaja si se hubiese ido era el hecho de que se hubiera perdido el ver a Tirek darle forma de alicornio. Fuera de eso, realmente no le veía ninguna ventaja o provecho a apoderarse de una tierra que hace mucho tiempo dejo de ser tan mágica y especial.

Pero claro, Chrysalis estaba loca y Tirek tenía problemas paternales que quería resolver conquistando cualquier reino que se le sirviera. Tirek también podría irse y dejarle Equestria solo a Chrysalis. No duraría ni 20 minutos sin que la hicieron papilla, o eso creía Cozy, pero estaba casi segura que ella y Tirek se podrían haber apartado sin problemas.

Ahora, por quedarse a robarle magia a otros ponis con esos dos, por más bien que se sintiera, terminó siendo transportada sin contexto alguno hasta este lugar, fuese lo que fuese.

- Esto es lo que me pasa por juntarme con un par de imbéciles - murmuró la pequeña alicornio con rabia y decepción sobre sí misma

Donde se encontraba era tan familiar como misterioso al mismo tiempo. Parecía ser Canterlot, pero... algo no estaba del todo bien. Si estaba en Canterlot, ¿por qué todo era tan... lúgubre? Era como si el sitio estuviese abandonado por siglos.

- E-Esto no puede ser real... - murmuró Cozy, sintiéndose asustada por primera vez desde que despertó

Ahora más que nunca se retractaba de no haberse escapado por su propia cuenta. Si no se hubiera quedado, no tendría alas ni cuerno de alicornio, cierto, pero al menos no estaría metida en esta extraña situación.

De pronto, sintió que una figura pasó rápidamente a sus espaldas, por lo que se dio rápidamente la vuelta y lanzó un rayo inconscientemente con su cuerno.

Pero no había nada allí, y su ataque terminó atravesando la ventana de una tienda en mal estado.

- ¿Q-Quién está ahí? - preguntó la menor con voz temblorosa, pero al mismo tiempo intentando sonar segura e intimidante - ¡M-Muéstrate!

No obtuvo ninguna respuesta, para su mala suerte.

No obstante, otra figura pasó volando a gran velocidad, esta vez a su izquierda, y de nuevo, lanzó sin querer un potente rayo al voltearse, pero terminó atravesando el techo de lo que ella suponía era una casa abandonada.

Pronto, escuchó el sonido de algo caerse, y al voltear en cierta dirección, observó una especie de bola de lana rodar en el suelo. Se las arregló para no soltar otro láser por error, y suspiró aliviada al ver que no era nada grave.

Sin embargo, cuando se disponía a moverse, su rostro se topó con la boca de un cañón... de fiestas.

Lo siguiente que supo es que terminó chocando contra un muro por culpa del cañón, el cual no podía decir si se activó por sí solo o si alguien más lo activó. No le importaba, a decir verdad, puesto que lanzó un rayo con su cuerno que destruyó el cañón en mil pedazos. No había nadie detrás, así que supuso que el cañón se activó por sí solo.