Hay más familias mágicas. y en esta historia conoceremos a otra. Los Hernández.
Una familia mágica de México que viajo a Argentina, Venezuela, Chile y Perú donde conocieron a otras familias mágicas.
Pero conocerán a los Madrigal en Colombia.
La tarde apenas llegaba, y el pueblo estaba apurado, Antonio estaba algo nervioso, al día siguiente era su cumpleaños y sentía la presión ejercida sobre todo por su abuela.
El clima seguía algo nublado, pues la señora Pepa estaba igual que ansiosa, tal vez más, que su hijo.
Pronto la familia Hernández comenzó a ayudar al pueblo y a su familia vecina. TN se encargaba de algunos adornos mientras cuidaba a los niños, en momentos Camilo pasaba a ayudarla pero solo unos minutos pues estaba apurado cooperando con los arreglos.
Coco, Antonio y Tn comenzaron a jugar a las congeladas, el joven niño era el encargado de "congelar" mientras las chicas trataban de no ser atrapadas, corrían por el patio delantero de casita compartiendo risas. De pronto un chico serio llegó con ellos, la mayor se acercó a el escondiéndose en su espalda.
Carlos: ¿Qué haces?- preguntó confundido -
TN: sobrevivir- respondió, aún se escuchó más como una pregunta -
Antonio se acercó a la pareja y con un "congelado" tocó a su hermano, él sin inmutarse continúo caminando.
Coco: oye.. estás congelado, no te puedes mover
Carlos: mira con lo hago - respondió sin mirar a la pequeña -
Antonio: no es justo, lo congelé
TN miró a los niños para después volver a mirar al joven de cabello rizado.
TN: es que es un amargado que no le gusta jugar
Carlos: yo no soy amargado - reprochó dándoles la espalda-
TN: mejor busquemos a Camilo, el sí juega con nosotros
Carlos miro por encima de su hombro a los tres para después voltear y hablar.
Carlos: está bien, pero está vez yo congeló.
La chica sonrió, había logrado convencer al chico de jugar; el juego se había vuelto más personal, pues Carlos iba sobre todo trás de la chica, era como una pequeña venganza pero aún así los cuartos se divertían.
Carlos había congelado a los más pequeños dentro de casita, ahora solo falta la chica, ella salió intentando buscar un escondite para volver y descongelar a los niños, se detuvo un momento buscando un lugar seguro para ir cuando sintió el peso del joven sobre ella, habían caído y estaban en una posición algo comprometedora. Él estaba arriba de ella, sus miradas cruzadas y sus narices casi rodando la una con la otra, además su respiración agitada tampoco era de ayuda.
Alma:¿Pero que hacen?- preguntó llegando junto al abuelo de la chica -
Ambos jóvenes se levantaron rápidamente limpiando cualquier rastro de tierra en sus ropas.
José: TN.- dijo esperando una explicación -
TN: solo jugábamos a las congeladas... Y perdí...
Coco:¿Nos descongelan? Por favor- preguntó dentro de la casita -
TN: ya te puedes mover, perdimos
Se escucharon los quejidos de los niños para después sonar sus pasos apresurados, estaban corriendo.
Alma: por un momento pensé algo más
Ambos jóvenes se miraron de nuevo, y de nuevo el destello, rojo para el chico y de colores para el destello de la chica; estaban algo confundidos aunque en el fondo sabían a que se refería.
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Alma, al ver la oportunidad de juntar a las dos familias en algo más que una amistad, les dió quehaceres a Carlos y TN que debían hacer juntos.
Era una lista algo larga para solo dos jóvenes, pues la matriarca de la familia Madrigal quería que ambos pasarán el mayor tiempo posible juntos.
TN: 1... Ir al mercado por fruta... - dijo leyendo la hoja con la lista de deberes - 2 hacer algunos bocadillos, 3 ir al ¿Lago?
Carlos:¿A qué? - preguntó desconfiado -
TN: mmm... 4 preparar un picnic, 5 comer los bocadillos y fruta, y 6 preparar otra cita...- levantó la mirada confundida - creo que se equivocó...
Carlos: dame eso - dijo tomando la lista y leyendola - espera aquí, iré a hablar con mi abuela
TN: de acuerdo...
El joven Madrigal entro a casita dispuesto a hablar con su abuela, ella como era habitual estaba revisando que todo fue perfecto.
Carlos: abuela, tenemos que hablar
Alma: ¿Sobre que?
Carlos: la lista de deberes, estos no son deberes
Alma: oh, supongo que me adelante un poco, bien... Toma - dijo dándole otra lista - haz las cosas de aquí, quiero que sea perfecto
Esta lista se veía más normal, aceptando el nuevo listado salió en busca de la chica.
Carlos: listo, se había equivocado
TN: de acuerdo, vamos entonces
Ambos comenzaron a caminar por el pueblo en busca de todo lo que pidió la abuela del chico.
Empezando por los adornos.
Entraron a un pequeño local donde el chico fue directo hacia donde se encontraba el vendedor mientras la chica iba a ver los demás adornos.
De un momento a otro se escuchó algo caerse, Carlos al asomarse divisó a su acompañante cubierta de guirnaldas, afortunadamente, solo se cayo ella y no algún estante.
Una pequeña risa por parte del Madrigal fue escondida por un regaño, también de su padre.
Carlos: quédate quieta por favor
TN: lo siento, pero fue divertido
Carlos: si, como digas...
Pasando por la compra de manzana, caña y canela.
Carlos: pon cinco manzanas aquí - le dió una canasta -
TN: oki Doki - sonrió -
El chico puso los ojos en blanco al escuchar a la chica, después recompuso su postura y continúo pidiendo caña y canela, al volver a ver a la chica la vio intentando hacer malabares con tres manzanas mientras la vendedora sonreía y otra persona la miraban.
Carlos se acercó lo que provocó que las demás personas dejarán de ver a la chica.
Carlos: deja eso - la regaño -
TN: bien
Coloco de nuevo las manzanas en la canasta, pago y siguieron su camino.
Las servilletas y los dulces no tuvieron nada relevante, era el mismo puesto por lo que no había mucho que hacer ahí.
Volviendo a la lista. Canastitas.
Encontraron el puesto, se acercaron y como ya era habitual, la chica comenzó a jugar con lo que podía.
Comenzó a apilar algunas canastas resiviendo la mirada de la vendedora de avanzada edad.
***: Tu novia es única, ve más allá de lo habitual
Carlos: no es mi novia
***: Entonces apresurate, no creo que encuentres otra igual
Carlos volvió a ver a la chica, estaba tan concentrada que ni siquiera notó las miradas de los futuros compradores.