Al pasar los días, Rhaelys pasaba tiempo con sus sobrinos y primas para conocerlos mejor, los cuales se encontraban maravillados con ella y sus historias de guerra.
Aunque Rhaelys se había dado cuenta de una situación que había en el reino.
Sus medios hermanos Aegon y Aemond eran ignorados por su padre y maltratados por su madre, así que decidió hacer algo al respecto y darles ella el cariño que sus padres no les brindaron.
Rhaelys llevaba a sus hermanos a Pozo Dragón ya que iban a coger sus dragones para dar una vuelta. Incluso esta le insistió a llevar a Helaena.
- Mamá nos matará si se entera de esto.- le dijo Aegon a Rhaelys.- Y obviamente lo hará cuando vea a nuestros dragones en el aire.
- No te preocupes Aegon, yo me encargo de ella.- le contestó.- Creedme, vuestra madre me tiene miedo.
De camino al lugar Helaena no paraba de murmurar cosas en voz susurrante.
- Las antiguas guerras volverán, más un antiguo dios renacerá. De entre las cumbres escondidas se alzará y la batalla finalizará.
Rhaelys se dió cuenta de que la pequeña Helaena era poderosa, pero los demás solo la veían como una niña loca que murmuraba desvaríos.
- ¿Qué se supone que dices Helaena?, siempre estás diciendo estupideces.- le recriminó su hermano mayor mientras esta le devolvía una mirada triste.
- Aegon, no.- le alzó la voz Rhaelys.- Creeme, esas palabras tienen más sentido del que crees, cuando crezcas lo entenderás...- le dió una mirada de arriba abajo con una sonrisa socarrona.- O tal vez no.
Aegon bufó a lo dicho por su media hermana mayor aunque a sus espaldas se le dibujaba una pequeña sonrisa.
Mientras tanto Aemond observaba toda la interacción meticulosamente.
Al llegar al lugar todos cogieron sus dragones. Aegon montó a Sunfyre, Helaena a Dreamfyre, Aemond a Vhagar y finalmente Rhaelys a Vermithor.
Se podía apreciar una gran diferencia de tamaños entre los dragones de los hermanos.
De vuelta a Pozo Dragón, cuando los cuatro estaban por salir, el suelo empezó a temblar.
Rhaelys agarró a sus hermanos y los acercó a ella mientras que empezaba a escuchar susurros en todos lados.
<< Rūsīr aōha ondos va issa forehead issa ñuqir jāhor sagon sigligon se jāhor sytilībagon naejot ao ēva se mōris >> (Con tu mano en mi frente mis cenizas renacerán y te pertenecerán hasta el final)
Helaena le apretó la mano a Rhaelys y mirándola a los ojos le susurro delante de la cara.
- El dios quiere renacer pero solo tu puedes ayudarlo.
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La bastarda del Rey
FanfictionViserys, devastado por el fallecimiento de su esposa Aemma durante el parto, decide desquitarse y desahogarse con la bruja de la familia Targaryen. Lo que no sabía es que 9 meses después nacería una niña rubiofresa con un gran mechón blanco junto a...